MIAMI.- En medio de la creciente demanda colectiva de información en Venezuela, tras el fraude electoral, Nicolás Maduro restringe al máximo el uso de redes sociales y accesos a portales y a internet. Y la Asamblea Nacional (AN), afín al régimen, se dispone a darle “legalidad” al control y a aprobar un proyecto de ley que regule el acceso a las plataformas digitales.
Entre ellas, WhatsApp que es la aplicación más usada en Venezuela por ciudadanos para comunicarse y obtener novedades del exterior, seguida de Facebook, según estudios recientes.
Según analistas, la decisión del régimen, que abarca también controlar y anular a las ONG mediante una ley, se interpreta como un paso más para aproximar a Venezuela a países totalitarios como Rusia y China, y cercenar, de igual manera, la libertad de expresión y de información en el contexto del rechazo contra la prolongación írrita de su mandato.
“Después del 28 de julio, creo que el gobierno ha hecho muchas locuras y no entiendo bien hacia dónde van, pero son serias limitantes de la neutralidad de la red y de la libertad de expresión”, declaró Fran Monroy, abogado y periodista especializado en tecnología, sobre la restricción.
Reportes indican que la restricción abarca también a portales de noticias internacionales y de entretenimiento como Disney+ y Max. Pero todo depende del servidor de internet que tengan los usuarios, aunque la conectividad de todos depende de la estatal CANTV, precisan los consultados.
Censura de redes sociales
Diez días después del fraude de las presidenciales del 28J, Maduro llamó a “boicotear” la popular aplicación estadounidense WhatsApp y a desinstalar a sus “hermanas” Instagram y TikTok, a las que consideró “multiplicadoras de odio”. Luego arremetió contra la red social X, del millonario Elon Musk, a la que ordenó bloquear por 10 días, el 8 de agosto.
Pidió entonces a su Consejo de Seguridad “recomendaciones” para regular las redes sociales y evitar un “golpe ciberfacista criminal” a través de las aplicaciones, pero pocos lo han aceptado. Maduro y su régimen, por cierto, las usan con frecuencia para replicar sus mensajes de poca audiencia por canales del Estado.
“Utilizaron el proceso electoral para instalar el odio a través de TikTok e Instagram. Acuso a TikTok y a Instagram de su responsabilidad en la instalación del odio para dividir a los venezolanos”, dijo Maduro, la primera vez, al atacar a la aplicación china propiedad de la empresa de tecnologíaByteDance, con sede en Pekín, domiciliada en las Islas Caimán y considerada la startup más valiosa del mundo.
¿Qué quiere Maduro?
El control de las redes sociales es una vieja aspiración del régimen instalado en el poder y una iniciativa que ronda en el contexto mundial y, específicamente latinoamericano, desde hacía seis años. Desde 2015, China, Corea del Norte, Irán, Cuba, Nicaragua y Venezuela, se encuentran entre 71 países de todo el mundo que “bloquearon o restringieron fuertemente el acceso a las redes sociales de forma permanente o esporádica”, según un estudio sobre la censura de las redes sociales de la empresa de seguridad y privacidad online Surfshark, publicado en 2022.
En Venezuela, las reiteradas restricciones del servicio público de internet y de bloqueos a medios digitales de vocación democrática fueron reportados por el Observatorio de Ciberseguridad internacional NetBlocks y denuncias de usuarios.
En 2022, una comisión de la AN planteó impulsar una ley sobre redes sociales que no avanzó. Ahora, lo que Maduro procura es imponer el empleo de redes que convienen a su régimen, como lo hace Rusia, señalan los analistas.
Seguir a Rusia
Rusia bloquea X, Facebook y medios extranjeros con una ley que castiga con cárcel “la desinformación” sobre la guerra con Ucrania, según reportes periodísticos.
La norma que el Parlamento aprobó en cinco horas penaliza hasta con 15 años de prisión cualquier afirmación sobre sus acciones que consideren falsa.
Cuando Maduro dijo que iba “a romper relaciones” con la aplicación WhatsApp, porque “la están utilizando para amenazar a Venezuela”, añadió en solapada incitación que pasaría sus contactos “poco a poco” a Telegram y a WeChat.
Redes para el control
La amenaza de Maduro contra WhatsApp provocó una migración masiva de usuarios a Telegram por permitir supuestamente mayor privacidad. Esto, aunque muchos no dejaron de usar la aplicación de la nube verde. Pero, ¿qué es esta red social?
Telegram es una plataforma de mensajería y VOIP global de origen ruso, que fue lanzada 14 de agosto de 2013, hace exactamente 11 años, y asentada en Londres. En la actualidad, tiene su base en Dubai, capital de Emiratos Árabes Unidos y cuenta con 900 millones de usuarios, de acuerdo con medios europeos.
Es propiedad de los empresarios rusos hermanos Pável Valérievich Dúrov, de 39 años de edad; y Nikolái Dúrov, de 43 años de edad, ambos con estudios universitarios en San Petesburgo, y desarrollaron la aplicación a través de la organización Telegram FZ-LLC. Esta empresa británico-emirat fue fundada por Pável, quien financia la aplicación y desarrolla su protocolo propio.
El proyecto se convirtió en “objetivo prioritario” de Putin, tras considerar a Pável un enemigo político. Relatan que el Kremlin lo obligó a dar información sobre los usuarios y a cerrar la cuenta de un grupo vinculado al líder de la oposición Alekséi Navalny, fallecido el 16 de febrero de 2024, y el empresarionegó. Mientras, el régimen orquestó un plan para quitarle el proyecto con la compra de la red social por Alisher Usmanov, uno de los hombres más ricos de Rusia, por 1.400 millones de euros.
Pável abandonó Rusia en 2014, luego de que hombres armados ingresaron en su residencia, según los reportes. En 2017, el empresario se instaló en Dubái, donde obtuvo la nacionalidad francesa y desarrolla la plataforma oculta detrás de “sociedades opacas en las Islas Vírgenes y Caimán”.
Plataforma WeChat
WeChat, llamada “super app” en China, es la plataforma más usada en el país asiático, sirve para reemplazar hasta papel moneda y hacer transferencias y pagos en los comercios locales desde 2017, a través de un código QR, según medios internacionales.
El origen de esta aplicación se remonta a 2011 para salirle al paso a WhatsApp y sustituirla pensado en el usuario asiático. Esto fue determinante para la masificación de la plataforma, pues concentró en WeChat múltiples apps.
“En esta plataforma china se puede encontrar la geolocalización, en la que se puede tener una especie de “radar” de amigos, donde es posible agregar contactos cercanos o también ver perfiles de personas que configuren su cuenta pública y que estén cerca del usuario”, indica la publicación.
WeChat también da acceso a marcas y empresas a crear “cuentas verificadas” y permite compartir imágenes, estados, “momentos”, al estilo Instagram, y enlaces con los contactos que se seleccionan.