1. Marco Rubio acaba de enviar un claro mensaje al 43% de opositores venezolanos que insisten en pedir una intervención militar internacional encabezada por los Estados Unidos.
2. Marco Rubio es un poderoso senador cubano-estadounidense que bregó duro para incorporar al presidente Trump a la tarea de expulsar del poder a Nicolás Maduro. A él se debe en gran medida la radical posición de la Casa Blanca en contra del chavismo gobernante. Hoy preside el relevante Comité de Inteligencia del Senado. Es decir, su palabra tiene mucho peso en la Casa Blanca.
3. En el video anexo, el senador Rubio explica a Carla Angola, en su programa “Buenas Noches” transmitido por EVTV, las razones por las cuales es muy difícil una intervención militar estadounidense en Venezuela o en cualquier otro país.
4. Marco Rubio sostiene que la intervención militar sólo puede ocurrir cuando la seguridad interna de los Estados Unidos esté amenazada en términos reales e inminentes… y hasta ahora eso no ha ocurrido. “Maduro sabe de lo que estamos hablando, sabe que hay cosas que no debe hacer… y por eso no lo ha hecho hasta ahora”.
5. Sin embargo, Rubio precisa que “estamos viviendo momentos muy distintos a hace 20, 30 años atrás.. eso (una interveción militar) no es fácil de hacer… (En segundo lugar) también hay que entender que eso sería imposible sin la ayuda o el apoyo de otros países de la región… En tercer lugar, la opinión pública norteamericana no ve positivo intervenciones militares nuevas en cualquier parte del mundo…
6. “Creo que no debemos hablar tanto de eso (de intervención militar) porque también hay realidades políticas en este país (Estados Unidos)”… lo cual hace mucho más difícil esta opción.
7. “El futuro y el destino se Venezuela corresponde (definirlo y decidirlo) al pueblo venezolano…Esto tiene que ser un movimiento de venezolanos… Nosotros lo que podemos hacer es ayudar en todo lo posible al pueblo venezolano…»
8. “Y esto no es fácil. Se trata de remover del poder a un elemento, a una organización que está dispuesta a asesinar a su propio pueblo… y removerlos del poder no es fácil, toma su tiempo y mucha presión. Y eso es lo que estamos enfrentando… Ellos no pueden aguantar por años la situación que están afrontando en este momento… no lo pueden hacer…»
9. “Yo sé que es difícil pedirle paciencia a un pueblo que está sufriendo tanto. Pero lo que tienen que entender también es que está administración (la de Trump) ha hecho todo lo que se le ha pedido, todo lo posible para ayudar a que eso (el cambio) se acelere hasta que haya una democracia verdadera en Venezuela”.
10. Pues bien. Habiendo escuchado con detenimiento al senador Rubio, surge la primera pregunta de oro: ¿Nicolás Maduro se atreverá a traspasar la línea roja amenazando la seguridad de Estados Unidos? Dudo que lo haga. Él ha recibido un excelente entrenamiento cubano para enfrentar estos escenarios. Los hermanos Castro -incluido Diaz Canel- han logrado convivir con USA durante más de medio siglo sin atreverse a pasar la línea roja.
11. De manera que el empeño de algunos venezolanos en denunciar al gobierno de Maduro como “una organización criminal que está al servicio del narcotráfico internacional y de los terroristas árabes e iraníes, y que amenaza para la seguridad interna de los Estados Unidos”, aun no lucen convincentes para la Casa Blanca.
12. La Casa Blanca aun no ha logrado acumular pruebas sólidas para convencer al Congreso, a la opinión pública estadounidense y a la comunidad internacional para justificar una incursión militar en Venezuela. Y mucho menos en tiempos de pandemia.
13. Segunda pregunta de oro: ¿Todas las opciones están sobre la mesa en la Oficina Oval? En realidad no. La opción de la intervención militar internacional no estuvo jamás sobre la mesa, ni lo va a estar mientras Maduro siga al pie de la letra los consejos (¿o instrucciones?) de la Habana.
14. Coincido con el senador Rubio en que Maduro está apostando a la victoria de Biden porque supone que disminuirán las sanciones. Que eso ocurra está por verse. Quizás lo más próximo a ocurrir es que Biden sostenga una política más coherente y enfocada con los objetivos, en vez del desorden estratégico actual.
15. Tercera pregunta de oro. ¿Pueden las sanciones derrocar a Maduro? El presidente Trump ya reconoció que Maduro resultó un jugador duro para los Estados Unidos, lo cual los ha obligado a rehacer las estrategias, y hasta dudar de los resultados de las sanciones.
16. Nicolás Maduro y el chavismo gobernante ya entraron en el club de mandatarios “duros” del planeta. A este han pertenecido Ho Chi Min, los gobiernos de China, Rusia (antigua URSS), Saddam Hussein, Kaddafy, los gobiernos shiitas iraníes, los hermanos Castro, El Assad, Kim Jon Un y tantos otros. Todos han recibido fuertes sanciones de Washington. Casi todos han expuesto a sus pueblos a hambrunas y grandes grandes carencias. Y ninguno ha sido derrocado por esas sanciones. Ninguno.
17. Cuba -el paradigma revolucionario dominante en el chavismo gobernante- lleva más de medio siglo bajo sanciones infructuosas. Y allí siguen los Castro gobernando férreamente a un pueblo hambriento y desconectado del siglo XXI.
18. El objetivo final del chavismo gobernante, y de Maduro en particular, es obtener el status geopolítico que tiene Cuba en este instante: un gobierno socialista al que nadie quiere pero al cual todos terminan aceptando. Es el manejo pragmático de las realidades. El gobierno chavista está imbuido en una carrera de resistencia. Quieren cansar a la Casa Blanca. Y falta poco para lograrlo.
19. Obvio. Maduro no las tiene fácil. Está lidiando con 5 mega crisis simultáneas. Pero la verdad es que los venezolanos que viven en Venezuela la tienen aún más difícil que Maduro. Y lo que se aproxima, como resultado de la crisis de generada por la pandemia del Covid, será infinitamente peor.
20. El sufrimiento de los venezolanos ya debe estar generando un dilema ético en los principales actores políticos ¿Cuánto más deben sufrir los venezolanos para que Nicolás Maduro comprenda que jamás logrará gobernar un país de manera razonable, especialmente por la fuerza negativa de sus propios paradigmas políticos? ¿Y hasta qué punto las sanciones de los Estados Unidos son para salvar a un pueblo, o, por el contrario, para hundirlo aun más en la peor de las tragedias?