lunes, diciembre 23, 2024
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Lula gana, Brasil pierde

Decíamos ayer, aunque más que decirlo, lo anhelábamos, que ojalá la mayoría del pueblo brasileño resistiera la presión y evitara con sus votos que un criminal convicto, amigo íntimo de dictadores y socio fundador de la Internacional de la Miseria comunista que es el Foro de Sao Paulo como Luis Inazio ‘Lula’ da Silva, volviera a ser presidente. Pero no ha sido así. La izquierda corrupta vuelve a la Jefatura del Estado brasileño.

Esta desgracia, la de permitir la vuelta de un delincuente izquierdista, ha sido una constante en la mayoría absoluta de las elecciones celebradas en la Iberosfera en los últimos dos años. A pesar de que nuestra capacidad de asombro está limitada por años de experiencia acumulada, no podemos dejar de sobrecogernos porque una mayoría (exigua, pero mayoría), de nacionales de los países iberoamericanos, conociendo a la perfección la ineptitud y la querencia por la corrupción de esa izquierda, de la misma izquierda que fue expulsada a sentencias y a votos de las responsabilidades de gobierno, la vuelva a reclamar para que termine de llevarlos al desastre.

Esto no es una hipérbole. El desastre es el único escenario en el que medra feliz el comunismo, como está demostrado desde hace más de un siglo en todos y cada uno de los países que han tenido la mala fortuna —o la pésima memoria— de sufrirlo. La verdad es sólo una: Lula y los socios supranacionales a los que sirve han vuelto a Brasil para terminar su obra inconclusa de institucionalizar la corrupción en Brasil para apuntalar el Foro de São Paulo.

Como ocurre desde que un tribunal próximo a Lula anulara sus sentencias condenatorias por un tecnicismo que no levanta su condena moral —Lula es un corrupto y ningún tecnicismo lo exonera—, los medios del consenso progre, la voz de sus amos globalistas e indigenistas, comenzaron una campña de blanqueamiento de la figura de Lula que en demasiadas ocasiones ha llegado hasta el ridículo. Hoy, si se asoman a los demás medios, a la inmensa mayoría de ellos, observarán cómo se repite con machacona insistencia la mentira de que Lula es un izquierdista, incluso un socialdemócrata, que ha vencido a un ultraderechista. Es un relato falso, como saben los lectores informados y la mitad menos unos pocos de brasileños. Los culpables de esta narrativa de política ficción, los medios cómplices, serán los primeros en ponerse en la cola del Palacio de Planalto, junto con los sicarios del Grupo de Puebla, para recibir su recompensa. Cherchez l’argent.

Enfrente, por fortuna, Lula tendrá un Congreso brasileño en el que fuerzas de oposición al comunismo tienen una mayoría consolidada en las elecciones que se celebraron hace poco más de un mes. Pero no debemos ilusionarnos. La misma experiencia que nos impide asombrarnos ante la vuelta de los criminales al poder, es la que nos recuerda cómo usa la izquierda el resto de los poderes del Estado, con especial relevancia el Poder Judicial, para anular cualquier intento democrático de oposición legítima.

El esquema criminal del Socialismo del Siglo XXI ha ganado. Brasil ha perdido. Sólo queda no rendirse. Foro Madrid, la gran alternativa por la libertad y el imperio de la ley justa y en contra del comunismo, no se rendirá. Y con él, La Gaceta de la Iberosfera y los pocos medios libres y sensatos que quedan en la región.

Fuente: La Gaceta de la Iberosfera

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