Rafael Correa detentó el poder por mas de 10 años y convirtió a Ecuador en una “dictadura del socialismo del siglo XXI”, como la definió el expresidente Osvaldo Hurtado en su libro Dictaduras del Siglo XXI, el caso ecuatoriano: “Se permitió burlar las leyes, ejercer un poder ilimitado, someter las funciones legislativa y judicial, subordinar los órganos de control, restringir libertades y derechos, limitar el pluralismo, eludir la rendición de cuentas, obstaculizar la alternancia política y manipular los procesos electorales”.
El gobierno de Correa, del 15 de enero de 2007 al 24 de mayo de 2017, con asamblea constituyente de por medio, aplicó toda la metodología impuesta por Hugo Chávez y Fidel Castro, populismo bolivariano, socialismo del siglo XXI, hoy castrochavismo.
Ecuador fue despojado de todos los elementos esenciales de la democracia y convertido en un país controlado por un régimen violador de los derechos humanos, con perseguidos, presos y exiliados políticos. Desapareció el estado de Derecho y la división e independencia de poderes públicos para dar lugar a la utilización de la justicia para violar derechos humanos, delinquir y garantizase impunidad.
La “ley mordaza” fue prueba plena de la dictadura correista-castrochavista. En el año 2015 la Sociedad Interamericana de Prensa declaró oficialmente que “a dos años de vigencia de la ley de comunicación de Ecuador, es la peor ley mordaza de América”.
La corrupción con impunidad muestra el caso “lava jato” como notable, y otros como los contratos petroleros con China, confiscaciones, narco valija diplomática, compras y obras sobrevaluadas, asociación y protección a las FARC, Ecuador un narcoestado y más. El retorno al estado de Derecho empezó a romper la impunidad y por uno de estos casos Rafael Correa ha sido juzgado y condenado a ocho años de cárcel, por lo que prófugo con cosa juzgada.
Existen centenas de libros, columnas, demandas y causas sobre la dictadura correista-castrochavista que recordamos en este apretado resumen, pero lo mas importante es que el pueblo ecuatoriano lo sabe, lo recuerda y lo ha repudiado con su voto. El presidente Lenin Moreno ha resultado un extraordinario líder que ha iniciado y avanzado el proceso de transición de la dictadura a la democracia en Ecuador que brinda ahora elecciones libres y justas.
En este escenario maniobra el castrochavismo en Ecuador, usando la infamia que le ha funcionado en Bolivia y Argentina, consistente en usar un “palo blanco” para cubrir al dictador criminoso, conspirar para retornar al poder y darle impunidad. En Bolivia, con Luis Arce, exministro de Evo Morales, tomaron la presidencia con monumental fraude, en elecciones en dictadura y en días liberaron al dictador de decenas de procesos y juicios que incluyen abuso de menores, y Morales es hoy el “dictador en jefe” en impunidad. En Argentina, con Alberto Fernández, exministro de Kirchner, con Cristina Kirchner de vice, hoy manipulan el control total del poder judicial para consolidar su impunidad.
Repiten en Ecuador con Andrés Arauz, exministro de Correa que hace campaña con la imagen acartonada del dictador. Se confiesa el palo blanco o persona que presta su imagen a la dictadura para tomar la presidencia y usando el poder dar impunidad al reo. La cosa juzgada no es obstáculo para el castrochavismo pues en Bolivia acaban de dictar ley de impunidad y amnistía para que además de la manipulación judicial no quede duda de la operación limpieza de todos los crímenes de Morales y su grupo de violadores de derechos humanos, asesinos, narcos y corruptos. Se trata de usar la política para delinquir y tener impunidad.
El eje de confrontación de la elección del 11 de abril en Ecuador es democracia y dictadura, el pueblo lo sabe. Ojalá los candidatos que no son castrochavistas lo recuerden.
Fuente: Diario las Américas