El gobierno de la 4T está sin recursos para enfrentar por lo menos el gasto corriente y los principales programas de política asistencial, además claro, las tres obras insignia: Santa Lucía, Dos Bocas y Tren Maya, por lo que resta del año.
Así que ante la mayor crisis que ha enfrentado el país, producto del Covid-19, sólo tienen la morralla, pero ninguna partida de envergadura para atender la crisis médica y económica.
De los 400 mil millones de pesos que dijo el presidente que se tenían guardados, no se sabe nada sobre su existencia y sí en cambio se conoce que el consumo se ha caído; el IVA se desplomó 36.5 por ciento (comparado con 2019); el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a combustibles –que se había convertido en el pivote para sostener los ingresos tributarios no petroleros– cayó 26.9 por ciento, mientras que los ingresos petroleros bajaron 65.3 por ciento.
El gobierno ya tomó 21 mil millones de pesos del Fideicomiso del Aeropuerto de la Ciudad de México (impuesto por TUA/Tarifa de Uso Aeroportuario); cuatro mil 800 millones de pesos del Fideicomiso de Estabilización de Entidades Paraestatales. Usó también 24 mil millones de pesos que Hacienda no dice con claridad a qué fondo o ámbito pertenecen y se han gastado ya, casi cien mil millones de pesos del Fondo de Estabilización Presupuestaria; del petróleo, del Fondo de Estabilización de Participaciones Estatales.
Diversas instituciones públicas estiman que (tan sólo para mayo) la caída de los ingresos presupuestados estará girando en 120 mil millones de pesos y en junio, serán más de 30 mil millones de pesos. Por lo tanto, hablamos de un déficit de casi 150 mil millones de pesos.
Se sabe que ya ingresaron a las arcas públicas dos mil 200 millones de dólares, producto de los cinco préstamos del Banco Mundial, sin embargo, el gobierno no ha dado información precisa, ya que mientras este organismo internacional informó que los recursos prestados se deberán destinar para paliar los efectos de la pandemia, el gobierno de López Obrador lo está destinando a otros programas.
Lo cierto es que los últimos cinco meses del año serán tormentosos para AMLO en virtud de que no se tendrán los ingresos suficientes para cubrir el Presupuesto por lo que resta del año.
Ante este déficit, el Partido de la Revolución Democrática en la Cámara de Diputados propondrá la elaboración de un ‘presupuesto alternativo’ en lugar del ‘ajuste’ que el presidente Andrés Manuel López Obrador pretende realizar al recurso aprobado para este año, pues se ha quedado sin recursos para cubrir los cinco meses que restan del año.
Para ello, está urgido de otro periodo extraordinario de sesiones para modificar la Constitución y le confieran con ello, facultades de alterar la cuenta pública sin necesidad de pasar por el Congreso.
El legislador perredista Antonio Ortega Martínez afirmó que el gobierno de López Obrador ya gastó los fondos y fideicomisos destinados a encarar vicisitudes como la que estamos pasando por el Covid 19 y ahora “busca dinero hasta debajo de las piedras”.
La economía no crece sólo con deseos, ni por decretos, es más ni por economías mal entendidas. Se crece por la confianza que tienen los inversionistas en el país, y ésta se ha deteriorado desde que inició el sexenio, con la cancelación de la construcción del aeropuerto de Texcoco y subsecuentes decisiones en detrimento del Estado de derecho y los compromisos contraídos con empresas extranjeras.