Además de los tradicionales falsos señalamientos a Estados Unidos con el cuento del ‘bloqueo’, las dictaduras del socialismo del siglo XXI desatan un ataque contra la OEA, cuya “sustitución por un organismo que no sea lacayo de nadie” ha propuesto el presidente de México, López Obrador, en su discurso pronunciado al conmemorar los 238 años del nacimiento del libertador Simón Bolívar el sábado 24 de julio (¡¿En México?!)
El vocero del castrochavismo ha pedido “el reemplazo de la OEA por un nuevo organismo que integre a todos los países de América Latina y el Caribe y resuelva los conflictos entre ellos”, al mismo tiempo que llevaban a cabo en la misma ciudad de México la “Cubre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) con que el castrochavismo quiere reemplazar a la OEA. Las dictaduras de Venezuela, Bolivia y Nicaragua han respaldado rápidamente la liquidación de la OEA, mientras sus medios y operadores aplican el asesinato de la reputación del secretario general Almagro con acusaciones infames y falsificaciones.
De 2005 al 2015 el castrochavismo se apoderó de la OEA con el control de los votos de los países que integró en el ‘Petrocaribe’ a los que subordinó -por decir lo menos- con el petróleo de Venezuela. Impuso por esa década al entonces secretario general Insulza, ignorando, violando y permitiendo la violación de los derechos humanos, de los principios de la OEA, de la Carta de Bogotá y de la Carta Democrática Interamericana.
Las cosas cambiaron con la elección de Luis Almagro como secretario general y con nuevos gobiernos democráticos en la región, que modificaron la correlación interna de los 35 votos que corresponden a los 35 estados miembros de la OEA.
Almagro rompió el oscurantismo de la OEA con sus informes sobre Venezuela, aplicando la Carta Democrática Interamericana y empezó el camino -que aún recorre- del retorno de la organización al cumplimiento de sus principios.
Cuba es el estado 36 de la OEA, fue excluida en 1962 y el 3 de junio de 2009 dejó sin efecto la exclusión. La dictadura de Cuba no ha querido reintegrarse al sistema interamericano prefiriendo maniobrar por medio de las dictaduras y gobiernos que manipula. En los hechos controló la OEA sin reincorporarse en el decenio 2005-2015.
Las dictaduras no son compatibles con el sistema interamericano que establece “la democracia como un derecho de los pueblos”, determina los elementos esenciales de la democracia y -entre otros- indica como crímenes las acciones de regímenes como los de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua. Una OEA que cumple sus principios es enemigo natural de las dictaduras porque es la encargada que no existan dictaduras.
En este escenario de agresión a la OEA, para encubrir los crímenes de la dictadura de Cuba y los de las dictaduras de Venezuela, Bolivia y Nicaragua (países todos con represión, perseguidos, presos y exiliados políticos), el presidente de EEUU ha nominado como embajador en la OEA al profesor Frank O. Mora, quien ha prometido ser “un administrador de los valores estadounidenses como son la democracia y los derechos humanos en el hemisferio y mas allá”.
El proceso de confirmación reiterará a Mora la necesidad de retomar el liderazgo de Estados Unidos en el sistema interamericano por medio de la defensa de la democracia y los derechos humanos que significa “el fin de las dictaduras”.
¿Será Mora el embajador señalado por la historia para cesar la dictadura de Cuba y con ella el oprobio de las Américas?
El pueblo de Cuba ya comenzó… solo es necesario ayudarlo con claridad, oportunidad y sin miedo.
Fuente: Diario las Américas