viernes, noviembre 15, 2024
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OPINIÓN-Gustavo Coronel: USA, Una nación invadida por el miedo y la ideología

Se me escapa mi sueño americano. Aunque muchas de las razones que nos trajeron a Marianela y a mí a este gran país hace 20 años aún existen, por ejemplo la posibilidad de ser un buen ciudadano activo y la cordialidad imperante de los vecinos en las pequeñas comunidades, la verdad es que la calidad de la vida ciudadana se ha ido deteriorando desde hace algún tiempo, hasta llegar a exhibir algunas de las características que nos obligaron a salir de Venezuela.
Uno de los signos más notorios es el miedo, las dudas que han echado raíces en el alma de un pueblo que solía tener total confianza en su naturaleza excepcional, lo cual los llevaba a ser abiertos y cándidos en sus relaciones interpersonales. Hoy los demócratas tienen miedo de los republicanos, los republicanos tienen miedo de los demócratas y las mayorías de independientes tienen miedo de los miembros de ambos partidos.
Un país en el cual predominaba la pluralidad cultural, basada en la coexistencia pacífica y civilizada entre miembros de culturas y etnias diferentes, bajo la sombrilla unificadora de un fuerte sentido de identidad nacional se ha ido transformando en un país multicultural, en el cual diferentes culturas y etnias permanecen en sus departamentos estancos, desconfiando las unas de las otras. Los negros desconfían de los blancos, los blancos de los negros y ambos desconfían de los latinos, todos los aspectos de la vida se han polarizado. Los demócratas favorecen el aborto, usan máscaras y se vacunan, contra el COVID, ven a CNN en la TV, creen en el cambio climático y llaman a Trump el autor de LA GRAN MENTIRA. Los republicanos rechazan el aborto, se resisten a usar máscaras, no se vacunan, ven a Fox News o NEWSMAX en la TV y piensan en Biden como el autor EL GRAN ROBO.
Los grandes segmentos de la población pretenden vivir cada uno en un país hecho para ellos, con sus propias leyes y reglas, generalmente incompatibles. Las áreas donde los dos grupos convergen asemejan los puntos de contacto entre placas tectónicas, generadoras de terremotos y volcanes sociales. Los blancos asfixian, disparan o arrollan a los negros con sus autos y los negros se sienten obligados a agruparse en organizaciones que con frecuencia también echan mano de la violencia. Las armas proliferan, inclusive en manos de adolescentes inoculados con el resentimiento, y muchos piensan que la Constitución no solo les garantiza su derecho a portarlas sino a usarlas contra los “enemigos”.
Los demócratas que se auto denominan “progresistas” exigen educación universitaria gratuita, a pesar de que la experiencia de otros países ha mostrado que no hay educación más costosa que la educación “gratis”, al disminuir su calidad mientras se acrecienta el gasto deficitario en el país. O firman cartas motivadas por ideologías rígidas y ciegas, como la recientemente firmada por siete miembros demócratas del Congreso en la cual se pide la libertad del abogado Steven Donziger, el autor de un gran fraude judicial en Ecuador mediante el soborno a jueces y expertos, y se le denomina  un abogado “amado”.
Si usted es un conservador “patriota” abogará por mantener a USA aislada del resto del mundo y creerá que la globalización es un fraude montado por George Soros, Bill Gates y el World Economic Forum, para tomar el control de la humanidad.
En su libro a ser publicado próximamente, “La Revancha del Poder”, Moisés Naím advierte que el planeta está invadido por autócratas que utilizan lo que él llama “las tres P”: Populismo, Polarización y la Pos verdad. En los Estados Unido ya hemos visto estas tres P en acción en os últimos años. Quienes vivimos en la Venezuela de Hugo Chávez podemos reconocer muchas de sus manifestaciones en los Estados Unidos. Lo que “no podía suceder aquí, está sucediendo”.
Yo recuerdo que mi querida esposa fallecida me preguntaba, cuando planificábamos nuestra salida de Venezuela: “Que haremos si lo mismo comienza a suceder en Estados Unidos”? Yo reía y le decía: » Podemos irnos a Australia”. Y más seriamente, le agregaba: “Esto que vemos en Venezuela no puede suceder en USA, país donde existen efectivos controles y balances de poder. Cuando USA se resfría el resto del mundo tiene pulmonía”.
Quien sabe, a lo mejor fui muy optimista. Yo deseo sinceramente que USA no contraiga pulmonía. Aún tengo confianza en el esencial sentido común de los estadounidenses para resolver sus problemas en una atmósfera racional y bi – partisana. Todavía mantengo mi sueño americano, aunque ya esté vestido con un ropaje más modesto.

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