Alberto Fernández y Luis Lacalle Pou volvieron a encontrarse en la cumbre del Mercosur. La discusión entre ambos data del inicio de sus gestiones. El argentino, resignado a la política económica del kirchnerismo duro, pretende mantener al bloque como un espacio común que para lo único que sirve es para viajar con el DNI, sin necesidad del pasaporte. Sin embargo, el uruguayo, con el respaldo entusiasta de Paraguay y con un moderado apoyo de Brasil, quiere abrirse a comerciar con todos los bloques y países del mundo que estén dispuestos a hacerlo.
En el primer round mostraron las cartas y las disidencias. Luego, Lacalle Pou advirtió que, si el Mercosur no se abría, Uruguay lo haría unilateralmente. Hoy, ante el desastre de la economía argentina que se desmorona, el mandatario charrúa sacó pecho ante un rival absolutamente devaluado y advirtió que el acuerdo de su país con China es solo el inicio. Cabe destacar que recientemente, Pou también comenzó a negociar de forma unilateral con el Reino Unido.
En el plenario de hoy, que tuvo lugar en Asunción, Fernández pidió, en clara referencia a Uruguay “no nos ilusione la idea de separarnos y buscar soluciones individuales, con un proyecto propio que me alcance a mí”. El presidente argentino, en el marco de los inminentes tratados de Lacalle Pou con China, dijo que esa actitud a las espaldas del Mercosur “es de corto aliento”.
Con la economía argentina incendiada, el argentino tuvo que bajar el tono de su largo enfrentamiento con su par uruguayo y ya no se animó a mostrar la intransigencia que tuvo hasta este momento. Con sus acciones en baja, y con miles de turistas de Montevideo pasando vacaciones de lujo en Buenos Aires con tan solo un puñado de dólares que cambian en el mercado negro de la city porteña, Alberto se limitó a pedir que los jefes de Estado protejan al Mercosur. Lejos de la prepotencia de hace unos meses, Fernández pidió tiempo para seguir explorando las alternativas en conjunto dentro del bloque.
La respuesta lapidaria
Luego de la exposición del mandatario argentino, Lacalle Pou recogió el guante y, nombrándolo directamente sin ningún eufemismo, el presidente de Uruguay dijo que iba a referirse al término “protección”, mencionado por Fernández. En este sentido, el jefe de Estado uruguayo dijo que su obligación como jefe de Estado es esa, la de “proteger” a los ciudadanos de su país. Y en su opinión, señaló que la mejor forma de protegerlos es abriendo la economía de Uruguay al mundo.
Mientras Lacalle Pou decía estas palabras, las cámaras de la transmisión oficial enfocaron a un Alberto Fernández abatido, con sus lentes puestos, mirando su teléfono celular. Es que en esos momentos se enteraba que en Buenos Aires el dólar volvía a trepar, ubicándose en los 338 pesos. Con ese contexto, con los uruguayos de vacaciones en Argentina y los empresarios argentinos escapando y radicándose en el Uruguay, Fernández no tiene argumento para seguir discutiendo absolutamente nada.
Fuente: Panam Post.