En Bolivia «salió el dictador pero no la dictadura», mientras gobierno interino y oposición disputan la mejor posición sectaria de funcionalidad sin democracia
Los principios son anteriores y determinan las ideologías, los programas políticos y las estrategias. Las “ideologías describen y postulan modos de actuar sobre la realidad colectiva”, sobre todo el sistema de la sociedad o en áreas como la economía, lo social, la ciencia, la cultura, la política y otras de interés común. De esta forma, todos los grupos, partidos, líderes y actores en democracia tienen los mismos principios en base a los cuales proponen “modos de actuar sobre la realidad colectiva mediante propuestas ideológicas y programáticas que transmiten y aplican con estrategias.
La unidad en base a los principios y valores es factible si lo que se busca recuperar y lo que se defiende es la “democracia” que tiene como elementos esenciales mínimos precisamente principios: “el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales, el estado de derecho, la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto, la libre organización política, y la separación e independencia de los poderes públicos.
En la lucha para cesar y derrotar las dictaduras solo hay dos grupos que se confrontan y son la dictadura y el de la democracia, no existe intermedio porque la zona gris es de la dictadura. Quienes impiden la unidad están ayudando a la permanencia de la dictadura y deben ser considerados como parte de ella. Hasta que se retire el dictador y se acabe la dictadura con la “restauración del estado de derecho”, la situación es de emergencia nacional que solo puede terminar con “elecciones libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía popular”.
No es posible derrotar a las dictaduras sin unidad. Las dictaduras cesan solo cuando el pueblo confronta la usurpación, conducido por un liderazgo de unidad, cuyo único propósito es restituir la libertad y la democracia y no busca ventajas sectarias para la próxima “elección en dictadura”. Por eso, la estrategia de las dictaduras es dividir al pueblo para destruir la nación, multiplicar los temas y ejes de confrontación, manipular la oposición, crear “oposición funcional”, confrontar entre si los adversos para debilitarlos y extinguirlos.
El modelo de “dictadura electoralista” impuesto por el castrochavismo conduce a tratar de retirar al dictador en elecciones, lo que permite en caso de que eso suceda, que la dictadura permanezca como sistema y como organización. Este riesgo es hoy crisis en Bolivia donde luego de la renuncia del dictador Morales la realidad es que “salió el dictador pero no la dictadura”, mientras gobierno interino y oposición disputan la mejor posición sectaria de funcionalidad sin democracia.
Si los actores políticos enfrentados a las dictaduras no se unen en base a principios y valores en cada país y despejan la sospecha creciente de ser “oposiciones funcionales”, las dictaduras caerán junto con los simuladores de oposición que impiden la unidad.
Fuente: Diario las Américas