SONIA SCHOTT,
La visita del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, fue una ocasión única para que en la capital estadounidense se celebrara públicamente a un líder a quien no le ha temblado el pulso para enfrentarse a las fuerzas invasoras de Vladimir Putin.
Aunque no todos se pusieron de pie en el hemiciclo del Capitolio para aplaudir a Zelenski, vestido con su ahora familiar uniforme de combate, en líneas generales fue recibido con adulación y admiración, especialmente cuando utilizó las mismas palabras del estadista británico Winston Churchill, para decirle al mundo que su país nunca se rendiría.
Aun así, los republicanos, que asumirán el control mayoritario de la Cámara de Representantes en enero, dejaron entrever el escozor que les causa la falta de rendición de cuentas sobre las enormes sumas de efectivo asignadas a Ucrania para defenderse de Rusia.
Mucho tiene que ver la mala experiencia sufrida en Afganistán durante 20 años, cuando se invirtieron miles de millones de dólares en armas y entrenamiento militar para el ejército afgano y que literalmente se perdieron cuando los talibanes recuperaron el poder en Kabul en agosto pasado.
Algo parecido sucedió en Colombia, donde el cultivo de coca para 2021 se mantuvo un 28% más alto que en 1999, cuando comenzó el Plan Colombia, una estrategia bilateral para combatir a la narcoguerrilla, con el respaldo financiero y militar de Estados Unidos.
Ahora bien, no hay duda de que las toneladas de armas y municiones suministradas a Ucrania desde la invasión rusa del 24 de febrero han logrado contener al vecino agresor que cuenta con mayores capacidades.
Pero, cada vez que Zelenski habla en público, ya sea durante su breve viaje a Washington o ante el pueblo ucraniano, siempre pide más armas.
Zelenski obtendrá por primera vez una batería de hasta ocho lanzadores de misiles Patriot, pero después de agradecer al presidente Joe Biden inmediatamente dijo que quería más.
Con los republicanos a cargo de la Cámara de Representantes a partir de enero, podrían surgir más preguntas sobre cuánto tiempo más puede continuar este tipo de apoyo. Y si Biden cede a las demandas de más armas de mayor alcance para alcanzar objetivos en Rusia. ¿Estarán de acuerdo los republicanos?
El mandatario estadounidense ha dicho con frecuencia que quiere evitar el riesgo de una tercera guerra mundial y ese temor ha impulsado en gran medida las decisiones sobre el armamento que entrega a Kiev, pero los sistemas de mayor alcance son vistos en Moscú como una escalada del conflicto y muchos republicanos probablemente comparten esta opinión.
Putin ya denunció el viaje de Zelenski a Washington como una evidencia de que Estados Unidos está luchando contra Rusia en nombre de Ucrania.
Este no es el mensaje que Biden está tratando de enviar, ya que desde un principio ha dicho que no habrá un despliegue de tropas en Ucrania porque quiere evitar una guerra con Rusia.
Sin embargo, la reciente visita de Zelenski podría alentar en Putin la determinación de llevar su guerra hasta conseguir la victoria, sea lo que sea que eso signifique y sin importar el tiempo que dure.
Biden le recordó al presidente ucraniano que los aliados de Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) lo apoyarán también durante el tiempo que sea necesario. Pero ¿llegará un punto de quiebre que pueda fracturar la fuerte alianza que Biden ha construido en la OTAN?
Y si los republicanos comienzan a cuestionar los dólares que se gastan en Ucrania, habrá resistencia a la demanda de envió de más armas.
Putin, por otro lado, no parece preocuparse por los costos para la economía de Rusia y tampoco en términos de bajas para las fuerzas militares. Lo único que le importa es lograr sus objetivos.
Zelenski ha demostrado valentía, pero sin el 100% de respaldo occidental estaría luchando en la oscuridad. De hecho, ya lo está haciendo.
Si bien estuvo en lo correcto al decir que no está pidiendo caridad, sino ayuda para salvar la seguridad global, quién hubiera imaginado que la seguridad del mundo estaría en manos de un excomediante convertido por las circunstancias en un brillante líder de guerra.
En todo caso la interrogante es en realidad ¿Está realmente preparado Estados Unidos para apoyar a Ucrania durante el tiempo que sea necesario?