Estamos frente a las consecuencias de haber continuado actuando con simulación de democracia impuesta con la constitución falsificada que suplanta hasta ahora la República de Bolivia. Luego de la fuga de Evo Morales, la dictadura se mantuvo intacta porque Jeanine Añez y su gobierno no reconocieron la República, se sometieron a la constitución del estado plurinacional, respetaron la organización criminal-territorial del MAS y garantizaron impunidad. En noviembre de 2019 “salió el dictador, pero no la dictadura” y ahora regresa la dictadura en pleno.
La denominada constitución del estado plurinacional en Bolivia es un estatuto dictatorial impuesto por Cuba y Venezuela que ha hecho desaparecer el sufragio universal, la igualdad de los ciudadanos y la democracia. Es un instrumento que garantiza el centralismo, el estatismo, el autoritarismo y el narcoestado. Es nula de pleno derecho porque actos criminales no producen efectos legales. El delito no crea derecho.
Para recuperar la libertad y la democracia en Bolivia no se puede continuar “haciendo oposición funcional”, actuando bajo las reglas de la dictadura y simulando una democracia que no existe. En Bolivia no existe respeto a los derechos humanos ni a las libertades fundamentales, no hay igualdad jurídica, no hay estado de derecho, no existe división ni independencia de los poderes públicos, no hay elecciones libres ni justas y no hay libre organización política. En estas condiciones hay que “sincerar la realidad nacional” y luchar por la recuperación de la REPÚBLICA y hacerla FEDERAL Y PARLAMENTARIA.
Debemos entender que hoy el eje de confrontación político y social en Bolivia no es ideológico, ni regional, ni racial, ni generacional. El eje de confrontación es “la dictadura, el narcoestado y el castrochavismo” contra “la democracia, la República y la nación boliviana”. Se trata de una “confrontación existencial” cuyo resultado consolidará la dictadura como satélite del sistema de delincuencia organizada trasnacional que es el castrochavismo o devolverá la libertad democrática y republicana fundada en la nación boliviana como expresión de la unidad en la diversidad. Es la disyuntiva entre convertir Bolivia en Cuba o Venezuela o ser libre, independiente y soberana.
Bolivia debe volver a ser REPUBLICA porque es el sistema político “fundamentado en el imperio de la ley y la igualdad ante la ley que rige para toda la población por igual y sin distinción de ningún tipo de condiciones”, fundado en la “separación e independencia de poderes, cuya máxima autoridad ejecutiva es “elegida por un tiempo determinado”.
Para que Bolivia se mantenga unida debe ser FEDERAL porque el federalismo es el “sistema basado en la unión permanente de estados que se vinculan bajo principios de unidad nacional, jerarquía, autonomía y participación” en el que “las funciones de gobierno están repartidas entre los estados asociados y las competencias del Estado federal”. El centralismo y el unitarismo son el escenario para las dictaduras como lo demuestra la historia.
El PARLAMENTARISMO ya es exitoso en Bolivia porque todo el sistema municipal por la Ley de Participación Popular es parlamentarista. En este sistema “la elección del jefe de gobierno, del poder ejecutivo, emana del parlamento y es responsable políticamente ante este”. El parlamentarismo contribuye a la estabilidad, el control y la transparencia. Un buen gobierno puede permanecer muchos años sin ser dictadura y un mal gobierno ser cesado rápidamente sin que sea golpe de estado.
Fuente: Diario las Américas