A la dictadura de Daniel Ortega no le molesta que cada año miles de nicaragüenses emigren a otros países buscando mayor calidad de vida. Por el contrario, le agrada. Y es que así se llena los bolsillos aprovechando el envío de remesas que los migrantes hacen a las familias que permanecen en el país centroamericano.
Solamente en los tres primeros meses de este año Nicaragua recibió más de 1140 millones de dólares por este motivo. Es decir, la cifra aumentó 11,8 % en comparación con el mismo período del año pasado (cuando fue de 1.020,3 millones de dólares), de acuerdo con el Banco Central de Nicaragua. Aunque los envíos desde el exterior tienen un fin positivo porque terminan en las manos de familias empobrecidas, el otro lado de la moneda es el beneficio de un régimen que se ha mantenido en el poder a la fuerza desde hace 27 años (16 de estos de manera consecutiva).
El aumento en el envío de remesas hace que Nicaragua continúe liderando el crecimiento de llegada de dinero a Centroamérica. Irónicamente, el principal país emisor es Estados Unidos, la misma nación que Daniel Ortega despotrica por considerarla enemiga de su modelo dictatorial. En detalle, 81,6 % de los flujos llegó desde el país norteamericano (930,7 millones de dólares), seguido por Costa Rica con 7,9 % (90,5 millones) y España con 6,1 % (69,2 millones).
La gallina de los huevos de oro de Ortega
Está comprobado que el régimen de Daniel Ortega aprovecha los flujos migratorios en términos económicos. No solo usando a los nicaragüenses que salen del país, sino cobrando multas o salvoconductos de 150 dólares por cada migrante de otras nacionalidades que usan a Nicaragua como tránsito, tal como se registró el portal La Prensa en el año 2022.
Cualquier entrada de dinero parece válida para una dictadura que se encargó de destruir el aparato productivo en aras de defender un modelo estatista que de ninguna forma garantiza suministros o calidad de vida a la población. Pero “la gallina de los huevos de oro” está sin duda en las remesas. El año 2023 marcó un récord en este sentido, ya que llegaron al país 4660 millones de dólares, 40,5 % más que en 2022. De ese total, 3563 millones de dólares salieron de Estados Unidos, según cifras oficiales.
Considerando que alrededor de 20 % de la población total nicaragüense —estimada en 6,9 millones— salió del país desde 2018 tras la profunda crisis social y económica (la mayoría de ellos están principalmente en Estados Unidos y Costa Rica), entonces Daniel Ortega tiene en los migrantes un músculo económico a pesar de que estos no tienen la mínima intención de respaldarlo.
Beneficio indirecto al sandinismo
El beneficio del sandinismo con las remesas es indirecto. Es decir, no cobra una parte del dinero que ingresa, sino que oculta sus tentáculos en modalidades como el Impuesto al Valor Agregado (IVA), camuflado en casi todos los productos de consumo.
Para tener mayor idea de cómo funciona hay que remitirse al año 2021 cuando, de los más de 2600 millones que Nicaragua recaudó en impuestos, los receptores de remesas contribuyeron con más de 15 % de esa recaudación, indicó el portal Divergentes.
Ese dinero en impuestos termina en las arcas del Estado que usa el sandinismo a discreción para mantenerse en el poder. De manera que el mecanismo consiste en un oscuro ciclo que Daniel Ortega y su esposa y vicepresidente Rosario Murillo aprovechan.