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OPINIÓN- Maibor Petit: Exclusivo: Documento prueba alta injerencia de Ramiro Valdés Menéndez en PDVSA

En 2016, la presidencia de Petróleos de Venezuela S.A., para entonces en manos de Eulogio Del Pino,  envió una carta  a Ramiro Valdés Menéndez, Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, para solicitar «sus buenos oficios para poder retirar 300 millones de euros de los haberes que la empresa mantenía en el Banco Internacional de Comercio (BICSA), institución bancaria de intermediación financiera de la República de Cuba».
  Resulta inverosímil ver los términos en los que el presidente de la empresa más importante de Venezuela, prácticamente solicita el permiso del comandante y alto jerarca de la dictadura cubana, para retirar parte del dinero propiedad de la filial de la estatal, PDV Caribe, depositado en la referida institución. Una diligencia que en cualquier economía se haría directamente ante la entidad sin tener que pedir el permiso o autorización gubernamental.
El pedido a Ramiro Valdés
   El 18 de enero de 2016, Eulogio Del Pino, para la fecha presidente de Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) remitió la comunicación identificada con el código JDG-2016-0007, dirigida a Ramiro Valdés Menéndez, Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, para exponerle que por designación del presidente de la república, Nicolás Maduro Moros, integraba el gabinete económico del gobierno, siendo una de las funciones que se le habían encomendado, coordinar la consecución de recursos financieros para “enfrentar y solventar el impacto de la crisis económica, derivada en parte por la abrupta y sostenida caída de los ingresos petroleros”.
  Le refirió que tal situación comprometía estratégicamente el desarrollo de las actividades productivas de la principal industria venezolana, así como el desarrollo de los programas económicos y sociales que adelanta el gobierno.
   Del Pino le solicitó al comandante de la revolución cubana “su valioso y extraordinario apoyo a fin de que requerir a la directiva del Banco Internacional de Comercio (BICSA), evaluar el retiro de 300 millones de euros de los haberes constituidos en la cuenta que la filial PDV Caribe tiene en dicha institución bajo la cuenta N° 45325010723100/0407650072310040”.
  Se instruyó a Valdés para que la transferencia de los 300 millones de euros se efectuara a la cuenta que Petróleos de Venezuela S.A. mantiene en el Novo Banco S.A., en Lisboa, Portugal, identificada con el Swift/BIC Code BESCPTPL.
  El banco beneficiario era Novo Banco S.A.-Madeira Branch, cuyo Switft es BESCPTPLOSF, mientras que el IBAN del beneficiario es PT50 0007 0903 0009 5081 9003 0 y el número de cuenta de PDVSA en la entidad 9030 9508 1900.
  Eulogio Del Pino le manifestó a Valdés que estaba a su disposición en caso de que estimara que el caso debía ser tratado personalmente, por lo que estaría a su disposición en el momento en que funcionario cubano lo considerara.
El BICSA
   El portal Ecured[1] informa que el Banco Internacional de Comercio (BICSA) “es una institución bancaria con el propósito de realizar operaciones de intermediación financiera y de otro carácter en el campo de las finanzas en divisas, conforme a las regulaciones del Banco central de Cuba”.
La página agrega que el BICSA surgió para negociar con instituciones bancarias y compañías extranjeras además de efectuar las operaciones en divisas.
  El capital social autorizado fue de 10 millones de pesos cubanos, equivalentes para la fecha a igual cantidad de dólares estadounidenses, representados en 10 mil acciones nominativas de mil pesos cubanos pagadero en su equivalente en marcos alemanes (posteriormente euros).
  El capital suscrito fue de un millón de pesos cubanos pagaderos en marcos alemanes al tipo de cambio para la fecha de la constitución del banco.
  BICSA está ubicado en La Habana y se constituyó mediante la escritura número 49/93 de fecha 29 de octubre de 1993.
Chávez oficializó la participación de Valdés en Venezuela
  En enero de 2010, el finado expresidente, Hugo Chávez, anunció que Ramiro Valdés, para entonces ministro de Tecnología cubano, estaba en Venezuela a objeto de dirigir la comisión técnica que haría frente a la crisis eléctrica que afecta al país, reseñó el portal Infobae[2].
«Ellos (los cubanos) lo han tenido (el problema eléctrico) muy grave en otras épocas (…) Está con nosotros al frente de esa comisión uno de los héroes de la revolución cubana, el comandante Ramiro Valdés», dio a conocer Chávez sin precisar más detalles al respecto.
   La información la dio el difunto mandatario durante el undécimo aniversario de su llegada al poder, el 2 de febrero de 1999, al tiempo que explicó que la participación de Valdés fue un ofrecimiento del también fallecido exdictador cubano, Fidel Castro, quien envío una comisión técnica encabezada por Valdés para ayudar a solventar el problema eléctrico que padecía —y aun padece— Venezuela.
Noticia mal recibida
  Pero el optimismo manifestado en el difunto mandatario y sus seguidores, no se replicó en el resto de la sociedad venezolana, toda vez que mientras desde el oficialismo se le daba la bienvenida al comandante cubano y loaron su papel en la revolución cubana, otras voces en Venezuela se levantaron en contra de la referida “colaboración” y protestaron por la presencia y participación del militar antillano en los asuntos del país.
  Ramiro Valdés se sumó así a los miles de funcionarios cubanos que se desempeñan en diferentes áreas de la administración pública venezolana, aun en aquellas de carácter estratégico como la salud, identificación, inmigración y la seguridad, presumiéndose además, su presencia en la principal industria venezolana: la petrolera.
  Una nota de la BBC Mundo recoge declaraciones de Luis Alfonso Dávila, expresidente del Congreso de la República y excanciller de la administración de Chávez, quien estimó en ese entonces (2010) la presencia cubana en Venezuela en unos 60 mil funcionarios.
  Los opositores a la medida, cuestionaron la aducida experiencia de Ramiro Valdés en materia de restricciones eléctricas y recordaron que el haber del militar en la administración cubana ha tenido que ver más bien con asuntos de seguridad. «Sí, me extraña mucho, porque es fundador del G2 (servicios de inteligencia) de Cuba, fue ministro del Interior, tiene experiencia en seguridad. Por otra parte, Cuba tiene un retraso muy grande en materia eléctrica en relación con Venezuela, los especialistas cubanos no tienen nada que ofrecerle a los venezolanos», refirió Américo Martín.
  Del mismo modo el comunicólogo, Antonio Pasqualli, subrayó que la experiencia de Valdés era en materia de censura de comunicaciones e internet. «Tengo años denunciando las injerencias en este país de ese individuo (…) Logró venderle a Hugo Chávez todas las estaciones comunitarias que tenemos en el país, algunas de ellas con comisario político incluido cuando el comprador no era de toda confianza (…) Este hombre declaró en un Congreso hace dos años, y cito, que ‘internet es un invento de Occidente para el exterminio de la humanidad'»[3].
¿La verdad detrás del asunto?
  En un artículo publicado en el portal Cuba, Democracia y Vida, Huber Matos Araluce se une al coro de voces que cuestiona la supuesta experticia de Ramiro Valdés en materia eléctrica, dado que su verdadera especialidad es el espionaje y la represión.
  Matos Araluce asoma la posibilidad de que la auténtica razón del viaje del militar cubano a Venezuela haya sido “orquestar un negocio lucrativo para el castrismo: instalar plantas generadoras de electricidad que consumen una cantidad considerable de combustible”.
  Y agrega: “En este plan, como en otros, pretenden que millones de dólares sean transferidos de Venezuela a Cuba por concepto de asesoría, compra e instalación de plantas eléctricas”.
  De cualquier manera, el articulista advierte que el viaje del comandante castrista a Venezuela no necesariamente tenía que obedecer a una sola razón, alertando que la renuncia de tres ministros, las protestas por el cierre de la televisora RCTV podía haber tomado por sorpresa al alto mando cubano y encendido las alarmas en la isla.
“Ramiro Valdés ‘en su tiempo libre’ puede supervisar de primera mano el aparato de espionaje y represión que los castristas montaron y dirigen en Venezuela. Su presencia allí hará menos necesarios los frecuentes viajes de Chávez a Cuba cada vez que necesita instrucciones; hay que guardar las apariencias de la independencia”[4].
  Ante las críticas, Hugo Chávez Frías, eludió las explicaciones y se limitó a emitir sus acostumbradas frases descalificatorias a sus adversarios. “A la burguesía le da piquiña cuando hablamos de Cuba. ¡Vamos a hablar de Cuba por todos lados! ¡Viva Cuba, viva Cuba, viva Cuba!”, reseñó una nota de El Estímulo publicada en marzo de 2019 en la que se recordaba la visita de Valdés con el propósito de contribuir a la solución del problema eléctrico[5].
  En el portal KonZapata, también el periodista Juan Carlos Zapata aseguró en uno de sus “Konfidenciales”, que “el hombre del G-2”, el papel de las visitas de Valdés en Venezuela desde 2010, nada tenía que ver con la solución a la crisis eléctrica, sino con afinar la intromisión del gobierno cubano en asuntos de inteligencia. “(…) en 2010 arribó y que a ofrecer apoyo ante la crisis eléctrica que entonces afloraba. Ya se ve en qué derivó la crisis eléctrica con Maduro. Su papel era y es otro: la inteligencia cubana. Y lo cierto es que Ramiro Valdés es todo un poder en Venezuela, si llega al punto del control que impone y ejerce la inteligencia cubana en la Fuerza Armada, en la estructura estatal, en la estructura del PSUV, y más allá”[6].
  La citada nota de El Estímulo refiere que Ramiro Valdés volvió a Venezuela en marzo de 2019 pero en esta ocasión el objetivo no era solucionar la crisis eléctrica, sino para neutralizar las acciones del presidente de la Asamblea Nacional y presidente encargado de la república, Juan Guaidó, además de someter a la población venezolana. Esto ocurrió, paradójicamente, durante un mega apagón que mantuvo a Venezuela en la oscuridad por varios días, una situación que el gobierno adjudicó a un sabotaje orquestado por la oposición venezolana. La Asamblea Nacional, por el contrario estima que la crisis eléctrica del país obedece a la corrupción y la ineficiencia que acabó con las industrias venezolanas durante los veinte años de la revolución.
  En la reseña, se recoge la opinión de la investigadora cubana, María Werlau, quien en su libro sobre Cuba y Venezuela, dice que Ramiro Valdés —creador del sistema de inteligencia cubano junto a la KGB— dirigió la toma del espacio cibernético venezolano y la penetración venezolano y la penetración de los organismos de represión, así como del entrenamiento de los colectivos armados.
  Werlau sostiene que Cuba tomó el control de las bases de datos venezolano, de PDVSA, CANTV, ministerios y organismos de seguridad. Refiere que también su diseño el denominado carnet de la patria, los pasaportes, registros, migración y el servicio de identificación. “Además, concluyó que han desarrollado una ‘ciberrepresión’ sofisticada con la cual saben lo que hacen los opositores en los medios y redes sociales, monitorean los correos electrónicos de los opositores, saben dónde están”.
Valdés ideólogo de los cambios en PDVSA
  El documento que presentamos en estas páginas revela cómo desde Cuba se deciden asuntos fundamentales en la industria petrolera, tal como la disposición de los haberes de la empresa.
  El Estímulo, refiere igualmente, que Ramiro Valdés fue el responsable de los cambios operados en PDVSA, habiéndose iniciado la presencia cubana en la estatal luego del paro petrolero de 2002, fecha en la que arribó al país personal cubano que se encargó de la toma de las operaciones navieras y de la recuperación del cerebro electrónico de la empresa que, hasta ese momento, había estado en manos de la compañía estadounidense SAIC. Desde entonces, comenzó la incursión cubana en Petróleos de Venezuela.
  La nota recuerda que Socorro Hernández —una de las actuales rectoras del Consejo Nacional Electoral— cuando se desempeñaba como directora ejecutiva de Automatización, Informática y Telecomunicaciones (AIT) de PDVSA, participó en la XII Convención y Expo Internacional de La Habana, Informática 2007 la cual encabezó Ramiro Valdés, quien para el momento ejercía como ministro de Informática y Comunicaciones en el gobierno antillano. Socorro pasó de PDVSA a integrar el gabinete ministerial como titular de la cartera de Telecomunicaciones e Informática y, posteriormente, la presidencia de la CANTV, desde donde saltó al organismo electoral. El Departamento del Tesoro la sancionó por su presunta relación con los fraudes electorales tenidos en los comicios venezolanos, así como incurrir en la censura a los medios de comunicación y corrupción en los programas de distribución de alimentos.
  Cabe apuntar que Socorro Hernández mantuvo siempre a su lado a Dicsa Chacón, hermana de Jesse Chacón, quien tenía a su cargo el manejo de las relaciones de PDVSA con Cuba en lo atinente al área tecnológica, mientras que en la CANTV se desempeñó como gerente de transición al socialismo.
  El 18 de diciembre de 2008, Valdés suscribió con Rafael Ramírez, a la sazón exministro de Petróleo y expresidente de PDVSA, un memorando de entendimiento para crear la empresa socialista de capital mixto Guardián del Alba S.A. que se encargaría de fabricar soluciones tecnológicas integrales en las áreas de AIT supuestamente para alcanzar una plena soberanía tecnológica. PDVSA Industrial (51 por ciento accionario) y la empresa cubana Albet S.A. (49 por ciento de las acciones) se encargaron de crear la citada compañía, administrar sus activos y asegurarse de su buen funcionamiento. La nueva compañía construiría software con el ánimo de reducir el pago de licencias, mantenimiento, servicio técnico por más de USD 500 millones al año. Se estimó que la empresa comenzaría a funcionar en enero de 2009.
  Sobre Albet S.A., una nota de El País[7] que recoge el testimonio de cubanos disidentes, indica que esta compañía maneja los sistemas del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (SAIME), llegando a ser su poder de tal magnitud que no se permite el acceso de venezolanos al área en que se centraliza el manejo de los datos obtenidos. “También son cubanos los sistemas informáticos de la presidencia, ministerios, programas sociales, servicios policiales y de la petrolera estatal PDVSA, mediante la empresa mixta Guardián del Alba”.
   La venta de estos servicios antillanos a Venezuela —refiere la reseña periodística— es obra de Valdés, al tiempo que sepone en duda la calidad de esta prestación. Se alerta del desconocimiento acerca de la cifra exacta de personal cubano operando en el país, manejándose solamente algunas aproximaciones sobre su participación en áreas de salud, deporte, cultura y agricultura, pero “No hay datos oficiales sobre los que trabajan en el sector eléctrico, de la construcción, en informática, en asesoría al gobierno y en otras áreas”, lo que incluye a la petrolera estatal.
   La nota, publicada en marzo de 2014, cita declaraciones del exgeneral retirado y colaborador de Chávez, Antonio Rivero, quien estimaba para la fecha una presencia cubana en Venezuela de más de cien mil personas, “entre ellos 3.700 funcionarios de su servicio de inteligencia, el G2. ‘Nada más en seguridad y defensa, estimamos que puede haber unas 5.600 personas’.  Y afirma que hay cubanos en las bases militares más importantes del país”.
   En materia petrolera, Rivero dijo entonces que el subsidio a la isla por parte de Venezuela estaba en el orden de los 3.600 millones de euros anuales, a razón de más de 100 mil barriles de crudo diarios.
Sobre los costos para Venezuela
  Transparencia Venezuela[8] subraya que Cuba subcontrató a nombre del país a empresas transnacionales para llevar a cabo los trabajos encomendados y para proveer los servicios que se suponen debían estar en sus manos.
   En este sentido refirió que el contrato la identificación de los venezolanos con la empresa Albet Ingeniería y Sistemas y sobre el cual pesan cláusulas de confidencialidad tuvo un alto costo difícil de estimar dada la gran diversidad contratos por diversos montos suscritos, los cuales se calculan en unos USD 1.400 millones. El paso de Onidex a Saime, también estuvo a cargo de esta empresa, mientras la actualización de este último en 2005 fue responsabilidad de la corporación cubana Copextel. “El diseño del nuevo organismo de identificación fue aprobado por José Lavandero, funcionario de la UCI cubana, quien en la práctica fue el padre de la nueva institución venezolana. El documento de creación del Proyecto Identidad señala que el plan tenía un costo de 91,5 millones de dólares y comprendía la ‘solución tecnológica completa’ para la modernización del ente. Para esta etapa —informaron entonces las autoridades—, se aprobó un crédito adicional de 135,9 millones de dólares. Aun así, año tras año se siguen destinando recursos a este fin en el presupuesto nacional”.
  En 2008 se suscribió con Albet un nuevo contrato para la cédula de identidad por USD 172,2 millones, encargándose a Cuba desde las tarjetas hasta el software para manejarlas.
  Agrega la reseña de Transparencia que el plan de modernización del sistema de identidad venezolano le ha costado al país entre 2009 y 2014, alrededor de USD 630 millones. Una cifra a la que se suman USD 783,5 millones que Albet informó ante el Sistema Económico Latinoamericano entre 2004 y 2010. “Si se toman en cuenta las cifras contenidas en el presupuesto nacional, la de los créditos adicionales, las establecidas en los contratos y las expuestas por la compañía, se llega a un cálculo de 1.413 millones de dólares asignados a la asesoría cubana en materia de identidad”, detrás de la cual el nombre de Ramiro Valdés siempre ha rondado.
¿Quién es Ramiro Valdés?
  Nacido el 28 de abril de 1932 en Artemisa, locación perteneciente a la provincia de La Habana, Ramiro Valdés Menéndez es un militar y político cubano, proveniente de las filas de los veteranos de la de denominada revolución cubana que comenzó el 26 de julio de 1953. Integró el grupo que asaltó el Cuartel Moncada cuando contaba con 21 años de edad.
   Participó en el asalto a la prisión de la Isla de Pinos y en mayo de 1955 fue amnistiado por la administración de Fulgencio Batista dadas las presiones populares que operaban en su favor.
   Se trasladó a México desde donde se preparó para para participar en la expedición del Granma que desembarcó el 2 de diciembre de 1956 con 82 expedicionarios. Formó parte de la lucha insurreccional en la Sierra Maestra. Fue protagonista de la invasión a occidente.
  Fue ministro del interior (1961-1968) y (1979-1985), posición desde la cual adoptó fuertes medidas de represión contra la disidencia y los opositores políticos.
  Desde el año 1976, Valdés Menéndez ostenta en grado militar honorífico de Comandante de la Revolución.
   En la actualidad es vicepresidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros de Cuba, cargo en el que fue ratificado durante el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) como miembro del Buró Político, instancia a la que ha perteneció desde su constitución hasta 1986, luego del comité central.
   Igualmente, entre el 31 de agosto de 2006 y el 6 de enero de 2011 se desempeñó como ministro de la Informática y las Comunicaciones.
   Ha sido diputado a la Asamblea Nacional desde su fundación. También ha tenido responsabilidades como jefe de la Seguridad del Estado, viceprimer ministro jefe del Sector de la Construcción. Es tenido como héroe de la República de Cuba
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