Los narco-Estados se identifican por si mismos pues sus gobernantes utilizan las potestades de “sujeto de derecho internacional” para defender la actividad ilegal en foros y tomar medidas de protección y beneficio al narcotráfico. En la década de los 1960, la dictadura de Cuba proclamó como “acción revolucionaria” inundar de drogas ilegales los Estados Unidos para liquidar la juventud, haciendo del narcotráfico una acción revolucionaria.
El dirigente de los cultivadores de coca ilegal de Bolivia, convertido en jefe del estado plurinacional, en la Asamblea de las Naciones Unidas sobre narcotráfico en abril 2016 proclamó la “nacionalización de la lucha contra el narcotráfico”, que “la lucha contra el narcotráfico es un instrumento del imperialismo norteamericano para la opresión de los pueblos”, defendió –con hojas de coca en mano- la expansión de los cultivos que coca que con sus “federaciones cocaleras” producen mas cocaína.
La satanización de la Administración para el Control de Drogas (DEA) de los Estados Unidos ha sido y es una de las principales estrategias del narcotráfico por medio de quienes detentan el poder en los países que controlan. La DEA fue expulsada de Venezuela con Chávez-Maduro, de Bolivia con Morales, de Ecuador con Correa y acusada por todos los voceros del socialismo del siglo XXI como instrumento del imperialismo.
En Honduras la penetración del narcotráfico en la política fue constante, pero Juan Orlando Hernández institucionalizó el narco-Estado. Hernández no pertenece al grupo del socialismo del siglo XXI; construyó su ascenso al poder desde una posición contraria, en 2009 participó en la destitución de Zelaya, en 2010 fue presidente el Congreso Nacional y con elecciones cuestionadas del 2013 asumió la presidencia en 2014, con reelección también cuestionada en 2018
El caso del ex presidente de Honduras Juan Orlando Hernández, hoy preso y con extradición ordenada para ser juzgado en Estados Unidos por proceso federal, tres delitos asociados con “conspiración para el trafico de miles de kilogramos de drogas” en el Distrito Sur de Nueva York, lo convierte en el primer ex jefe de un narco-Estado extraditable. Es el precedente jurídico y político mas importante para separar el crimen organizado de la política.
Están en curso en el Distrito Sur de Nueva York y de Florida juicios: “cartel de los soles” con Nicolás Maduro y parte de su grupo criminal, con recompensas de 15 a 10 millones de dólares por cada acusado; conspiración por trafico de drogas contra el ex jefe antinarcóticos de Evo Morales, Maximiliano Dávila, con recompensa de 5 millones de dólares y extradición; pendiente de extradición en España el caso de Hugo “el pollo” Carvajal ex jefe de inteligencia de la dictadura de Venezuela; en juicio el caso de Alex Saab señalado como “testaferro de Maduro’…y mas.
Los narco-Estados están en evidencia y la orden de extradición Juan Orlando Hernández prueba que LA IMPUNIDAD es la razón mas importante por la que los dictadores de los narco-Estados de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua se aferran al poder.
Fuente: Diario las Américas