El presidente de Colombia, Gustavo Petro, prometió la «paz total» para su país y, sin embargo, lo que ha sucedido es un aumento del 80% de los secuestros desde que asumió el poder. Según cifras oficiales, entre enero y septiembre de 2023 se presentaron 241 casos de secuestro.
La violencia en el país suramericano no ha hecho más que aumentar. Los grupos armados demuestran su poderío en los miles de casos de extorsión, secuestros y asesinatos; mientras el presidente muestra una posición negociadora con las principales bandas delictivas como el ELN y el Estado Mayor Central, un grupo disidente vinculado a los rebeldes supuestamente disueltos de las FARC.
Un reporte del Financial Times reveló que desde que Petro llegó a la Casa de la Nariño los delitos relacionados con la extorsión aumentaron un 27%, señala que los asesinatos «apenas han disminuido» y que los secuestros se dispararon a cifras alarmantes en comparación con el primer año de Gobierno del expresidente Iván Duque.
En Colombia, los grupos armados no luchan contra las fuerzas de seguridad, sino que ahora se disputan territorios entre sí buscando controlar rutas de contrabando y evidenciando su expansión; entre tanto Petro intenta seguir los pasos del expresidente Juan Manuel Santos.
La erosión de las capacidades operativas y de inteligencia de las fuerzas de seguridad ha resultado «en un fortalecimiento del control de los grupos armados en las zonas rurales y una expansión del tráfico de drogas, la minería ilegal y la extorsión y el secuestro», explicó al FT Oliver Wack, gerente general de Control de Riesgos para la región andina. La intención de negociar de Petro incluyó una reducción en la seguridad en las zonas de conflicto, y a raíz de allí, se acrecentaron los delitos.
“Grupos armados y criminales intensificaron operaciones para consolidar territorio y mejorar su posición negociadora antes de que Petro asumiera el poder. Los altos el fuego que declaró en el primer semestre de este año constituyeron un regalo táctico para estos grupos. Sin ningún ejército que los presionara, eran libres de rearmarse, reclutar y reabastecerse», reiteró al FT Elizabeth Dickinson, analista senior para Colombia de International Crisis Group.
Los fallidos resultados de Petro han generado tanta molestia en los colombianos que un reciente estudio de Datexco señaló que el 53% de los encuestados está en contra de continuar con las conversaciones de paz con el ELN y sólo 37% considera que se deben mantener.
Y es que en plenas negociaciones con Petro, el ELN no ha pausado sus actos criminales, de hecho los ha incrementado hasta el punto de que llegó a secuestrar al padre del destacado futbolista Luis Manuel Díaz. Su líder Eliécer Herlinto Chamorro, alias Antonio García, admitió que se trató de un «error», pero dejó en evidencia cómo el grupo no tiene intenciones de abandonar su faceta criminal. Sólo en 2023 ha secuestrado a 32 personas.
Queda esperar a conocer si Gustavo Petro logrará la famosa «paz total» que prometió, pese a que en su primer año de gestión los resultados fueron contrarios a lo que él mismo esperaba.