martes, noviembre 19, 2024
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Los recortes de la OPEP no han servido para nada, el barril no vale nada

El duro golpe que está dando el Coronavirus a la economía mundial está dejando situaciones y escenarios que, sin lugar a dudas, pasarán a la historia. Tras semanas en los que la bolsa registraba caídas históricas, donde los índices rompían continuamente mínimos, donde la actividad económica y la recesión nos lleva a escenarios que nos recuerdan al crac del 29, en medio de todo eso, se suma un nuevo suceso que, precisamente este, desconocíamos hasta el momento. Un suceso de gran importancia y que revela el duro escenario que atraviesa la economía: el petróleo en precios negativos.
La semana pasada conocíamos los deseos de la OPEP por reducir la oferta para contener los precios. Desde comienzos del año, el precio del petróleo ha descendido en más de un 80%. En este sentido, el cártel, con el fin de compensar las caídas y levantar el precio del petróleo, acordó una reducción en la oferta, pretendiendo compensar esa escasa demanda que, en la coyuntura que nos deja el Coronavirus, se muestra en niveles mínimos. Una medida a la que nos tiene acostumbrados la OPEP, pero que no ha salido tan bien como esperaban.
Con el avance de la pandemia, la actividad económica se muestra en mínimos y, con ello, el consumo de combustible cae en tanto en cuanto cae la demanda de combustibles en el mercado ante el parón económico. Esto está provocando que los depósitos de petróleo se estén colapsando cada vez más, provocando esos drásticos ajustes de precios que produce una demanda y una oferta que para nada se encuentran en equilibrio. Hablamos de un desequilibrio de mercado que, como vemos, quizá debió compensarse con una mayor reducción de la oferta, pues la aplicada parece quedarse escasa para contener los precios.
En el día de ayer, los mercados financieros vivieron ayer una jornada histórica. Los barriles de petróleo crudo cotizaron en negativo por primera vez en la historia de estos. Tal y como muestran los datos, en el día de ayer, el precio del Crude Oil West Texas cerraba la sesión a -37,63 dólares, lo que significa que los productores estaban pagando a los compradores para que les quiten el petróleo de las manos. En este sentido, ante la incapacidad de seguir depositando más reservas de petróleo en unos emplazamientos que se quedan insuficientes ante la escasa demanda que vive la economía.
De acuerdo con el New York Times, el consumo de petróleo ha vivido un descenso de en torno a 29 millones de barriles diarios. En este sentido, el recorte practicado por la OPEP y al que se sumaron todos los países, incluyendo a México, situaba el recorte en 9,7 millones de barriles. Si aplicamos nuestro conocimiento matemático, por escaso que sea, podemos observar que poca compensación se produce entre la oferta y la demanda cuando el recorte de consumo arroja 29 millones, mientras que el recorte representa un tercio del descenso en el consumo. Es decir, deberíamos triplicar el recorte para compensar y reestablecer el punto de equilibrio.
Así, todo ese exceso de oferta debe acumularse, colapsando las instalaciones de almacenamiento y provocando un incremento en los costes. Esto ha provocado ese descenso en los precios que vemos, un descenso que sorprendía a todo el mundo, al ver unos precios nunca vistos antes en la historia. Pero dejando de lado al petróleo como concepto general y centrándonos en el petróleo mexicano, este, como era de esperar, también se ha visto duramente sacudido con el escenario que vivíamos ayer en los mercados.
El precio del viernes de la mezcla mexicana se había ubicado en los 14.35 por barril, por lo que estamos hablando de una caída, ya por entonces, del 116%. Sin embargo, ante el desplome de ayer en los mercados, el petróleo ha perdido todo su valor en cuestión de días. Tras el cierre de la jornada, el precio de este se desplomaba hasta situar el valor por barril de mezcla mexicana en los -2,37 dólares por barril. Es decir, un nivel en el que no se había visto el petróleo desde el año 1986; momento en el que produjo, precisamente, la dura crisis del petróleo.
Pese al histórico acuerdo que mencionábamos en la OPEP, el desplome del petróleo en México se producía, a la vez que lo hacía en Wall Street el petróleo estadounidense. Es más, en el caso de Estados Unidos, el barril cerraba con registros negativos que situaron el precio en los -37,63 dolares. En este sentido, un precio inferior al de la mezcla mexicana y que muestra esa situación de Estados Unidos que, por razones de extracción, agravan su situación frente a otros países. Y es que ni los futuros arrojan optimismo sobre el futuro para el petróleo, pues como ya anunció el FMI, la economía se enfrenta a su peor recesión desde el Crac del 29.
Esta es una situación complicada para México, pues nuevamente se producen las desviaciones de las que tanto avisamos en su día, corrigiendo el pronóstico que hacía México sobre el precio del barril. En este sentido, el precio que pronosticaba y garantizaba el presupuesto por barril alcanzaba los 49 dólares, pero, ante la pandemia, se ha visto reducido hasta alcanzar, y con mucha suerte, los 35,9 dólares por barril. En este sentido, un descenso de más de 13 dólares por barril que modifica por completo las previsiones que tenía el país.
Mientras que en 2008, el peso de los ingresos netos de PEMEX se situaban en el 10,8% del PIB mexicano, a fecha de 2019, este ingreso representaba el 6,6% del PIB. Es decir, el negocio del petróleo en México va perdiendo cada vez más impulso; y con ello, los ingresos derivados del petróleo descienden en el país.
En resumen, con caídas vertiginosas en las exportaciones de petróleo y derivados, México cuenta con una seria dificultad en este sentido. Y es que, es mucho dinero el dependiente de estas exportaciones de petróleo que, además de verse reducidas al máximo, el precio, en estos momentos, sitúa su valor a 0, dejando sin ingresos por exportaciones de petróleo al país. Una dura situación que, ante las previsiones que arrojan los distintos organismos, podría extenderse hasta el próximo año. Así, sumando agregados coyunturales que, nuevamente, lastran el futuro de la economía mexicana.
Fuente: Forbes México

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