Ciudadanos por la Libertad no ha tomado aún una decisión precisa respecto a estas elecciones, aseguró Monterrey; dependerá del cumplimiento de Ortega a la resolución emitida por la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) el 21 de octubre de 2020 y de la decisión colegiada que surja de la naciente unión opositora con la Alianza Cívica y de otros grupos que se sumarían.
“Esta no es ni va a ser una decisión de este partido, precisamente empezar construyendo una alianza incluyente es para que esa decisión de ir o no a las elecciones sea de todos. Nosotros como partido no vamos a tomar esa decisión [de manera individual]porque comprendemos que esto trasciende las fronteras de un partido, nos estamos jugando el futuro de este país, esto no le pertenece ni a un individuo ni a una organización, nos compete a todos”, dijo Monterrey.
La Asamblea General de la OEA aprobó una resolución que establece mayo de 2021 como fecha límite para la implementación de reformas electorales que garanticen elecciones libres y transparentes.
Hasta ahora la oposición no ha sido tomada en cuenta en las reformas y desconoce sobre el avance de las mismas, que estarían dirigidas a una auditoria en el padrón electoral, conteo a pie de urnas, presencia efectiva de los actores políticos en las mesas de votación, y una observación nacional e internacional.
Todo indica que las reformas electorales dependen de la voluntad de Ortega. A eso se suma el escenario en desventaja, difícil y peligroso al que se enfrenta la oposición en las próximas elecciones.
Ortega – en el poder desde hace 14 años consecutivos, sin incluir los 10 años de la primera dictadura sandinista [1979-1990] – tiene el control del Consejo Supremo Electoral (CSE), el tendido electoral en los territorios, las fuerzas armadas y los grupos paraestatales que reprimen a la población.
“Las reformas electorales son necesarias para que se respete la voluntad popular para que no se sigan robando el voto, para hacer esa reforma aún hay tiempo porque solo son reformas a la Ley electoral, no son reformas a la Constitución, son procesos administrativos que son sencillos, pero requieren de voluntad política, y corrigiendo las malas prácticas de las autoridades electorales que actúan en contra de lo que dice la Ley, eso es lo que realmente se necesita”, sostiene Monterrey.
“La Resolución de la OEA emitida el 21 de octubre por su Asamblea General resume de forma adecuada cuáles son las reformas que se necesitan y las que estamos exigiendo, ya no hay más tiempo. Lo correcto para nosotros es apoyar, exigir que se cumpla con esas reformas que están contenidas en la resolución para que se puedan dar elecciones libres en Nicaragua”, apuntó.
“Sinceramente pienso que el régimen de Daniel Ortega es insostenible y es un hecho, que es del conocimiento público que su esquema dejó de funcionar en lo político, económico, social y Nicaragua colapsaría si Ortega se aferra contra la voluntad de la mayoría”, puntualizó Monterrey.
Candidatos a la vista
Pese a la falta de condiciones para participar en las elecciones, grupos políticos promueven candidatos para competir contra el dictador. Monterrey sostiene que su partido se comprometió en junio de 2019, no promover candidatos presidenciales, ceder su espacio para un candidato de consenso de la alianza opositora que impulsan, y que el candidato sea producto de una consulta popular.
“Aquí no solo se trata de tener al mejor candidato, muchas veces estamos pensando en el candidato o candidata más popular, creo yo que no es así, de esa forma lo único que se logra es hacer nuevos caudillos. Ya Nicaragua está cansada de caudillos. Nosotros tenemos que seleccionar, votar y escoger entre todos, a quién pueda ser el mejor presidente para Nicaragua, a quién quiere la gente; de eso se trata, de ser diferentes, de hacer política de una forma distinta en una transición que va a ser muy difícil”, acotó.
División
Otro de los difíciles escenarios al que se enfrentan los nicaragüenses es la división de la oposición. La Coalición Nacional concentra en su mayoría a grupos que estuvieron vinculados a Ortega y grupos progresistas. La Alianza Cívica y Ciudadanos por la libertad abogan por los valores tradicionales. Un tercer grupo de opositores no está con ninguno de los dos anteriores, pero se inclina a valores conservadores.
Monterrey, que no esconde su opinión y habla de forma directa, sostiene que la raíz de esa división de la oposición es ideológica, aunque la Coalición sostiene que la meta debe ser derrocar a Ortega y los puntos de vista ideológicos se resuelven después.
“Aquí este pueblo no es de izquierda, la responsabilidad de todo lo que sucedió en los 80 está aún representada por personas que están en la Coalición y la mayoría del pueblo que es cristiano, no está de acuerdo ni creo que lo vayamos a estar, esa es la realidad”.
Monterrey se refiere a grupos sandinistas que gobernaron con Ortega en la década de los 80, cuyos crímenes y robos no enfrentaron la justicia.
“La extrema diversidad ideológica dentro de la Coalición, aunque no ha querido ser reconocida por ellos hacen inviable un proyecto más cuando esos sectores de la izquierda radical que sostienen puntos de vista que no tienen nada que ver con los principios y valores de los nicaragüenses; somos un pueblo apegado a valores familiares, cristianos, que quiere vivir en paz y libertad sin conflictos de clase, no queremos un gobierno que vaya implementando políticas económicas que controlen nuestras vidas”.
«Sabemos que en ese intento participaron también ciudadanos verdaderamente opositores, y precisamente esos grupos y ciudadanos esperamos que participen en la alianza que coincidan con la visión de país que queremos en la alianza opositora incluyente que empezamos a construir la semana pasada con la Alianza Cívica», subrayó Monterrey.
“El predominio de esa extrema izquierda son grupos vinculados a la corrupción en gobiernos anteriores y de otros grupos que lo hacen dependiente del régimen sandinista, eso frustro el intento de crear una Coalición Nacional”.
A su juicio, lo anterior es la verdadera causa de la falta de unidad.
“Ninguno de esos grupos o cualquier partido puede arrogarse de ser dueño de la oposición o los artífices de las protestas, son los jóvenes heroicos que estuvieron en las barricadas en la universidad y de los miles de pobladores que estuvieron en los cierres de carreteras para protegerse de los paramilitares, es que nadie estaba pensando en los partidos políticos. Un verdadero cambio depende de que haya una verdadera propuesta de nación para un plan de trabajo claro para impulsar el Gobierno que queremos y eso requiere de una amplia participación de los ciudadanos”.
Mientras tanto, miles de exiliados, los presos políticos y los familiares de centenares de asesinados por el régimen sandinista claman por un cambio real y por justicia.
Fuente: Diario las Américas