Naturalizada estadounidense, la nicaragüense Linda Fornos se arrepiente de haber votado por Joe Biden en 2020 y este año apoyará a Donald Trump porque, dice, combatirá la «inmigración ilegal» que «perjudica» la economía de los «legales».
Fornos, quien vive hace 16 años en Estados Unidos, planteó sus críticas durante la Convención Nacional Republicana de Milwuakee a mediados de julio: «uno de mis hijos tiene tres trabajos y el otro también. Seis empleos para sobrevivir en la economía de Biden», aseguró.
Reclamó por las «fronteras abiertas» y porque «se entregan millones de dólares para inmigrantes ilegales mientras las familias trabajadoras que migraron correctamente quedan en dificultades».
Unos 63,7 millones de hispanos viven en Estados Unidos, casi el 20% de la población total según cifras de 2022.
De acuerdo con el Pew Research Center, 36 millones están habilitados para votar, aunque no todos están registrados. Solo 16,5 millones votaron en 2020, detalló el National Museum of the American Latino.
La mayoría de los electores latinos nació en Estados Unidos y un 24% es naturalizado. En 2020, el 59% votó por el demócrata Joe Biden.
El voto de los hispanos
En los años 70, el voto latino era de 3 a 1 para los demócratas, una tendencia que ahora está en 2 a 1, detalla el profesor Benjamín Márquez, del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Wisconsin.
La estrategia republicana, dijo, no es ganar el voto latino «sino recortar lo suficiente para ganar la elección».
De acuerdo con Jorge Martínez, estratega del conservador de America First Policy Institute, esperan que Trump y su compañero de fórmula J.D. Vance «ganen la gran mayoría del voto hispano, sobre todo en los estados en disputa».
«La política America First ha ayudado mucho a la comunidad hispana, con una agenda que les asegura prosperidad, oportunidades, crecimiento y seguridad y pueden alcanzar su sueño americano», detalló.
Quien antecedió a Fornos en el escenario fue la peruana naturalizada Vanessa Faura. Con la situación económica actual los latinos «sobreviven» en EEUU y parece que están «de regreso en Latinoamérica», afirmó.
Faura, de padres demócratas, se identifica con los «valores» republicanos y lidera un movimiento de madres conservadoras.
«Fuimos criados demócratas, pero creemos en lo que ellos no. Muchos latinos no apoyan el aborto y ellos pasan leyes a favor (…) Nos dijeron que el Partido Republicano era para los blancos, pero no es así. Todo tiene que ver con nuestras creencias», contó Bertha Rivera, mexicana naturalizada.
Memoria selectiva
Aunque los ancestros de muchos latinos «simplemente llegaron» a Estados Unidos, a sus generaciones posteriores les empezó a ir mejor, consideró el profesor Márquez.
«Siguen de forma imperfecta el camino de las etnias blancas: van a la escuela [en Estados Unidos], hablan inglés y pueden pensar: bueno, tal vez este no sea un lugar tan malo», sostuvo.
Puede ser que «cada generación sucesiva vea con más simpatía a los republicanos y con menos simpatía a los indocumentados», presentándose un fenómeno de «memoria selectiva», explicó Márquez, afiliado al programa de estudios Chicano/Latino.
«Nos enseñan en nuestros países que el Partido Demócrata es de los pobres y los Republicanos son de los ricos. Pero cuando llegas aquí el velo cae», consideró Flor de Lis Grotestan, cubana de 54 años, quien lleva su camiseta de ‘Cuban Maga’ (Make America Great Again, Hacer Estados Unidos Grande Otra Vez), el movimiento ultraderechista.
«El capitalismo te da fuerza para que trabajes, préstamos para tu negocio, empleo y que sigas adelante», sostuvo Grotestan, dueña de un negocio de venta de frutas en Florida.