Lasso, un exbanquero de derecha, se alzó con una inesperada victoria electoral el domingo en su tercer intento de llegar a la presidencia. En esos comicios derrotó a Andrés Arauz, delfín del prófugo expresidente Rafael Correa (2007-2017), sentenciado por delitos de corrupción.
Lasso sucederá al mandatario Lenín Moreno desde el 24 de mayo de este año.
El analista y consultor catedrático de la Universidad Andina, Gustavo Isch, dijo a The Associated Press que la intención de Lasso “es sensata, madura, adecuada, porque el país no da para más enfrentamientos y división de las que se ha soportado durante 14 años. También es la certeza de que el gobierno no puede salir de la crisis por sí solo y debe contar con el apoyo de otros protagonistas y de otras fuerzas”.
Añadió que la única salvedad a este propósito es la necesaria exclusión de aquellos que hayan estado vinculados con la corrupción y con el irrespeto de los derechos de los ecuatorianos.
Para el próximo lunes está prevista una primera reunión entre Lasso y Moreno con miras al traspaso del poder.
Fuente: Diario las Américas