CIUDAD DE MÉXICO – México prevé ampliar la red ferroviaria de pasajeros hacia el norte a través de nuevas líneas que conectarán Ciudad de México con la frontera con Estados Unidos, lo que podría alentar los cruces ilegales de la inmigración.
El proyecto también contempla ampliar la red con Guadalajara, la segunda ciudad más grande del país.
La futura presidenta Claudia Sheinbaum dijo el miércoles que se prevén tres nuevas líneas ferroviarias que, en principio, aprovecharán los derechos de vía actual de los trenes de carga con el objetivo de construir en paralelo las vías de los trenes eléctricos de pasajeros que pueden viajar a una velocidad de hasta 160 kilómetros por hora y que discurrirían previsiblemente confinados, es decir, entre muros.
“Nuestro objetivo es trenes similares al Tren Maya hacia el norte”, dijo Sheinbaum.
Críticos del proyecto señalan que los costos proyectados de 26.000 millones de dólares podrían ser poco realistas, tomando como referencia el Tren Maya, cuyo presupuesto inicial ha sido superado ampliamente, alcanzando más de 30.000 millones de dólares sin haber sido completado aún. Temen que una expansión tan extensa podría resultar en gastos aún mayores y aumentar el déficit fiscal del país, que ya es preocupante.
Adicionalmente, es el posible incremento en la inmigración hacia Estados Unidos. La mejora en la infraestructura ferroviaria y la conectividad con las ciudades fronterizas podría facilitar los movimientos migratorios, intensificando la crisis migratoria y las tensiones diplomáticas con el vecino del norte.
Al igual que el Tren Maya, la construcción de nuevas líneas ferroviarias podría causar un impacto negativo en el medio ambiente y no garantizar los retornos económicos esperados. La historia reciente de proyectos ferroviarios inconclusos, como el tren a Toluca y el tren hacia el aeropuerto Felipe Ángeles, refuerza estas preocupaciones.
Ruta planteada
Horas antes de los comentarios de Sheinbaum, el actual mandatario adelantó los planes de su sucesora y dijo que durante el próximo sexenio se construirían 3.000 km de trenes de pasajeros, el doble de los que él proyectó durante su mandato.
Una de las líneas irá de Ciudad de México a Querétaro, San Luis Potosí, Monterrey —-la capital industrial mexicana— para acabar en Nuevo Laredo, ciudad fronteriza con Texas, un recorrido de más de 1.100 kilómetros.
Según explicó Sheinbaum, otra línea iría desde Querétaro a Guanajuato hasta llegar a Guadalajara y, potencialmente, podría ampliarse por la costa del Pacífico hasta Nogales, en la frontera con Arizona, aunque Sheinbaum consideró que es posible que este segundo tramo no se pueda desarrollar durante su administración que comenzará el 1 de octubre y terminará en 2030.
López Obrador, sin embargo, fue más ambicioso en los planes y habló de incluso de llegar más allá de Nogales hasta Mexicali y Tijuana, ciudades fronterizas con California, y de otra línea que conectaría Ciudad de México con Ciudad Juárez, vecina de El Paso, Texas, trayectos sobre los que su sucesora no se pronunció.
La tercera línea de la que sí habló Sheinbaum ampliaría el tramo que actualmente está en construcción para conectar la capital con el aeropuerto Felipe Ángeles hasta llegar a Pachuca, 90 kilómetros al norte de Ciudad de México.
Sheinbaum explicó que está analizando cómo está el derecho de vía en todos los nuevos tramos a construir para negociar con los actuales concesionarios, que mantendrían sus servicios de carga, y poder hacer las licitaciones de las nuevas obras en cuanto inicie su gobierno.
“El objetivo es la conectividad de nuestro país manteniendo los trenes de carga que tienen un potencial enorme… y lo que significa la generación de empleo vinculado con obra pública que potencia la inversión privada”, afirmó la futura presidenta.
Sheinbaum ya había adelantado que para el desarrollo de todos estos proyectos se seguirá contando con las Fuerzas Armadas y que su objetivo es que también los nuevos trenes se construyan en México.