SONIA SCHOTT,
Las carreras por los últimos 100 metros son comparables en algunos aspectos con las elecciones presidenciales: una competencia reina, cargada de adrenalina, donde se requiere el máximo esfuerzo para llegar a la meta. Sin embargo, los 100 metros en atletismo se desarrollan en una pista recta, plana y sin obstáculos, condiciones que no se pueden endorsar a la actual carrera electoral estadounidense.
Las bases de votantes de cada partido ya tomaron su decisión. Los republicanos están votando en base a la economía, la inmigración y la seguridad. Para los demócratas, los temas prioritarios son: la atención médica, el aborto y la democracia.
Pero más allá del panorama interno, los resultados de estas elecciones tendrán un impacto significativo en todo el mundo.
Los primeros meses de una nueva administración, que comenzará el 20 de enero de 2025, podrían ser radicalmente diferentes según quién gane, en poco más de una semana.
El nuevo presidente deberá fijar postura sobre cómo enfrentar al menos dos conflictos armados en plena ebullición, en el Medio Oriente y en Ucrania.
La reciente ofensiva de Israel en represalia contra Irán, aunque no incluyó instalaciones nucleares, a pedido de La Casa Blanca, intensificó las tensiones en la región.
Irán reaccionó en un principio, restado importancia al ataque, pero queda en el aire la interrogante sobre si responderá y cómo.
El hecho de que una nueva administración estadounidense tenga alguna influencia sobre cómo poner fin a los combates en Gaza y Líbano dependerá en gran medida de la relación personal con el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, quien durante los últimos 12 meses ha seguido adelante con sus objetivos de destruir a Hamás y Hezbolá, a pesar de los constantes intentos de Washington y más recientemente de Egipto, de negociar un alto el fuego.
En cuanto a la guerra entre Rusia y Ucrania, si el republicano Donald Trump gana, se espera que cumpla su promesa de poner fin a la guerra en los días siguientes a su toma de posesión. Aunque nunca ha divulgado exactamente cómo, la semana pasada el presidente ruso, Vladimir Putin, dio la bienvenida a la oferta de Trump.
Por su parte, la demócrata Kamala Harris, ha confirmado que continuará con la actual estrategia del presidente Joe Biden, de respaldar con armamento a Ucrania durante el tiempo que sea necesario para derrotar a Rusia.
El exasesor de seguridad nacional de Trump, Robert O’Brien, en un artículo de “The New York Times” afirmó que bajo Trump el mundo fue más seguro y sin guerras, añadiendo que la cautela de Biden fue aprovechada, primero por los talibanes durante la caótica retirada de las tropas estadounidenses en agosto de 2021, y luego por Putin, con la invasión de Ucrania en febrero de 2022, apostando a que Washington no intervendría.
Ahora que la administración Biden llega a su fin, ¿es justo sugerir que el mundo bajo el actual presidente se ha vuelto más peligroso y volátil? Y si es así, ¿qué puede hacer al respecto un presidente Trump o una presidenta Harris?
Si bien el argumento de O’Brien es puramente especulativo, apela a los temores de los votantes.
Aunque Estados Unidos sigue siendo una pieza clave en el acontecer mundial, ahora enfrenta nuevos desafíos: alianzas internacionales, en particular en el área económica, como el grupo de países emergentes, BRICS, formado inicialmente por Rusia, China, India, Brasil y Sudáfrica y que ahora incluye a Egipto, Etiopía, Irán y los Emiratos Árabes y que, reunidos recientemente en Rusia, buscan contrarrestar la influencia estadounidense.
Quien servirá mejor al país frente a esta creciente oposición al influjo mundial estadounidense ¿Harris o Trump? Y más aun ¿cuál de los dos candidatos tendrá lo necesario para detener los conflictos globales?
Harris es una persona competente y articulada, pero ¿podrá enfrentar un mundo cada vez más hostil? Muchos analistas ya están diciendo que estaríamos en los albores de una tercera guerra mundial.
Y si Trump gana las elecciones, ¿pueden los votantes confiar en que tomará decisiones racionales y sensatas cuando en el pasado ha mostrado una tendencia a favorecer políticas extremas? Como presidente, una vez amenazó con aniquilar a Corea del Norte.
En todo caso, mientras la carrera presidencial cuerpo a cuerpo avanza por esos siete estados decisivos y la adrenalina sube, desde la meta todavía no sabemos con certeza, quién está ganando.