Hace unas semanas publiqué una nota titulada, “En esto AMLO si tiene razón…”, donde expuse motivos por los cuales se debe reformar lo que nosotros conocemos como capitalismo, en dicha nota traté de explicar por que es necesario ajustarlo a una nueva realidad social, ambiental y democrática. En esta nota trataré de expresar mis motivos de por que es importante defender la democracia, por el bien de todos.
En una de mis cada vez mas frecuentes reuniones de zoom, tuve una charla con un viejo amigo Venezolano, quien por años se ha dedicado al negocio de la importación en su natal Venezuela; aunque ahora vive en Florida. Él comercializa un producto que, como dirían mis amigos economistas, es inelástico a la demanda, algo como la Sal, que aunque baje de precio, su consumo se mantiene estable, y me contaba que su negocio iba muy bien, que la pandemia no lo había afectado en lo mas mínimo, que de hecho le había favorecido, pues había crecido un poco, lo cual en lugar de alegrarlo, lo tenia bastante preocupado, pues sabía que en el momento que llamara la atención del régimen, seguramente irían a buscarlo, ya sea para extorsionarlo o bien para quitarle su exitoso negocio.
Después de esta charla, regresé a mis notas, donde elaboro sobre temas como la democracia.
¿Por qué necesitamos de la democracia?
Existe suficiente evidencia histórica que demuestra que las sociedades democráticas mas exitosas y saludables necesitan de tres elementos fundamentales: (i) libre mercado con reglas claras, (ii) un gobierno fuerte que busque el bien común y con la suficiente calidad moral para exigir el cumplimiento de la ley, y sobre las dos anteriores (iii) una sociedad civil que sea vocal, organizada e incluyente, interconectada en redes sociales, demandante, y que refleje claramente los intereses de la población en temas de libertad, seguridad, derechos ganados, temas laborales y sobre todo de preservación y mejora del medio ambiente. Sin embargo, estos tres elementos, aunque indispensables, no son suficientes, pues estos deben ser acompañados por medios de comunicación libres, y por supuesto un sistema judicial libre e independiente, que permita que la rendición de cuentas logre un equilibrio de poderes.
Muchos pensadores han cuestionado la necesitad de contar con un gobierno, argumentando que los mercados privados se regulan solos, y que la justicia social se da por medio de la eficiencia de los mercados. Mi opinión es que esa es una de las fantasías mas perversas, ya que existen suficientes elementos históricos para demostrar que mercados sin regulación de un Estado fuerte llevan a una mayor inequidad que no beneficia a nadie, así es como el principio de subsidiariedad que argumenta tanta libertad como sea posible, así como tanto control como sea necesario, existe, en este sentido, como un término puramente académico. Así es que ambos son igual de dañinos para las sociedades, tanto un gobierno sin contrapesos como un mercado privado sin controles y regulaciones saludables para su desarrollo. En medio de todo esto queda la sociedad civil, quien debe jugar su papel y exigir resultados de ambos lados, tanto en el rubro privado como en el rubro gubernamental, exigiendo el desarrollo de una sociedad próspera y libre.
En este contexto, es labor de la sociedad civil, exigir al gobierno y al sector privado hacer su labor en temas de equidad e inclusión social, subrayando que, en el caso del gobierno, esto debe hacerlo de manera justa y transparente, elementos indispensables para que no se caiga en la tentación del populismo, que en grado extremo lleva a la autocracia, tan dañina, y que en Latinoamérica hemos conocido como “caudillismo”. Este mismo que ha llevado a gobiernos autoritarios, los cuales promueven a las empresas cerca del poder, centralizando el poder económico y político en la “elite” gobernante, debilitando totalmente el estado de derecho, la movilidad social, la innovación, la eficiencia y los principios fundamentales del capitalismo, al promover la corrupción, la falta de instituciones y la tan necesaria competitividad y productividad del país.
Sin duda alguna, el sector privado tiene una responsabilidad e interés económico en resolver el sistema, ayudando a unir a la sociedad y a promover a las instituciones de gobierno que regulen y promuevan la innovación y eficiencia productiva de la nación. Es necesario dejar de culpar al gobierno de todos y cada uno de los males de la nación, y asumir tanto sector privado, sociedad civil y gobierno su responsabilidad, e ir a la acción.
Es sano reconocer que para resolver la democracia es necesario: (i) un gobierno fuerte, transparente y responsable, así como también asumir los costos de éste, (ii) un sector privado fuerte, regulado y promotor de una sociedad libre y próspera, y (iii) una sociedad civil activa, defensora de la libertad y del medio ambiente. ¿Tu crees que se puede estar interesado en la prosperidad y libertad de un país sin ocuparse de la democracia? Yo no lo creo, si tu piensas igual, ¿estas dispuesto a asumir tu papel para resolver la democracia? …. me parece que el sector privado, todo en su conjunto, debería estar interesado al tener todos los incentivos para hacerlo. Aquí algunas ideas que podrían ayudar y llamar a la acción:
- Combatir la polarización social, una sociedad dividida solo abona al argumento caudillista de “yo soy el pueblo”.
- Apoyar el fortalecimiento de los organismos del estado que promuevan la inclusión de las personas, pero sobre todo que promuevan la movilidad social bajo principios de innovación, educación y productividad.
- Apoyar la independencia de las instituciones de justicia, y reconocer, en su caso, su buen trabajo.
- Fortalecer a los medios, es necesaria una prensa libre, suscribirse a medios que muestren principios de imparcialidad, aquellos que hacen investigación y tienen la capacidad de difundir con claridad sus resultados.
- Unirse a causas serias en favor del medio ambiente, defender la naturaleza y combatir el cambio climático, exigir cuentas y apoyar acciones contra el uso de combustibles fósiles.
Estoy seguro de que de estas ideas se pueden generar cientos de programas de acción, es necesario ponerlos en práctica, pues, “por el bien de todos…” ¡Primero la Democracia!
Fuente: Forbes México