jueves, diciembre 26, 2024
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OPINIÓN- Genaro Mosquera: La pérdida de un país

Una expresión usada con cierta frecuencia en los trabajos de la cátedra Pío Tamayo de la UCV cita a Venezuela como un ex país y añade que la oposición hizo eclosión como consecuencia de sus divergencias para convertirse en oposiciones. Las apreciaciones sobre estos términos se clarifican desde el momento en que el país se convirtió en comarca, habiendo ya pasado por la estructura de provincia cubana, cuando el nivel de dependencia política y económica comenzó a ser administrada y gobernada por los dirigentes de ese país.
El país comenzó a fragmentarse en territorios, y cada uno de ellos, convertido en comarca particular, pasto de los intereses de la invasión pausada, pero sin descanso de otros países, ya no solamente de Cuba, sino de China, Irán, Rusia, Turquía y la fuerza guerrillera colombiana, representada por los movimientos armados del ELN y de las FARC.
La desintegración territorial se produjo de hecho al magín de la estructura jurídica, especialmente de la Constitución, en efecto, todo comenzó del lado cubano, cuando poco a poco se les fue entregando a su control, la identidad del venezolano, los registros públicos, las instituciones del gobierno, incluyendo su fuerza armada. Casi simultáneamente, sus agentes infiltrados comenzaron a propiciar una invasión masiva integrada por supuestos deportistas y médicos, los que en realidad resultaron ser milicianos y personal de inteligencia, quienes fueron tomando posesión del aparato civil y militar.
Como paso previo, el entrenamiento ideológico de las fuerzas armadas venezolanas se hizo en Cuba. Casi inmediatamente, se comenzó un plan de control del aparato empresarial que ya había sido expropiado, y es así, que empresas azucareras, alimenticias, agrícolas, cementeras, construcción de viviendas, sistemas de transporte, cadenas hoteleras y turismo fueron convertidas en nuevas sociedades anónimas, cuya estructura accionaria fue compartida entre dos socios principales, Venezuela y Cuba, representados por connotados personajes comprometidos con la supuesta revolución.
Esta compleja estructura capitalista de Estado mutó rápidamente al trasporte aéreo, petrolero y petroquímico, la cual requirió de gran inversión que fue a parar a las arcas cubanas para el desarrollo de sus programas internos, la preservación de su gobierno y la necesidad de convertir sus instalaciones arruinadas en centros operativos, que complementaran su ilícito comercio petrolero internacional. Es así, que dos refinerías cubanas que estaban inoperativas por mucho tiempo requirieron una inversión multimillonaria destinadas a activarlas: una vez lograda, como es el caso de la refinería de Cienfuegos, pasaron totalmente a control del gobierno cubano al adueñarse del 49% accionario con el argumento de que Venezuela no había cancelado los servicios de salud prestados. Podemos citar cientos de empresas de todo el espectro económico venezolano que ha cambiado al control del gobierno comunista, incluyendo las relaciones empresariales y financieras regentadas por fuerzas militares venezolanas, las cuales se convirtieron en administradores cómplices de esta entrega soberana.
Del apoderamiento de la  estructura económica, quizás la más rentable es el llamado Arco  Minero cuyas concesiones poco conocidas prevalecen los intereses iraníes en el tráfico de oro, pero los intereses chinos, turcos, sirios y de otros devoradores de recursos se ocupan de la expoliación de los recursos naturales sin consideraciones económicas o ambientales, y usan los argumentos basados en sus derechos como inversores y la recuperación de las deudas, en operaciones concedidas al régimen cuya participación pasa a terceros en una actuación altamente deleznable, con la que el país es afectado en sus ingresos financieros,
Obviamente, los rusos no quedaron atrás, pues sobre la base de la política de armar a Venezuela cuya inversión es considerable, pusieron la mano al negocio interno en actividades sofisticadas del sector petrolero, y lo más importante, desplegaron su cabecera de playa en América como todo un reto político hemisférico, fortaleciendo el establecimiento de bases militares y sustento de las mafias del narcotráfico internacional.
Igualmente, los acuerdos desconocidos y los créditos chinos permitieron su incursión en las telecomunicaciones, comercio internacional y transacciones hemisféricas de acuerdo con las políticas del Partido Comunista chino. La cadena es larga, podemos contar, al detalle el apoderamiento gradual, empresarial, sometimiento y obediencia, lo cual permitió que el régimen se convirtiera en una entidad que protege al terrorismo internacional y es el ideal refugio de los grandes negocios y del crimen organizado internacional.
El impacto  de las cuestiones anteriormente comentadas tienen influencia en la geopolítica internacional y en los nuevos equilibrios en la región latinoamericana, especialmente, intentando la quiebra del sistema democrático y sensibilizando la vulnerabilidad de los derechos humanos. Estas acciones ampliamente documentadas producen la evidente desestabilización de la seguridad nacional e internacional. La inestabilidad política venezolana, unida al brutal deterioro económico, la usurpación demostrada de un gobierno legítimo y las consecuencias directas sobre la población y la ruptura institucional.
La población como consecuencia. es sometida al éxodo, hambre, ausencia de ingresos, de servicios básicos, fortalecido por la pandemia, la cual es una magnifica excusa para confinar más de la cuenta a la población, evitar las protestas y aprovechar la violación de los acuerdos para retar a la coalición internacional desplegada en el Caribe y el Pacifico como defensa ante el narcotráfico. Las consecuencias directas de tales acciones determinan que se nos defina, como un Estado fallido, que se haya perdido el control del país y, de gran parte del territorio nacional.
Con la presión de los invasores y la entrega del país, la población activa e inteligente, al cerrar sus oportunidades sociales y económicas comenzó a migrar, desplazados sin misericordia y se potenció de tal manera que rebasa incluso la población de muchos países. Se dispersó por el mundo y sus capacidades se emplean en otros lugares, dejando al país con una población jubilada, envejecida significativamente, a jóvenes que crecieron en la generación del régimen, ideologizados y sin los valores democráticos firmes, que buscan su supervivencia en la delincuencia, colectivos, milicias, ejército, policías o vigilantes, totalmente marginalizados. Los que lograron permanecer, en el país, muchos de ellos contra su voluntad, apenas sobreviven, igual a los que lograron permanecer contra de su voluntad en el territorio.
El ex país, quedo en manos de una población inerte, como si fuera poco, confinada a juro en sus precarias viviendas, rodeadas de colectivos armados en otro ejército de planes que ejercen la ley del revolver en los barrios, sin servicios, cubanizada y finalmente entregada a los caprichos de la guardia pretoriana, enriquecida a costa de la población y de la protección a la corrupción más grande desde los tiempos míticos de Ali Baba.
La desesperanza cundió en un ex país, donde casi nadie desea regresar y las añoranzas de los idos se limita al análisis y la crítica del sistema que quedó en manos invasoras, donde no hicimos nada importante para detenerla y perdimos la república, la cual parece irrecuperable y sujeta a los vaivenes del tablero de los intereses internacionales que se disputan los despojos nacionales.
El efecto directo de esta compleja situación se complica, cuando apenas sobrevive una Asamblea Nacional cuya única legitimidad aparece como consecuencia de un fraude descubierto que puso de manifiesto la usurpación, y que permite cierto juego político, desagregado y fragmentado. La oposición, resistente a la opresión, se divide en oposiciones, y sobrevive mediante concesiones, y negociaciones inútiles, muchos tienen libertad condicional y a otros, nadie los toca, encarcelan o hacen el aguaje de hacerlo, conviviendo con el sistema.
Estas oposiciones tienen también sus ramas en el exterior que se organizan sobre las cenizas del país y se explaya en análisis, conspiraciones de papel, protestas ausentes de compromiso y se transculturizan rápidamente y por seguro, jamás regresarán a su terruño, donde sus propiedades, intereses y ascendentes van desapareciendo paulatinamente.
Frente a ese maremágnum complejo y sin esperanzas, se sobrevive de pura circunstancia cual indígenas descubiertos y conquistados por fuerzas extranjeras, se deja gobernar y someter al vilipendio, maltrato, coima y hambruna, pero como dice el dicho, tanto se tensa la cuerda hasta que revienta. Es insostenible el hecho de sobrevivir de la dádiva, miseria, y de las condiciones de vida. Ha llegado el momento de la gran protesta, de la resistencia, del reclamo, de la erupción de la fuerza social y de la imprescindible ayuda multinacional para desalojar al crimen organizado.
Llegará el momento en que la protesta va a converger poderosa y peligrosamente para el régimen, solo es cuestión de que los factores se concentren y la presión inmisericorde de la rebelión aparezca sin límites para rescatar lo que queda de país y evitar convertirnos dentro del esquema geopolítico internacional en objetivo militar como consecuencia de las tensiones mundiales que intentan apoderarse del continente.
Fuente: El Nacional 

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