WASHINGTON — La mayoría republicana de la Cámara de Representantes de Estados Unidos escogió en privado este miércoles Steve Scalise como candidato para ser el nuevo presidente de esa entidad legislativa, luego de la destitución de Kevin McCarthy.
El resultado de la votación secreta y a puerta cerrada entre los republicanos no garantiza que el vacío se cubra este jueves, jornada en la que como muy pronto se podría llevar la votación al plenario.
Los dos candidatos principales para el puesto —el líder de la mayoría, Steve Scalise, y el presidente de la Comisión de Asuntos Jurídicos, Jim Jordan— buscaron a primera hora del miércoles el voto entre sus colegas republicanos. Ambos esbozaron sus visiones en un largo foro de candidatos previo a la votación privada.
Los conservadores están volcados en la urgencia del respaldo financiero a Israel en su esfuerzo militar. Para ayudar al ejecutivo israelí se necesita que la Cámara tenga un presidente elegido oficialmente.
Scalise derrotó por 113 a 99 a Jordan, el candidato por el que apostó Donald Trump y otras figuras externas de la órbita ‘trumpista’, como reseña el diario Vanguardia. Sin embargo, hay que ver cómo reaccionan algunos de los partidarios de Jordan e incluso de McCarthy, dispuestos a insistir en esta opción. Scalise, que hasta ahora es el jefe de la mayoría republicana, necesita 217 votos en el plenario. Solo se puede permitir perder cuatro votos de su grupo porque los demócratas (212 en total) tienen previsto apoyar unánimemente a su líder, Hakeem Jeffries.
Esta será la segunda vez este año en que los republicanos hacen los trámites para asignar el cargo de ‘speaker’, el tercer escalafón de poder en Estados Unidos.
Scalise, también seguidor de Trump, mostró su confianza de que su candidatura pueda pasar sin las complicaciones de su antecesor, en parte por la tensión internacional, si bien asumía un gran riesgo. “El mundo es muy peligroso y hemos de dar el mensaje de que la Cámara está abierta y trabajando”, declaró tras ganar la nominación. En la solapa de su traje lucía una insignia con las banderas de Estados Unidos e Israel.
Sostuvo que lo primero que hará, en caso de lograr el cargo, será aprobar una resolución para asisitir a Israel. Entre sus retos para los ciudadanos estadounidenses estableció la lucha contra la inflación, el precio de la energía y “asegurar” la frontera con México por la entrada de indocumentados. En esas primera palabras no hizo referencia alguna a un posible cierre financiero del gobierno, que se producirá si no hay acuerdo en la fecha límite del 17 de noviembre.
Mientras tanto, McCarthy, que se había postulado para recuperar el empleo que acaba de perder, dijo a sus colegas que no lo nominaran en esta ocasión. En lugar de ello, durante el foro de candidatos del martes por la noche, McCarthy leyó un poema de la Madre Teresa de Calcuta y pronunció una oración de unidad.
“No sé como diablos llegas a 218” representantes, dijo el congresista Troy Nehls posteriormente, refiriéndose a la mayoría que generalmente se necesita obtener en las votaciones para conseguir el puesto. “Podría ser una larga semana”.
Los representantes republicanos obtuvieron la mayoría con la aspiración de funcionar como un equipo y gestionar el gobierno más como una empresa, pero las concesiones de unos y las exigencias de otros han complicado esa estrategia, en un momento de crisis nacional e internacional, ahora con una nueva guerra entre israelíes y terroristas palestinos de Hamás e, incluso, Hezbolá, en el Líbano, que ha prometido entrar en el conflicto armado.
Ahora que los republicanos de la Cámara de Representantes buscan elecciones anticipadas este miércoles para elegir a un nuevo presidente, la coalición de legisladores de extrema derecha que destituyó a McCarthy ha demostrado el enorme papel que pueden desempeñar algunos legisladores en la elección del sucesor, un símbolo real de democracia.
“Ahora mismo no me entusiasma ninguna de las dos opciones”, dijo el representante Ken Buck, republicano de Colorado que votó a favor de la destitución de McCarthy.
Tanto Scalise como Jordan trabajan enérgicamente para conseguir apoyo. Ambos se están ganando fácilmente a decenas de simpatizantes y podrían conseguir la mayoría de los 221 republicanos en las próximas horas.