CARACAS.- «El Consejo Nacional Electoral (CNE) cometió un fraude masivo, al anunciar resultados electorales falsos para dar como ganador a Nicolás Maduro aunque, de acuerdo a las actas de escrutinio, quien resultó electo fue el opositor Edmundo González», confirmó la ONG Transparencia Electoral en un informe que da cuenta de las irregularidades que se cometieron en el país con la anuencia de observadores afín al régimen.
El equipo de Transparencia Electoral identificó a cerca de cien de ellos, de qué países provienen, a qué organizaciones representan y qué declaraciones dieron posteriormente para intentar legitimar el fraude.
El ente no gubernamental agregó que para intentar darle legitimidad a un proceso fraudulento, el CNE y la Cancillería venezolana invitaron a centenares de militantes de partidos afines al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en calidad de “observadores”, “veedores” o “acompañantes” internacionales, aunque no tenían ninguna preparación para ello.
Los “falsos observadores electorales”, según Transparencia Electoral, que viajaron a Venezuela están usando sus redes de influencia para apoyar el fraude masivo del CNE y desconocer la voluntad de los venezolanos. Aunque la autoridad electoral no ha presentado las actas de escrutinio de las más de 30.000 mesas de votación, algo que debió ocurrir en las primeras 48 horas luego de la elección, estos “observadores” aseguran que los resultados son verídicos y que las actas recopiladas por la oposición son falsas.
Gran parte de ellos viajaron a Caracas para participar en el encuentro “II Alternativa Social Mundial: la organización de los pueblos es un factor para la autodeterminación”, organizado por la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) y celebrado días antes de las elecciones, acotó la ONG.
La labor de los falsos observadores contribuye a la prolongación del conflicto que ha dejado como saldo al menos 24 asesinatos, más de mil detenidos, muchos de ellos constituyendo casos de desapariciones forzadas, y priva al país de la posibilidad de una transición hacia la democracia.
De manera que el gobierno de Nicolás Maduro anunció la participación de centenares de observadores electorales, aunque realmente eran militantes que viajaron para apoyar su reelección y contribuir con una narrativa de normalidad en el contexto electoral, a pesar de las graves irregularidades que marcaron el proceso, puntualizó Transparencia Electoral.
Muchas de estas personas se mostraron muy activas en redes sociales, antes, durante y después de la jornada electoral, asegurando que se trataba de unas elecciones que cumplían con los estándares democráticos, aunque la mayoría de ellas no podían ocultar su apoyo a Nicolás Maduro.
De acuerdo a la organización European Platform for Democratic Elections, la observación electoral falsa es “una forma de actividad política realizada por actores internacionales y dirigida a promover los intereses de los políticos y las fuerzas políticas, imitando un monitoreo electoral creíble durante los procesos electorales” con el objetivo de encubrir el fraude electoral ante audiencias nacionales e internacionales, legitimar procesos electorales considerados ilegítimos por la comunidad internacional, deslegitimar y debilitar la institución de elecciones libres y justas, subvertir y/o relativizar los resultados de una observación electoral creíble, debilitar a los rivales políticos y construir redes de influencia”, precisó la ONG.
«Desde Transparencia Electoral instamos a los países democráticos a no acreditar bajo la figura de observadores, veedores o acompañantes electorales a los falsos observadores anteriormente identificados y a establecer filtros de selección y códigos de conducta estrictos para quienes pretendan ejercer la labor de observación electoral», exhortó el ente no gubernamental.
Transparencia Electoral es una organización que promueve los valores democráticos y desarrolla acciones para fomentar la celebración de elecciones bajo los estándares de integridad internacionalmente reconocidos. Tiene distintos programas que buscan visibilizar las amenazas al sistema democrático, perfeccionar los procesos electorales y capacitar a funcionarios electorales, integrantes de partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil en buenas prácticas electorales, con la representación de varios países, entre ellos EEUU, Venezuela, Brasil, Argentina y México entre otros.