La oposición venezolana está rozando lo absurdo en el proceso de negociación con el régimen de Nicolás Maduro, al anunciar que el voto de los venezolanos en el exterior está garantizado. Curiosamente, los comicios previstos en el calendario electoral son regionales y municipales.
Según el opositor Freddy Guevara, la diáspora ejercerá su derecho alegando que ya “han sufrido discriminación” y no permitirán “que también lo sean en su propia tierra. La idea es que todos los venezolanos puedan votar”. Incluso, asegura que “están en un punto en el que hay que hacer todo lo que haga falta para salvar al país”.
Sin embargo, el dirigente de Voluntad Popular, en una reseña del Diario Las Américas, reconoce que este proceso de negociación y conclusión de la crisis “puede llevar tiempo”.
La perspectiva falta y falla. ¿Cómo un venezolano desde afuera elegirá a un gobernador o alcalde de un lugar donde no reside? o ¿habla de las presidenciales de 2025?
Para Esteban Hernández, coordinador juvenil de la organización Venezolanos Perseguidos políticos en el Exilio (Veppex), “lo grave sigue siendo hablar de elecciones sean regionales o nacionales”, porque sostiene que “en ningún país se ha visto que permita el voto del venezolano en el exterior para regionales”.
Sin sentido
“En cualquier elección bajo el régimen de Nicolás Maduro poco importan las condiciones ilógicas que promuevan de lado y lado. Grave es que siga hablando de elecciones, no que proponga ese sinsentido”, precisó Hernández en una entrevista exclusiva con Panam Post.
Con la sensatez escasa se revela el “desespero para tratar de movilizar a la mayor cantidad de personas posibles”. Solo esa explicación tiene la propuesta del parlamentario.
Y la razón es obvia: “Tanto el régimen como la falsa oposición necesitan poder mantener sus estructuras y cuotas de poder y legitimarse ante la comunidad internacional. Están buscando cualquier estrategia, por muy ilógica que sea, para que las personas se sumen a estas próximas elecciones pero nada de lo hagan funcionará. El descontento es enorme y la población rechaza tanto al régimen como al interinato”, recalca el dirigente juvenil de Veppex.
Proceso sin rumbo
Maduro, mientras, maneja el tablero a su antojo de manera infame. Rehabilitó la tarjeta electoral de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) después de tres años de una suspensión promovida por su Tribunal Supremo de Justicia ilegítimo.
La oposición derrotó al chavismo en las elecciones parlamentarias de 2015 mediante el voto colectado en esta casilla. Esta opción electoral, en aquel entonces, unificó a todo el espectro político que se oponía al chavismo.
Es una jugada estratégica. Maduro afirma que está en diálogo con las “distintas oposiciones” evidenciando que hay divisiones y fracturas dentro de la coalición y al rehabilitar la tarjeta las profundiza, porque está vez —como nunca antes— hay menos percepción de que el G4 (conformado por los partidos Un Nuevo Tiempo, Primero Justicia, Voluntad Popular y Acción Democrática) logre consensos con la veintena de organizaciones que también ocupan la acera opositora.
Con esa misma puntería anunció la falsa promesa de eliminar la figura de «protectores» que sirven como gobiernos paralelos en las regiones y municipios donde el socialismo pierde.
De esa manera, abona “la estabilización del régimen sin duda alguna», asegura Hernández a Panam Post. Esto, a su juicio, obedece a varias razones, entre ellas que «cuando Maduro habla de las distintas oposiciones se refiere a todos los sectores que se hacen llamar de oposición, pero que realmente siguen el ritmo que la tiranía les impone, es decir, que le hacen el juego al régimen”.
El viento le favorece y eso podría ser otro atentado más contra la democracia de Venezuela. Es algo que tristemente se percibe, al considerarse que “la verdadera oposición, lamentablemente, no tiene proyección y está dispersa. Por eso es tan fácil seguir en el juego macabro de vender falsas esperanzas mientras se fortalece el sistema actual”, puntualiza el dirigente en el exilio.
Fuente: PanamPost