Más de 970 satélites desplegados para apoyar ataques contra portaviones forman parte de las nuevas capacidades que China desarrolla en el espacio. Esa es la conclusión a la que llegó la Fuerza Espacial de los Estados Unidos (USSF, por sus siglas en inglés) en un informe al que también se suma la advertencia de que Rusia “está construyendo un arma espacial nuclear capaz de provocar explosiones a gran escala que podrían destruir satélites estadounidenses y de otros países”, completa el texto reseñado por el Washington Times.
“La inteligencia sugiere que el Ejército Popular de Liberación (EPL) probablemente ve las operaciones antiespaciales como un medio para disuadir y contrarrestar la intervención militar estadounidense en un conflicto regional”, agrega el informe que no hace más que validar las preocupaciones que hay en la Casa Blanca por los desarrollos que lleva adelante el ejército al servicio del régimen comunista chino.
Ante esta novedad y otras más recientes sobre la existencia de nuevo armamento nuclear, el hecho de que casi 90 % de las tecnologías críticas están en manos de China o las armas que Rusia prepara para derribar satélites extranjeros en el espacio, hay dudas sobre cuál será el momento en el que ambas potencias –enemigas de Estados Unidos– decidan lanzar una ataque contra Occidente. La respuesta suele ser casi unánime entre expertos geopolíticos: estos arsenales suelen servir más para disuadir o amenazar a EE. UU. cuando Xi Jinping o Vladímir Putin lo crean necesario.
Satélites chinos identifican buques de EEUU
Estos casi mil satélites pueden “cegar y ensordecer al enemigo” al destruir, dañar e interferir los satélites de reconocimiento y comunicaciones occidentales, por lo que una preocupación es la gran cantidad de satélites que China tiene ahora en órbita “particularmente para [inteligencia, vigilancia y reconocimiento] como parte de su construcción sistemática de un complejo integral y capaz de reconocimiento y ataque”.
Y es que el lanzamiento de satélites chinos al espacio aumentó 560 % desde el año 2015. De los 970 que calcula la Fuerza Espacial de los Estados Unidos, 490 se utilizarían para inteligencia militar, vigilancia y reconocimiento con sensores que incluyen tecnología electroóptica, de radar multiespectro y de frecuencia de radar.
No es la primera vez que se habla de esto. Hace pocos meses, Gregory J. Gagnon, el general de División en el Instituto Mitchell de Estudios Aeroespaciales. explicó que los datos recogidos por los satélites chinos son capaces de identificar la posición de buques y otros componentes militares. Una evidente ventaja en caso de desatarse un conflicto. Además, eso explica por qué la Administración Biden mantiene “solo una pequeña cantidad de copias impresas distribuidas a unos pocos funcionarios de seguridad nacional y comandantes del Pentágono” que describe una estrategia nuclear secreta ante la amenaza china.
No obstante, las informaciones que trascienden forman parte de un nuevo escenario mundial donde países inmersos en conflictos ya cuentan con robots que transportan municiones o medicamentos a zonas críticas del campo de batalla. Otro crean comandantes con inteligencia artificial capaces de dirigir a varios batallones al mismo tiempo. Por lo pronto, surgen advertencias como la que ahora hace la USSF al adelantar cómo el EPL “puede estar desarrollando bloqueadores para atacar [las comunicaciones satelitales] en un rango de frecuencias, incluyendo sistemas de frecuencia extremadamente alta protegidos por el ejército estadounidense”.