MANAGUA.- Una ONG nicaragüense denunció que el régimen de Daniel Ortega emprendió una nueva ola represiva en contra de religiosos en el país centroamericano que se ha saldado con el arresto reciente de 12 sacerdotes católicos, algunos de los cuales han sido víctima de «desaparición forzada»
De acuerdo a la ONG Colectivo Nicaragua Nunca Más, varias parroquias del departamento de Matagalpa fueron asediadas por fuerzas del régimen. Al menos 12 sacerdotes fueron detenidos en los últimos días.
«En las últimas 48 horas ha ocurrido una escalada represiva contra sacerdotes de la Iglesia católica» en el departamento de Matagalpa, en el norte del país, dijo en un comunicado el Colectivo Nicaragua Nunca Más, que trabaja desde el exilio en Costa Rica.
Secuestro
«Varias parroquias han sido asediadas y al menos 12 sacerdotes detenidos arbitrariamente, algunos de ellos con paradero desconocido y en situación de desaparición forzada», precisó la organización.
El jueves y el viernes de la semana pasada la policía, afín al régimen sandinista, realizó operativos en parroquias de las diócesis de Matagalpa y también de Estelí (norte).
El régimen sandinista de Daniel Ortega de Nicaragua no se ha referido a esas informaciones.
El dictador Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, sostienen que la Iglesia apoyó las protestas de 2018 contra el régimen que dejaron más de 300 muertos, según la ONU, y que Managua considera un intento de golpe de Estado, que según el réimen, fue «patrocinado» por Washington. Ortega y Murillo no acepta que la dictadura tiene oposición.
Las ofensas
Murillo calificó a los religiosos de «hijos del demonio» o «agentes del mal» que hacen «terrorismo espiritual».
«Esta es la mayor arremetida desde diciembre de 2023», cuando fueron detenidos otra docena de sacerdotes, afirmó el colectivo. En enero pasado una treintena de religiosos fueron excarcelados y enviados al Vaticano.
Hace una semana, un grupo de expertos de las Naciones Unidas denunció que el régimen de Nicaragua mantiene ataques «sistemáticos» contra la Iglesia católica y otras confesiones cristianas desde las protestas de 2018.
Desde abril de 2018 hasta marzo de 2024, ese grupo constató «73 casos de detenciones arbitrarias de miembros de la Iglesia católica y otras confesiones cristianas», aunque dijo que «la cifra total podría ser más alta».