La Universidad Francisco Marroquín de Guatemala, un ámbito académico para el desarrollo de todas las tradiciones de la libertad, ha iniciado un observatorio denominado Milei Reform Watch, que viene monitoreando las acciones del gobierno del presidente argentino desde sus inicios.
Un equipo de investigadores vinculados con la economía, el derecho, la política, provenientes de varios países, junto con otros especialistas argentinos, elaboran informes periódicos y estudios de campo sobre el avance de los cambios políticos implementados por el gobierno de Milei.
Dentro de este equipo está el Dr. Ricardo Manuel Rojas, quien ha producido varios informes sobre los aspectos legales vinculados con el DNU 70/23, la Ley Bases y la ley Fiscal, la creación del Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado y el Pacto de Mayo. En el seguimiento de la implementación de estas normas, acaba de publicar un breve informe de actualidad. Con él mantuvimos el siguiente diálogo:
-¿Por qué crear un observatorio sobre Milei en una Universidad en Guatemala?
-La misión de la UFM, decidida cuando fue creada esa universidad hace 52 años, es “la enseñanza y difusión de los principios éticos, jurídicos y económicos de una sociedad de personas libres y responsables”. La llegada de Milei a la Presidencia, invocando sin dobles discursos la defensa de la libertad, hizo que rápidamente decidiéramos estudiar su gobierno, con una mirada abierta y un razonamiento crítico, porque si le va bien, estará dejando un legado para las transformaciones liberales tan necesarias en muchas partes del mundo.
– ¿Cómo ven los primeros meses del gobierno?
-Teniendo en cuenta las dificultades que enfrenta (minoría en ambas cámaras legislativas, una oposición que lo ha hostigado desde el primer día y el poco acompañamiento de muchos gobernadores), hasta ahora Milei ha podido avanzar en muchos de los cambios propuestos, siendo al mismo tiempo respetuoso de las instituciones constitucionales. Eso es muy destacable.
Los economistas del observatorio han publicado varios informes y gráficos que señalan el avance positivo durante estos meses. Remito a la abundante información contenida allí. Pero se puede concluir que más allá de que la situación todavía es delicada, ha podido campear una crisis que podría haber sido de las peores del último siglo. Ciertos resultados macroeconómicos como lograr el equilibrio fiscal, la eliminación de la emisión espuria de dinero y el control del festival de bonos y trampas dejadas por el anterior gobierno, son sin dudas éxitos que, aunque no sean suficientes, son necesarios para poder encarar la siguiente etapa.
– ¿En el área jurídica que trabajan, se han producido cambios significativos?
-Desde que se logró la aprobación de la ley Bases, con todas las dificultades de una oposición por momentos casi destituyente, el gobierno cuenta ahora con instrumentos jurídicos para provocar las reformas indispensables para que se pueda iniciar la fase de la inversión y producción de riqueza, que es la única forma de sacar de la pobreza a tantos millones de personas.
La eliminación constante de resoluciones, decretos y leyes que entorpecían la producción o encarecían los costos de transacción de las personas es algo que, a pesar de no ser muy publicitado, generará efectos muy positivos cuando el proceso productivo se ponga en marcha nuevamente. Las reglamentaciones al RIGI y a las normas de blanqueo tributario y aduanero ya auspician inversiones, tanto de las grandes como de las pequeñas, y todas serán bienvenidas.
A ello hay que sumarle otras reglamentaciones en marcha, de distintas actividades económicas, la reforma laboral y la apertura general de la economía. Estamos muy atentos a todas estas normas que se discuten en el ministerio a cargo de Federico Sturzenegger, donde se advierten mecanismos muy imaginativos y prácticos para resolver problemas. Precisamente el breve informe que se publicó recientemente intenta señalar estas reformas legales que serán de suma importancia.
-¿Hay algo que no compartan o que les genere dudas?
– Tratamos de ser cautos con un gobierno que comienza su andadura con tantas cosas en contra. Sé que muchas veces hay poca paciencia para esperar los cambios, aunque al ver las encuestas se advierte que el apoyo al presidente sigue siendo muy alto.
Pero como han dicho muchos, existe cierta impaciencia y expectativas por decisiones vinculadas con la política monetaria y cambiaria, que según Milei y el ministro Caputo han dicho repetidamente, se harán pero a su debido tiempo.
Me refiero específicamente al levantamiento del cepo, la decisión sobre la moneda (si se irá hacia una dolarización ortodoxa o una competencia de monedas, con peso incluido o no), y el futuro del Banco Central. En este tema hay muchos expertos acercando propuestas todo el tiempo, y yo tengo la sospecha de que el presidente no producirá ningún cambio radical y terminará dejando que actúe el mercado, tal y como se está comenzando a ver.
Sin embargo, hay algo que sí requiere una decisión presidencial y es la eliminación del cepo. Tengo la sensación de que cuando ello ocurra, muchas de las inversiones potenciales se harán finalmente efectivas. Por ello, más allá de que el cepo es muy dañino para el crecimiento económico, vemos con prudencia el avance del gobierno en este asunto y lo acompañamos, porque sabemos que no quiere tener sobresaltos.