Los funcionarios del Gobierno del Frente de Todos tienen una crisis psicológica importante. No entienden como la realidad no encaja con lo que indican sus premisas. Entonces quieren que el rompecabezas se arme a la fuerza, pegando martillazos. La verdad se manifiesta y les pasa por encima, por lo que patalean como nenes caprichosos que no entienden. Entonces deciden decir estupideces e incendiar por completo el país con tal de no preguntarse y replantearse si podrían llegar a estar equivocados con su marco conceptual delirante.
María Eugenia Bielsa, ministra de Desarrollo Territorial y Hábitat, hizo una catarsis pública que dejó en evidencia su ignorancia supina en materia económica y monetaria, pero también su soberbia descomunal. Claro que no todo en el kirchnerismo es corrupción, también está la mala práxis de los cuadros ideologizados que terminan causando más daño que los ladrones. En el Gobierno de los Fernández, lamentablemente, sobran los funcionarios y ministros como Bielsa, que no tienen la más pálida idea de lo que dicen y dejarán tierra arrasada.
En una videoconferencia del Senado con los legisladores que integran la Comisión de Infraestructura, Vivienda y Transporte, Bielsa mostró en dos oraciones su complicado panorama mental:
Bielsa puede indignarse con la realidad, pero hasta que no chequee sus premisas, su país seguirá teniendo problemáticas habitacionales serias. Antes de pensar en los inaccesibles precios de las propiedades, la funcionaria tiene que ir a una cuestión previa: la moneda nacional.
Mientras que el kirchnerismo siga pensando que se puede vivir con un Estado deficitario y que la emisión monetaria descontrolada no genera inflación, todos los problemas que la atormentan seguirán vigentes y empeorarán. Los salarios seguirán derrumbándose, la gente tendrá menos capacidad de ahorro y, lógicamente, ninguna propiedad será tasada en pesos argentinos. Imaginemos el caso de un iluso idealista que, siguiendo los consejos de la ministra, haya puesto en venta un departamento hace una semana en pesos. Al día de hoy el valor de su propiedad se habría desvalorizado un 35 % de la mano de la última devaluación encubierta. Ni hablar si cobra la semana que viene o el mes próximo.
Los responsables de nuestra obsesión con el dólar son ellos, los destructores de la moneda nacional. Pensar que hacer con el sueldo a principio de mes y escaparle a la moneda de curso forzoso es muy molesto. Nadie desprecia el peso por fetichismo pro yanqui. El problema es que lo deprecian ellos con políticas económicas fallidas. Pero además de la pésima gestión que está hundiendo el país, parece que los argentinos tenemos que escuchar sermones de una clase política improvisada que nos dice la moneda que tenemos que usar. Estas actitudes son absolutamente bochornosas y repudiables.
Si la ministra está preocupada por el drama habitacional, que se compre un libro de economía básica y que lo lea desde la honestidad intelectual. Quizás así pueda mejorar su gestión y de paso, dejar de decir estupideces.
Fuente: PanamPost