«Por la paz y por la democracia» se concentraron este sábado en Lima miles de votantes de la candidata presidencial Keiko Fujimori, reunidos por el miedo al comunismo y el terrorismo que afirman que traerá la candidatura del izquierdista Pedro Castillo si gana las elecciones.
La movilización se inició en la neurálgica Plaza San Martín, el mismo escenario que hace tan solo una semana aglomeró a otros tantos miles de peruanos en una marcha contra Fujimori, que reivindica el legado de su padre, Alberto Fujimori (1990-2000).
La banderas de Perú y las camisetas de la selección de fútbol imperaron entre los participantes, siguiendo el ejemplo de la candidata del partido fujimorista Fuerza Popular, que lleva toda la segunda vuelta haciendo campaña con la camiseta del combinado nacional para simbolizar que votar por ella es votar por el país.
Las arengas y pancartas con mensajes de «no al comunismo» y «no al terrorismo» proliferaron, a similitud de los grandes paneles publicitarios que llevan semanas proyectándose en las grandes ciudades de Perú.
«No podemos permitir los peruanos que nos pase a gobernar el comunismo. Es necesario defender a Perú de ello», afirmó a EFE el joven Diego Vargas, uno de los que lucía la camiseta blanquirroja de la selección.
«Considero un deber, algo necesario para todo peruano, defender la patria de una gran amenaza para la que postula (el partido) Perú Libre, que es ofrecer a Perú el comunismo», añadió Vargas.
«Al borde del colapso»
Entre los distintos participantes en la movilización que acudieron en pequeños grupos de amigos o de familias estaba Milagros Sayán, quien aseguró a EFE que todos estaban ahí «por la lucha por la democracia».
«Mi país está al borde del colapso. Vemos a nuestros países hermanos como están en este momento sufriendo. Es el caso de Chile, Argentina, Venezuela, Cuba. ¿Y ahora queremos que así esté Perú?», se preguntó Sayán, cuya respuesta la tenía en la mascarilla: «no al comunismo».
Junto al miedo al comunismo, también está entre los votantes de Fujimori el miedo a un hipotético resurgimiento del terrorismo en la forma que se dio durante el conflicto armado interno (1980-2000), causado por el grupo maoísta Sendero Luminoso y el marxista Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).
Por ese motivo en especial había acudido Julio, aterrado por la masacre de 16 personas ocurrida esta semana en el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), la mayor zona cocalera de Perú, donde aún existe un remanente de Sendero Luminoso que sobrevive financiado por el narcotráfico, al que le hace de guardaespaldas.
«Yo tengo mi polo (camiseta) de (Mario) Vargas Llosa, y si yo salgo a la calle con él, no tengo miedo, pero si salgo con un polo que diga Abimael Guzmán (fundador de Sendero Luminoso) asesino, me daría miedo», contó a EFE Julio mientras mostraba su camiseta con la foto del premio Nobel de Literatura.
Camisetas de Vargas Llosa
El escritor, acérrimo enemigo del fujimorismo desde que hace 30 años perdiera las elecciones presidenciales frente a Alberto Fujimori, se ha vuelto en estas elecciones el mayor apoyo mediático de Keiko Fujimori, para la que ha pedido votar frente a la candidatura de Castillo.
«Creo que Perú le debe mucho a Vargas Llosa. En su época, las ideas que propuso para el Perú fueron muy novedosas, como el «shock» económico o sincerar los precios porque estaban muy distorsionados. Era una medida muy dolorosa pero que dio resultados. Ahora se le menosprecia. La ingratitud es siempre así», agregó Julio.
La marcha, que después se encaminó hacia el cercano parque del Campo de Marte donde hubo varios discursos, tuvo varios conatos tensos cuando distintas personas que no eran fujimoristas les recordaron a los allí presentes las acusaciones de más de 30 años de prisión por corrupción que enfrenta Keiko Fujimori.
Entonces, esa marcha «por la paz y la democracia» se volvió hostil con gritos de «terruco» (terrorista) y «comunista», hasta expulsarlos de la plaza.
También, más entrada la noche llegaron algunos simpatizantes de Perú Libre, el partido por el que postula Castillo, lo que también causó momentos de tensión en una plaza donde apenas había resguardo policial.
Todo ocurrió a ocho días de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, donde más de 25 millones de peruanos están convocados el próximo domingo 6 de junio a elegir a la persona que gobernará Perú por los próximos cinco años.
Fuente: PanamPost