Raúl Tortolero,
Con justa razón el Congreso de Perú tuvo a bien declarar como persona “non grata” a presidente socialista de México, Andrés Manuel López Obrador, por sus muchas declaraciones en las que no muestra respeto o distancia por las decisiones que han ido tomando los peruanos, en libre uso de su soberanía.
Porque López siempre exige a Estados Unidos que se respete la soberanía de México, pero no aplica ese mismo criterio de no intervención, cuando se trata de defender sus intereses geopolíticos en el resto del continente para expandir su socialismo blando. Ahí sí mete toda su nariz.
El mexicano siempre se ha puesto del lado del inepto Pedro Castillo, ese senderista y chavista que en los pocos meses que gobernó, tuvo más cambios en su gabinete que los que jamás se hayan visto en un gobierno estable y liderado por una persona medianamente cuerda.
López no pudo rescatar de la debacle total a su pupilo de enorme sombrero pese a que en varias ocasiones y durante periodos no cortos de tiempo, envió a funcionarios de su administración a “asesorar” a Castillo y su gente, ante las crisis recurrentes en las que la incapacidad del peruano sumergían al pueblo sin cesar.
Cuando estaba todo perdido, entonces López Obrador se disponía a brindar refugio político para Castilo y su familia, pero advertidos de esto, los peruanos lograron detener al del sombrero, por rebelión, cuando iba justamente camino a la embajada de México, aunque la familia de éste sí logró luego pisar tierras mexicanas en diciembre de 2022. López, el protector de pillos socialistas que se dan autogolpes de estado para amarrarse en el poder.
En otro de sus lances, López ayudó en 2019 a Evo Morales a salir de una convulsionada Bolivia al enviarle un avión militar, donde por poco este corrupto cocalero supremacista indigenista y comunista, era o detenido o muerto por las turbas enardecidas, molestas por un intento suyo más para perpetuarse impunemente en el poder, a la usanza de todos los sátrapas zurdos del continente, que llegan a funciones legalmente la primera vez, pero luego se quieren quedar en el trono durante décadas, echando mano de truculencias legales e ilegales.
¿Quién se cree López para decidir quién es el “presidente legítimo” de Perú, por encima de los peruanos? Dice que Pedro Castillo es el presidente, y no reconoce a Dina Boluarte, ni entrega la presidencia pro tempore de la Alianza del Pacífico. López, el cacique de hispanoamérica, el dictador rojo que ignora el respeto a la libre determinación de los pueblos.
López ahora no puede entrar a Perú por ser persona non grata. Pero en México tampoco lo queremos. También aquí, y sobre todo aquí, es persona non grata. López el destructor de las instituciones democráticas, que ha intentado demoler el carácter autónomo, libre y democrático del Instituto Nacional Electoral (INE), del Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI), del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), y de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Y también, tomar el control del Congreso de la Unión, y hasta del poder judicial, poniendo a sus fieles en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), y dándole a la Fuerzas Armadas muchos negocios para que gocen como empresarios las mieles del poder, en actividades que no les corresponde a nivel constitucional.
Y eso no es todo: México le sirvió a Lula da Silva como trampolín para regresar a la presidencia en Brasil, y no pocas voces han referido que al socialista sudamericano se le ayudó a recaudar fondos de manera notoriamente irregular. Muchos militantes y congresistas del partido propiedad de López, Morena, se tomaron la foto con ex presidiario Lula y lo veían con ojos de idolatría. Así que López también metió la mano en Brasil para sacar a Bolsonaro del poder.
López a Alberto Fernández le ha ayudado a gestionar deudas de Argentina con BlackRock y con el Fondo Monetario Internacional (FMI), peticiones que le ha hecho ese cadáver político que sigue ahí por un tiempo, llevando a la ruina a nuestros hermanos argentinos.
Pero en donde López se ha ido de boca, es en ayudar y proteger a la dictadura comunista de Miguel Díaz-Canel, ese cubano que es capaz de poner en la cárcel a todo aquel que ose criticar el nefasto régimen hambreador y corrupto de Cuba, incluso a menores de edad. Con el dinero de nuestros impuestos, se ha pagado a la dictadura isleña castrista cantidades millonarias para que nos envíen supuestos médicos, muchos de los cuales se sospecha son más bien parte del espionaje político, pero a cuyos bolsillos nunca llegan los dineros, porque el régimen se los retiene.
Programas mexicanos de supuesto desarrollo social y económico se han puesto en marcha también en el llamado triángulo norte centroamericano -Guatemala, El Salvador y Honduras-, como son “Jóvenes construyendo el futuro” y “Sembrando vidas”, con el objetivo de “frenar la migración ilegal” hacia México.
Pero en realidad, oleadas de cientos de miles de migrantes siguen atravesando México todo el tiempo, y han puesto en jaque a las autoridades del sur de los Estados Unidos. ¿Entonces esos fondos para que han servido en realidad, sino para expandir la “revolución” de la autonombrada “cuarta transformación” socialista de López? ¿Y a eso no le le puede llamar intervencionismo?
En cuanto a la falta de respeto al pueblo venezolano, López ha dado grandes ejemplos de lo que no hay que hacer jamás: invitar al sátrapa socialista Nicolás Maduro a México a placearse públicamente y darle trato de rey, cuando mantiene en la carestía a nuestros hermanos en Venezuela, y ha generado una diáspora de al menos 7 millones de migrantes, entre perseguidos políticos, exiliados, y opositores. Y cuando se trata de un perseguido por la DEA, agencia antidrogas que ofrece una recompensa de 15 millones de dólares a quien ayude a atrapar a ese pillo heredero de Hugo Chávez, por estar acusado de narcotráfico, desde el poder. (Es más, si usted tiene información sobre este delincuente, contacte a la DEA al: +1-202-681-8187, o mande un email a: CartelSolesTips@usdoj.gov)
Mientras López actúa de esta manera, ofendiendo a millones de personas en muchos países hermanos, se pone agresivo cuando con mucha razón, políticos del partido republicano de los Estados Unidos, lo señalan por parecer estar del lado del crimen organizado, de los narcos, a los que habría dejado gobernar en vastas zonas de México, donde ya se ha perdido la soberanía.
Así lo dijo el senador Crenshaw en twitter:
“Pare de defender a sus amiguitos narcos y tome acción para prevenir el tráfico de fentanilo. Cálmese con sus mentiras sobre una supuesta “invasión militar.” Solo queremos que nuestras fuerzas militares trabajen juntas. ¿O acaso prefiere que México sea conquistado por los narcos?
El hecho es que de fondo, representa un terrible factor de intervencionismo por parte de López, por debajo de la mesa, el no hacer gran cosa para parar el tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos, opiáceo que cobra cerca de 100 mil vidas en ese país, en una guerra blanda, en la que López deja hacer y deja pasar las acciones ilegales, con lo que de hecho se pone a nivel geoestratégico del lado de la hegemonía china, la más beneficiada con este esquema mortal. López, ese intervencionista que en los hechos opera para la hegemonía del PCCh.