El siglo XXI en las Américas está marcado por la contradicción de la institucionalización de la democracia por la Carta Democrática y el incremento de los regímenes dictatoriales. Un importante avance en el reconocimiento del derecho de los pueblos acompañado del mas grande retroceso que presenta la continuidad de la dictadura de Cuba y la expansión de su sistema haciendo de Venezuela, Nicaragua y Bolivia nuevas dictaduras, con Ecuador que fue sometido al mismo oprobio por mas de diez años y con toda la región con su democracia amenazada por las conspiraciones del sistema dictatorial del socialismo del siglo XXI o castrochavismo.
Las dictaduras de las Américas en el siglo XXI se han expandido y se mantienen como tales manipulando la democracia, usando sus mecanismos y ventajas hasta penetrarla, someterla, destruirla y pretender suplantarla. Para eso utilizan las elecciones para acceder al poder desde donde destrozan la institucionalidad democrática por medio de constituyentes o reformas en las que implantan los mecanismos dictatoriales como avances populares o sociales. En las dictaduras de Venezuela, Nicaragua y Bolivia hoy no existe sufragio universal porque con las constituciones y leyes del régimen, han hecho desaparecer la igualdad de los ciudadanos que además no pueden ejercer libertad en los procesos electorales convertidos en simples votaciones.
Los ciudadanos de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia votan, pero no eligen. Votar, pero no elegir es la característica fundamental de las “dictaduras electoralistas” que el castrochavismo ha impuesto y sostiene, y que la comunidad internacional insiste en tratar como democracias con algún adjetivo adicional como “en crisis…en consolidación…. ¿imperfecta…de partido único?”
No hay democracia a medias, no podemos aceptar ni se parte del sofisma de llamar democracias con algún adjetivo de simulación a regímenes que tienen presos y exiliados políticos, que manipulan la justicia para perseguir, que violan los derechos humanos con leyes que aprueban con ese propósito y que han institucionalizado el fraude para detentar el poder indefinidamente. Por su propia seguridad y legitimidad los líderes y las democracias el mundo no pueden seguir aceptando democracia parcial, democracia a medias o algo de democracia y de esta manera ser parte de la impunidad de los dictadores de las Américas.
En este contexto, Bolivia repite elecciones sin democracia para cuatro gobernadores, donde la gente vota, pero la dictadura define los resultados. Ecuador elige entre continuar el fortalecimiento de su democracia rescatada por el gobierno de transición de Lenin Moreno o retornar a la dictadura castrochavista con el caballo de Troya que ha impuesto Rafael Correa. Perú, fraccionado y confuso, pero aún en condiciones de democracia elegirá las dos opciones con las que avanzará a la segunda vuelta para tener un presidente.
Fuente: Diario las Américas