Han pasado apenas dos meses desde que Gustavo Petro asumió la Presidencia de Colombia y la lista de escándalos que acumula ya es extensa. Incumplimiento de promesas, contradicciones ideológicas y gastos excesivos para fines injustificados no solo aumentan el descontento opositor sino que ya decepcionan a muchos de sus votantes que fueron seducidos por el slogan del “gobierno del cambio” o por el compromiso con causas progresistas como el ecologismo, el animalismo y la reivindicación de las mujeres y las comunidades afrodescendientes. El líder del Pacto Histórico se ha convertido en tiempo récord en el mayor exponente de la hipocresía de la izquierda que se apodera de estas banderas solo para llegar al poder.
El primer discurso en derrumbarse fue el de la austeridad. Con la excusa de que “en los gobiernos anteriores también se hacía”, la administración de Gustavo Petro ha contratado por una exorbitante suma de dinero a un bailarían amigo de la familia presidencial, ha malgastado recursos en la compra de electrodomésticos como un televisor cuyo costo supera los 27 salarios mínimos, ha incurrido en excentricidades propias de celebridades de Hollywood como la adquisición de plumones de ganso –sin importar la crueldad animal que implica su elaboración–, ha enviado a la primera dama a cumplir “misiones protocolares” en Londres, Nueva York y Tokio acumulando más de 33000 millas recorridas y se ha habilitado un avión Kfir de la Fuerza Aérea para que el egocéntrico jefe de Estado rompa la barrera del sonido en una aeronave de alto consumo de combustible fósil, ese que tanto ha satanizado. Todo esto mientras se busca acelerar la aprobación de una reforma tributaria que se traducirá en más impuestos para todos los colombianos.
Para conocer más detalles sobre estos escándalos que Petro no ha logrado aclarar con excusas convincentes, conversamos en PanAm Post con el abogado y analista político colombiano Daniel Briceño, quien ha venido haciendo un trabajo de auditoría publica al nuevo gobierno, divulgando en sus redes sociales evidencias de cada una de estas irregularidades.
El feminismo y la reivindicación de las comunidades afro, representadas en su conjunto en la figura de la vicepresidente Francia Márquez, también fueron solo una bandera de campaña. La mujer colombiana que realmente ha comenzado a “vivir sabroso” es la esposa de Gustavo Petro, Verónica Alcocer, a quien se le han asignado “misiones protocolares” en el exterior, no establecidas en la Constitución, y que son propias de la Cancillería o la Vicepresidencia. “Parece que a Francia Márquez la usaron para hacer más atractiva la campaña a nivel discursivo pero en este momento no tiene ningún tipo de poder”, sostienen Briceño.
Liderazgo opositor desarticulado
Y en lo que respecta al liderazgo opositor que –naturalmente le habría tocado asumir a Rodolfo Hernández– considera que desde un principio fue “supremamente tibio” al no cumplir con su rol otorgado por el estatuto de oposición ni su deber de representar a más de 10 millones de colombianos, al cual incluso va a renunciar. “A mí me da vergüenza haber votado por Rodolfo Hernández. Haber votado por Rodolfo Hernández o haber votado en blanco daba igual”.
Ante este escenario, Daniel Briceño destaca la necesidad de hacer una verdadera oposición, tanto desde su trinchera como analista que ha asumido la misión de divulgar cada escándalo del Gobierno de Gustavo Petro, como desde las calles, a pesar de la anunciada pretensión de responder a las marchas de la sociedad civil con contramarchas desde el oficialismo, con las implicaciones para la democracia que representa el hecho de que esto pueda tener éxito para el gobierno, ya que el siguiente paso sería perder terreno en todas las instituciones.
Si bien Briceño lamenta que la oposición no esté organizada y primen hasta la fecha los “personalismos” para asumir el liderazgo, considera que estos escándalos han permitido a los opositores llenarse de simbolismos para seguir manifestándose en las calles en contra del gobierno de Gustavo Petro, como ocurrió el pasado 26 de septiembre. La próxima manifestación está convocada para el 29 de octubre y, como ya se ha adelantado, hasta los gansos van a marchar para mostrar el rechazo a la crueldad animal y la hipocresía evidenciada por la administración “progresista” en cuanto a esta causa.