Con la entrada del primer buque tanquero iraní, Fortune, a aguas venezolanas, transportando gasolina, el gobierno de Donald Trump asestó un golpe demoledor a una de las principales piezas propagandísticas de la dictadura de Nicolás Maduro: el bloqueo.
Aunque la mayoría de los venezolanos y los países aliados al presidente (E) Juan Guaidó están claros, desde hace tiempo, que el bloqueo es sólo una de las piezas más duras de la artillería goebbeliana del régimen madurista, ese estribillo/excusa del bloqueo era una constante en el discurso de repartir culpas de su fracasada y corrupta tiranía.
Las cientos de miles de camionetas de lujo, blindadas traídas del imperio mismo, las exquisiteces provenientes de Miami que abarrotan los florecientes bodegones en Venezuela, la importación de armas obsoletas y de finos licores de cualquier lugar del orbe, dirigidas principalmente a la privilegiada casta dominante de militares corruptos unos, y acusados de narcotraficantes por la DEA, otros, enchufados y capitoses de la revolución; demuestran que lo del bloqueo es sólo una trampa caza bobos para incautos y para alimentar el dogmatismo de sus fanáticos seguidores.
En una jugada maestra, EEUU dejó que el régimen de Maduro por semanas alimentara la epopeya de un enfrentamiento del cual saldrían victoriosos frente al Pentágono, al atracar los tanqueros iraníes con un 1.800.000 barriles de gasolina en los puertos del país con las mayores reservas de petróleo del mundo pero, por desgracia y gracias a la corrupción voraz, la ineficiencia y la incapacidad, no produce una gota de gasolina hoy día, por haber destruido su principal industria: PDVSA.
Esperando el momento preciso para acestar el golpe necesario y contundente, directo a la yugular propagandística del socialismo y su manipulación, Washington demostró, en vivo y en directo, que lo del supuesto bloqueo es un mito bien elaborado en las salas situacionales manejadas por cubanos en materia de propaganda, contrapropaganda, inteligencia y contrainteligencia.
Con el arribo de los tanquero, en las narices de una flota bien equipada de la Armada de EEUU, a los puertos venezolanos, se acaba el mito del bloqueo, el ritornello lastimero y el papel de víctima de un David inocente, indefenso y desguarnecido ante un despiadado Goliat del Norte.
Ahora, a los famélicos fanáticos que exhiben las deshilachadas franelas rojas con los ojos lagrimosos de un Chávez descolorido, para que chavistas en el poder vivan y coman como millonarios jeques árabes, en defensa de una robolución engullida por el lavado de dinero, la corrupción y el narcotráfico, les costará argumentar sobre el supuesto bloqueo.
Bloqueo sustentado en una volátil gasolina, que en cualquier momento hará combustión incontrolada y que puede con, una chispa, arrasar con un paraíso socialista que no tiene gas, alimentos, energía eléctrica, agua, medicinas, dinero en efectivo, internet, servicios telefónicos ni televisión por cable.
El aliado Irán y sus tanqueros terminaron por derrumbar el mito infantil socialista de un bloqueo que sólo existe en los libros de propaganda de Joseph Goebbels.
Ahora, a los fanáticos rojos rojitos no les quedará más que desbloquearse mentalmente, sopena de seguir haciendo el ridículo y sin poder comprar en los bodegones de sus jefes.