Esa es una respuesta que deberemos responder a las futuras generaciones. Era fundamental defender la democracia y el desarrollo alcanzado gracias a las reformas liberales hechas en el gobierno militar y posterior Concertación, una centro izquierda demócrata.
Chile, la colonia más pobre de España y el segundo país más pobre de la región, golpeado aún más con una hiperinflación del 600 % y una pobreza del 50 % bajo el desastroso gobierno de Salvador Allende, seguía el sendero de la pobreza y el socialismo. Algo tan común en este territorio.
Ese mismo país de origen pobre logró en menos de 30 años liderar todos los indicadores económicos, políticos y sociales de la región. De la misma forma, redujo la pobreza de un 50 % a menos de un 9 %. Se consideraba un ejemplo e incluso un milagro económico, pero no se valoró el desarrollo alcanzado. Se dio por añadidura y eso posee costos muy altos. Jamás se contó la historia completa.
Un país cada vez más virado a la izquierda, con Bachelet en el poder, con mayores impuestos, más corrupción, más políticos, mayor tamaño del Estado y más despilfarro, hicieron que el país dejará de crecer. Y sin crecimiento económico la pobreza comenzó nuevamente a aumentar, todo acompañado de un fuerte y progresivo debilitamiento de las instituciones democráticas.
Se generó un discurso de resentimiento y odio —la famosa lucha de clases— multiplicado por todos los medios, quienes de manera constante, cuestionaron un modelo exitoso, donde los datos no serían considerados, solo la animadversión con quien tiene más o menos. Había que bajar de los patines a quien andaba muy rápido y si el país se estancaba sería el costo de las reformas.
También contribuyó mucho la incorporación del partido comunista al Congreso y los inadaptados del Frente Amplio, quienes en tan solo 8 años destruyeron el desarrollo alcanzado y promovieron una insurrección en el 2019, con una clara intervención extranjera desde la dictadura venezolana.
Había corrupción y colusión en los mercados, donde delincuentes disfrazados de empresarios jamás tuvieron un castigo acorde al daño generado y se creó una especie de impunidad.
Y la guinda de la torta fue tener un presidente muy débil, quién cedió ante la izquierda en todo y hoy tenemos prácticamente un parlamentarismo de facto. Regaló la Constitución, subió impuestos, aumentó el gasto de manera exponencial y jamás pudo reestablecer la seguridad y orden público.
Chile está muy cerca de perder todo el desarrollo alcanzado y entrar en una dinámica de autodestrucción donde en las elecciones presidenciales podría imponerse un comunista o un anarquista. Esto podría ocurrir, ya que el actual presidente destruyó a su sector, dando una especie de ingobernabilidad.
Ahora esta dosis de comunismo o socialismo del siglo XXI, la generación actual no la ha experimentado nunca y cuando conozcan el comunismo será muy tarde para reaccionar y no será tan fácil como hacer un video en Youtube pidiendo que te rescaten de la dictadura cubana, tal como hizo una chilena. Ella era admiradora de Cuba desde un país libre y próspero como Chile.
Chile está en un punto de quiebre, donde se juega sus próximos 30 años: libertad o servidumbre.
Fuente: PanamPost