Con la jornada electoral del próximo domingo no terminan las hostilidades, al contrario, se recrudecen en virtud de que unos, los perdedores, clamarán a los ocho vientos que hubo fraude y otros, en cambio, aceptarán los resultados porque les favorecen. Lo que será un hecho es que gran número de puestos de elección popular se decidirán en los tribunales electorales y no, por desgracia, en las urnas.
Desde ahora, se vislumbra una gran participación ciudadana en los comicios y ello sin duda fortalece a la democracia y a la vía institucional para acceder al poder. Podría decirse que se hará a un lado el abstencionismo y el desdén que adolecen ciertos sectores de la población por acudir a sufragar.
Veremos con los resultados definitivos electorales la postura exacta que tiene la mayoría de la población en torno al actual gobierno, lo que es un hecho es la polarización del país que, por supuesto, no terminará después del domingo, se recrudecerá y se seguirá alentando desde Palacio Nacional.
Es decir, después de la cita con la democracia este próximo domingo seguirá el conflicto postelectoral, y luego entraremos a la vorágine de la participación ciudadana en torno a la revocación de mandato que será el próximo año.
No dan un momento de tregua para enfocarse a solucionar los problemas más acuciantes de la población, al contrario, prevalece el encono y la división entre los mexicanos, porque los políticos se mantienen permanentemente en campaña empezando por el presidente de México.
Aún en la veda electoral, que obliga a todos los servidores públicos abstenerse de hacer promoción en favor de algún partido político o algún candidato, se pasaron por el arco del triunfo los ordenamientos constitucionales que existen en la materia y a las propias disposiciones que emitió el INE.
El principal infractor ha sido el presidente López Obrador y sus graves faltas están documentadas y en muchos casos aceptadas por él mismo.
La diputada Ángeles Ayala Díaz (PAN) apuntó que desde el pasado martes 11 de mayo el Presidente admitió lo que nunca había aceptado ningún mandatario mexicano de manera pública: “violar la ley para meterse de lleno en un proceso electoral”.
“En esa conferencia mañanera, el presidente aceptó que sí está metiendo las manos en las elecciones locales de Nuevo León y que respalda las acciones legales de la Fiscalía General de la República (FGR) contra los candidatos del PRI-PRD y de Movimiento Ciudadano”, apuntó.
Expuso que ante las constantes violaciones a la Constitución y a la ley electoral por parte del presidente López Obrador, durante el tiempo que utiliza para sus conferencias de prensa en las mañanas, “el PAN presentó las quejas correspondientes en contra del titular del Poder Ejecutivo federal”.
En respuesta, la Comisión de Quejas y Denuncias del Instituto Nacional Electoral (INE) determinó que, entre el 5 de abril y el 26 de mayo, el presidente López Obrador realizó propaganda gubernamental en 29 de las 36 conferencias matutinas efectuadas en ese periodo.
El Presidente violó las leyes electorales y los artículos 41 y 134 de la Constitución en 80 por ciento de sus conferencias.
De acuerdo con el INE, el comportamiento del titular del Ejecutivo federal denota un patrón de conducta reiterado y sistemático que puede afectar de modo grave la equidad de la contienda, ya que, en la mayoría de las conferencias de prensa, motivo de denuncia, se abordaron temas electores.
Ante ello, los integrantes de la Comisión estimaron necesario emitir medidas cautelares en la modalidad de tutela preventiva.
Se violó la veda electoral de forma sistemática y se emprendió un elección de Estado en favor de los candidatos del partido en el poder y ello merece las sanciones correspondientes, además de recrudecer las sanciones para los infractores, pero insistimos lejos de que termine la polarización y el encono, seguirá la guerra después del 6 de junio, que divide todos los días a los mexicanos.