Joe Biden no termina el año 2021 de la misma forma que lo comenzó. Perdió popularidad y votos, más de 2,2 millones para ser exactos, durante su primer año en la Casa Blanca, luego de aplicar políticas que sus detractores han calificado como deficientes o mal ejecutadas.
Asuntos como las tensiones con Rusia y China colmaron la agenda internacional, con temas aún pendientes, así como la creciente tensión por el posible cruce de líneas rojas. América Latina tuvo su cuota de atención, aunque con ambigüedades. Mientras que la migración irregular por la frontera con México marcó un récord histórico y la inflación amenaza los bolsillos de los estadounidenses.
Especial atención merece la caótica retirada de tropas de Afganistán que dejó a Estados Unidos como “el perdedor de otra gran guerra”, según expertos, al rememorar la guerra de Vietnam, cuando EE. UU. sufrió más de 58000 bajas para finalmente salir derrotado en 1975 frente al ejército vietnamita, apoyado por China y la Unión Soviética. Un escenario similar se repitió en agosto pasado.
La agenda estuvo colmada para la Administración demócrata, y sin duda 2022 será un año para resolver problemas. Sin olvidar las elecciones de medio término para reemplazar 34 de los 100 escaños del Senado, los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 34 gobernadores de los 50 estados. Pero no será fácil, a estos comicios les antecede una evidente pérdida de votos demócratas.
La inflación, un gran reto
Es un tema novedoso y alarmantes para los estadounidenses. Lo que lucía como una recuperación económica de las ventas minoristas en octubre, según balances del Departamento de Trabajo, producto de la estimulación con los cheques para enfrentar los efectos de la pandemia, exenciones fiscales o medidas aplicadas por la Reserva Federal, se tradujo en un declive para los bolsillos de los ciudadanos. Las compras para el día de Acción de Gracias y Navidad lo evidenciaron.
La inflación amenaza a los hogares estadounidenses. La tasa interanual en noviembre se ubicó en 6,8 %. El registro más alto de los precios de consumo en este país desde 1982, informó la Oficina de Estadísticas Laborales.
El tema sin duda se convirtió en “uno de los grandes retos del presidente Biden”, aseguró desde Washington DC a PanAm Post, Gonzalo Abarca, periodista y analista de la Voz de América (VOA). De primera mano afirmó que en efecto hay escasez de bienes y servicios en el país.
“Hay un descontento generalizado por la economía, que no marcha como Biden tenía pensado”, reiteró. Para contrarrestarlo, la Fed está hablando de elevar las tasas de interés al menos tres veces para 2022, para evitar que la inflación golpee a los trabajadores.
“A pesar del impulso de las ventas de diciembre, no se logró tener el repunte que se esperaba. Además, con la variante omicron se vienen abajo una serie de indicadores que a principios y mediados de noviembre se consideraban algo positivos, pero ahora, en el primer año del presidente Biden, empiezan a tener nubarrones en el horizonte”.
Los tensos lazos con Putin y Xi Jinping
A la lista, además de la inflación, se suman las tensas relaciones internacionales bajo la Administración Biden. El mandatario prefirió apelar al diálogo y eso le costó —y le sigue costando— fuertes críticas desde el bando republicano por la inacción hacia potencias como Rusia y China.
Joe Biden lanzó advertencias a su homólogo Vladimir Putin en la última reunión por la cercanía de tropas rusas en la península con Ucrania y la probabilidad de una invasión. Con China, las tensiones también aumentaron por casos de ciberespionaje, las violaciones de derechos humanos y la amenaza a la soberanía de Taiwán. La isla recibió el apodo de “provincia rebelde” por parte de Xi Jinping. Anexarla a China es uno de sus principales objetivos expansionistas. No hay hasta los momentos soluciones definitivas de parte de Estados Unidos. Mientras tanto, Pekín y Taipéi alcanzaron un inquietante nivel «sin precedentes» en sus relaciones.
“Los republicanos insisten en que a EE. UU. —en política exterior se le llama ‘el país indispensable’ porque tiene que estar en todo el globo—, está perdiendo hegemonía y no tiene la misma fuerza que tenía antes. Insisten que se debe al manejo de Biden en política exterior”, argumentó Abarca. El temor de estadounidenses y analistas es que China y Rusia crucen las líneas rojas poner a prueba a Biden.
Ambigüedad hacia América Latina
Con la región se vieron ciertos contrastes. Si bien hubo más sanciones contra la dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua producto de las fraudulentas elecciones para las cuales encarceló a más de 40 adversarios políticos, el Gobierno de Biden también hizo un guiño a la dictadura venezolana y flexibilizó sanciones impuestas por la anterior administración al régimen de Nicolás Maduro.
Una de estas fue la apertura de EE. UU. a las exportaciones y reexportaciones de gas licuado de petróleo (GLP) a Venezuela en julio de este año.
Estas contradicciones de flexibilizar sanciones y apoyar el diálogo en México, donde la oposición liderada por Juan Guaidó terminó de ceder el poco liderazgo que tenía, arrojaron luces sobre una política más blanda en comparación con la gestión de Donald Trump.
“Algo que tiene Biden es que le gusta la negociación. Sin embargo, en America Latina, con líderes fuertes a los que se les acusa de violación de derechos humanos como en Venezuela, Nicaragua y Cuba, muchos creen que la política de diálogo y acercamiento —especialmente los republicanos— no llega a ningún lado, sino que más bien oxigena a estos gobiernos”, expuso Gonzalo Abarca.
El incómodo récord migratorio
Otro percance para el Gobierno de Biden fueron los 1,7 millones de migrantes que cruzaron la frontera durante el año fiscal 2021, evidenciando el mal manejo de la agenda migratoria, lo que los republicanos catalogaron como “peligrosa” a inicios de año. Las advertencias se volvieron realidad.
El periodista de la Voz de América, que aportó su análisis para este resumen anual, explicó que Biden necesita una ley de migración que debe ser aprobada en el Congreso. Pero no se ha aprobado porque aún está pasando el tema de su plan de economía (Build Back Better). Primero tendría que pasar el plan económico para luego seguir al plan de migración.
Las imágenes de unas 14000 personas bajo un puente de Texas en septiembre, la mayoría haitianos, fue la gota que rebasó el vaso. Muchos fueron devueltos en aviones bajo el Título 42, otros decidieron volver «de manera voluntaria» a México y otros fueron procesados para determinar si enfrentarían un proceso de deportación.
¿Qué pasará en EEUU el próximo año?
Es la gran pregunta. El gobierno de Joe Biden viene de perder 2,2 millones de votos en las elecciones a gobernadores en Virginia y Nueva Jersey. Además, se acercan las elecciones de medio término y la necesidad de comenzar a planificar la dupla que se postulará a la presidencia y vicepresidencia en 2024.
La economía, generación de empleos bien remunerados, la crisis migratoria y la política exterior deberán ser prioridad en su agenda. Para el 17 de noviembre, Biden registraba una popularidad de 42 % frente a una desaprobación de 55 %, según una encuesta de Gallup.
Las proyecciones indican que los republicanos van a ganar escaños tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, dijo Abarca desde Washington DC.
Entre Kamala Harris y Joe Biden hay aparentes diferencias. La vicepresidente asegura que no está recibiendo las responsabilidades y la posición que merece. Puede que ese descontento sea el motivo de renuncias entre empleados de su despacho.
Biden ha asegurado que se lanzará a la reelección en 2024, a sus 82 años. Pero hay dudas. Con una edad tan avanzada sería cuesta arriba asumir el gobierno de la primera potencia mundial. 2022 revelará mucho del futuro político en Estados Unidos.
Fuente: PanamPost