Nuevo récord que confirma la invasión consentida —e incluso alentada— por la Administración Biden a través de su frontera sur: sólo el pasado mes de diciembre 371.036 extranjeros entraron ilegalmente en los Estados Unidos, rompiendo el máximo anterior de 341.392 establecido en agosto de 2023, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP). Y la crisis fronteriza continúa sin un final a la vista.
También en ese mes alcanzó una nueva plusmarca el número de detenciones de intrusos a lo largo de la frontera terrestre suroeste, 302.034. Las cifras récord se producen antes de los esfuerzos republicanos de la Cámara de Representantes para acusar al secretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Alejandro Mayorkas, por su manejo de la crisis de inmigración ilegal. Se espera que el diputado republicano de la Cámara de Representantes Mark Green presente cargos contra él esta semana.
«El secretario Mayorkas se ha superado a sí mismo una vez más; nunca habíamos visto cifras tan catastróficas, incluso con cifras históricamente altas de encuentros bajo su mandato», dijo Green en un comunicado. «Las cifras de diciembre constituyen la prueba más innegable de que el secretario Mayorkas debe ser sometido a un juicio político».
En su comunicado, el diputado se atrevió al fin a reconocer que estas cifras récord no sólo son un “desastre”, sino que son intencionales. «Este asombroso número de encuentros en nuestras fronteras sólo ocurre de modo intencional y por una negativa deliberada a cumplir las leyes aprobadas por el Congreso», manifestó Green, acusando al jefe del DHS de «haber abierto intencionalmente nuestras fronteras». Él, como muchos de sus compañeros republicanos, ha acusado a la Administración Biden de relajar las políticas fronterizas y abrir la puerta a una fuerte afluencia de extranjeros ilegales.
Los funcionarios del Gobierno federal han rechazado tales acusaciones, afirmando que están haciendo todo lo posible para frenar la afluencia y culpando de diversas formas a factores como las fluctuaciones estacionales, un sistema de inmigración fallido e incluso el cambio climático.
Mientras tanto, los votantes están cada vez más alarmados por la crisis fronteriza, y una encuesta reciente muestra que la inmigración se ha convertido en su principal preocupación, desplazando a la inflación al segundo lugar.