Las visas se entregaron en los estados de Puebla, Veracruz, Oaxaca, Morelos, Hidalgo y Guerrero, agregó el INM.
En los últimos días, cada vez más migrantes, la mayoría centroamericanos, se han acercado a las autoridades porque después de recorrer más de 300 kilómetros, muchos con niños en brazos, no podían más, El miércoles en torno a un millar seguía caminando en grupo pero la caravana había llegado a juntar en su momento álgido a unas 4.000 personas.
“Ya me estaban dando ganas de entregarme porque ya no aguanto, me duelen mucho mis piernas y mi hija igual anda igual», explicaba la salvadoreña Marisol Guzmán desde Zanatepec, en Oaxaca. Sin embargo, su madre la animó a seguir.
Guzmán dijo sentirse más desanimada porque mucha gente ha desistido. Ella reconoció que no está muy de acuerdo con algunas cosas que les indican los activistas que les acompañan “pero tenemos que seguir porque el señor que nos dirige es el que sabe… yo no conozco por estos lados”.
El grupo se encontraba el miércoles en Zanatepec, en la zona del istmo, la más estrecha del sur de México.
Algunos tenían miedo hasta de ir al médico por miedo a que les detuvieran y les devolvieran a sus países. Otros en cambio, como Byron Villafuente, que viajaba con su esposa y su hija, dijo que lo detuvieron cuando fue a comprar pero aunque le tuvieron tres días encerrado luego le soltaron.
En las dos semanas y media de caminata solo un día se registró un choque violento entre un pequeño grupo de migrantes y miembros de la Guardia Nacional que acabó con cinco agentes heridos.
Fuente: Diario las Américas