La movilización anunciada por Vladimir Putin podría prolongar la guerra en Ucrania, si alterar la situación en el terreno, según expertos estadounidenses preocupados por la amenaza nuclear blandida por Moscú, que consideran sin embargo como probablemente inútil.
El presidente ruso proclamó el miércoles la movilización «parcial» de 300.000 reservistas – muchos más que los 190.000 soldados desplegados para invadir a Ucrania en febrero – tras una serie de reveses militares en Donbás y la región de Járkov, en el este del país.
Según los expertos occidentales, será difícil para el ejército ruso movilizar a tanta gente y los nuevos reclutas llegarán al campo de batalla poco entrenados y poco motivados.
«No serán capaces de hacerlo bien», consideró Dara Massicot, experta en Rusia en el centro de investigación Rand Corporation.
«Van a reunir a personas y enviarlas al frente con una formación obsoleta, una dirección incompetente y equipamiento en peor estado aún que el de las fuerzas en servicio activo», agregó en Twitter.
Pero para Michael Kofman, del centro de pensamiento Center for a New American Security, no hay que minimizar el riesgo de que la llegada de tropas rusas frescas al frente prolongue un conflicto ya muy mortífero.
«Esto podría prorrogar la capacidad de Rusia para seguir con esta guerra, pero sin cambiar su rumbo o su resultado», declaró el miércoles, estimando que Ucrania conservará su ventaja en el campo de batalla.
Una opinión compartida por Rob Lee, del Foreign Policy Research Institute, para quien todavía hay numerosas «razones de ser optimista para Ucrania», cuyo ejército ha mostrado disciplina y valentía desde que inició la guerra, a diferencia de las fuerzas rusas, desmoralizadas e indisciplinadas.
Los especialistas concuerdan en cuanto a la mala calidad de la formación militar rusa, regularmente limitada a unas pocas semanas, con poco equipamiento.
«El problema es que el ejército ruso está mal dirigido y mal entrenado», declaró el exgeneral Mark Hertling, excomandante de las fuerzas terrestres de Estados Unidos en Europa. «Movilizar 300.000 reservistas tras haber fracasado con fuerzas convencionales agotadas y milicias heteróclitas, tras haber reclutado prisioneros y utilizado a paramilitares como el grupo Wagner, será muy difícil».
«Y desplegar ‘novatos’ en una línea de frente destrozada, en donde la moral está por los suelos y los soldados no quieren estar, deja presagiar un nuevo desastre», tuiteó, antes de agregar que se trata de un «nuevo signo de debilidad de Rusia».
Más preocupante para los Occidentales: Putin dijo estar dispuesto a usar «todos los medios» de su arsenal ante Occidente, al que acusó de querer «destruir» a Rusia.
Una amenaza considerada como «un farol» por John Spencer, del Madison Policy Forum. «El uso de armas nucleares, biológicas o químicas significaría el fin del régimen de Putin y de Rusia bajo su forma actual», anotó.
Otros analistas resaltaron que la doctrina nuclear rusa parece haber cambiado, preguntándose si se aplicará ahora a los territorios ucranianos que Moscú quiere anexar.
Según Andrey Baklitskiy, del Instituto de Naciones Unidas para la Investigación sobre el Desarme, las declaraciones de Putin «van más allá de la doctrina nuclear rusa, que sugiere simplemente que Rusia la use de primero en una guerra convencional si la existencia misma del Estado se encuentra amenazada».
«Viniendo del hombre que es el único que decide sobre el uso de las armas nucleares en Rusia, hay que tomarlo en serio», tuiteó.
El experto en armamento nuclear Hans Kristensen, de la Federation of American Scientists, consideró que al amenazar usar el arma nuclear más allá de la política oficial rusa, «Putin muestra su desespero».
«Pero es claramente la amenaza nuclear más explícita que Putin haya hecho», agrega. «Es esencial que la OTAN no muerda el anzuelo y avive sus falsas acusaciones con amenazas explícitas de represalias nucleares»
De hecho, Estados Unidos dijo tomar «en serio» las amenazas de Putin, pero trató de no exacerbar las tensiones. «No se puede ganar una guerra nuclear y nunca debe librarse», declaró el presidente Joe Biden en una alocución en la ONU.