lunes, diciembre 23, 2024
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OPINIÓN- Diego Salazar: Elecciones en Perú: una fractura casi irreconciliable

El pasado 19 de mayo, dos personajes públicos peruanos, ambos excandidatos fujimoristas al Congreso de la República, atacaron vía Twitter a Gonzalo Banda, un joven politólogo que ha ganado notoriedad en los medios durante esta campaña electoral debido a su inteligente y original análisis del confuso momento político que atraviesa el Perú.

Una de ellos —accionista del principal grupo de medios del país, el cual es propietario del diario donde Banda publica una columna quincenal— le decía que fuera a pedir una columna a otro diario para que deje de “ensuciar El Comercio con tus imbecilidades”.

El otro —exjefe del Fondo Editorial del Congreso de la República— se refería a Banda como “este provinciano acomplejado”. Ambos respondían con esos insultos a un comentario del politólogo sobre el candidato presidencial Pedro Castillo.

Ese mismo día por la tarde, la periodista Stefanie Medina, quien cubre la campaña de Castillo para la cadena de noticias por cable Canal N, publicó en Twitter un video perturbador. En él se ve cómo un grupo de simpatizantes del candidato corren detrás del vehículo que transporta a la periodista gritando “prensa basura”, “corrupta” y “vendepatria”.

Ese día, Castillo realizó varias actividades en la ciudad de Huamanga. Ahí, en una de sus intervenciones, el candidato amenazó con “publicar cuánto ganan los que conducen los programas de televisión y quién les paga”. En otra actividad de Castillo, uno de los animadores de la campaña encendió al público desde el estrado con gritos de “prensa mercenaria” y “medios mermeleros” (“mermelada” se llama en Perú a los presuntos pagos a periodistas para favorecer a un político).

Fue en ese momento, según me contó Stefanie Medina, que la periodista recibió una patada por la espalda. Diana Falcón, periodista de la radio RPP, quien se encontraba cerca a Medina en ese instante, me dijo que percibió un movimiento extraño a su lado, escuchó a Medina quejarse y que, al girar para ver qué había ocurrido, esta le dijo que la habían pateado.

Fuente: Washingtonpost

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