La verdad molesta e incomoda, pero a María Corina Machado eso no la detiene, sino la impulsa más a exponerla en cualquier tribuna donde su voz tenga resonancia. Con su participación en la reciente sesión del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas dejó correr la verdad sin filtros.
“Venezuela es un país arrasado, cuyo saqueo ha enriquecido a unos pocos y sumergido en la miseria a más del 90 % de la gente. Es un país sin ley donde la vida no vale nada y la sociedad vive bajo el terror de un Estado criminal que tortura desaparece y persigue a periodistas, sindicalistas, amas de casa y estudiantes”, aseguró Machado, quien funge como la coordinadora de Vente Venezuela, en la sesión virtual 46 del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, para actualizar el informe oral de la alta comisionada, Michelle Bachelet.
Eso no fue todo. En un minuto y medio de intervención, con voz firme y enérgica, condenó que “una generación de niños crecen sin alimentos, sin vacunas, sin educación, sin sus madres y esto es intencional”.
Aseveró que el cuadro del conflicto es consecuencia de una “acción sistemática de un Estado mafioso dispuesto mantener el poder al costo que sea”. A sus interlocutores les increpó sin titubeos sobre “cuántos migrantes más hacen falta para que actúen, cuántos desaparecidos y presos políticos” para que actúen.
Al presidente del Consejo, Nazhat Shameem Fiji, no le agradó el discurso de Machado y pidió utilizar un «lenguaje apropiado para este foro de derechos humanos para tener un diálogo respetuoso con estándares».
Organismo en dilema
Sobre las funciones de la organización, la dirigente opositora también alzó cuestionamientos. De forma clara subrayó que la entidad internacional no estaba para “escuchar a tiranos sino para escuchar a las víctimas” e incluso les recriminó si sus acciones eran “para lavarle la cara a los peores violadores de derechos humanos del mundo o para que el mundo conozca conozco y reaccione ante estas atrocidades”.
Para Machado es una “vergüenza que el régimen venezolano acusado de crímenes de lesa humanidad sea parte del Consejo y no hay más excusas, es tiempo de actuar”.
Y es que la actuación de la ONU en el caso de Venezuela ha sido tímida e incoherente. Por un lado la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, renovó el año pasado el Memorando de Entendimiento para aumentar la cooperación humanitaria con el régimen de Nicolás Maduro y por el otro criticó la situación en el país al presentar un informe en el que denunciaba “detenciones arbitrarias, violaciones a las garantías al debido proceso” y casos de “tortura y desapariciones forzadas” y pese a ello le pidió «transparencia y confianza» para en el fraude electoral del 6 de diciembre.
Esa misma opacidad permitió que Irán, China, Rusia y Corea del Norte exhortaran al Consejo de Derechos Humanos en Australia al respeto de los derechos humanos en su territorio cuando representan a los cuatro regímenes más sanguinarios.
Ahora Bachelet no pudo evadir la situación y reconoció que «el espacio cívico y democrático se sigue reduciendo en Venezuela» pero confía en que «el nombramiento del próximo Consejo Nacional Electoral es una prueba de la credibilidad de las próximas elecciones». Siempre ambigua.
Una corporación criminal
A la voz de María Corina Machado se unió la de Diego Arria, ex representante de Venezuela ante las Naciones Unidas y exasesor especial del secretario general, Kofi Annan, cuando se creó el Consejo de Derechos Humanos.
Arria también fue contundente. En su intervención de un minuto divulgó que “el país está tomado no por un régimen, ni siquiera es un gobierno. Eso es una corporación criminal militarizada y esa corporación criminal militarizada está sentada entre ustedes, cuando se suponía que en el Consejo de Derechos Humanos, todos sus integrantes debieran mantener una calidad en la defensa de los derechos humanos”.
A su cuestionamiento agregó que junto a la organización United Nations Watch encabeza una campaña para suspender a Maduro porque “los crímenes de lesa humanidad tienen también un responsable personal e individual que se llama Maduro”.
Fuente: PanamPost