En su intento por llegar a Estados Unidos, los migrantes centroamericanos saben que, entre los riesgos de cruzar por México, está la muerte.
Su recorrido por tierras mexicanas es un “infierno”, así lo han relatado ellos mismos. Sortean desde violaciones a sus derechos humanos, extorsiones, secuestros y hasta violencia sexual.
El fin de semana pasado, en el municipio de Camargo, en Tamaulipas, en el norte de México, cercano a la frontera con Estados Unidos, fueron hallados 19 cuerpos calcinados en dos camionetas.
El informe de las autoridades de seguridad señaló que la mayoría de los cuerpos eran de ciudadanos guatemaltecos. Explicaron que primero los mataron a balazos y luego los quemaron. Así es la crueldad de las bandas criminales, con la que se pueden enfrentar en el intento de cumplir un sueño.
Entre los cuerpos se encontraba el de Marvin Alberto Tomás “El Zurdo”, futbolista guatemalteco, de 22 años. Era jugador del club Juventud Comiteca de la tercera división de su país.
“Él mantenía a su familia, pero dada la situación de pobreza que vive nuestro país, él no tuvo más opción que tomar la decisión de querer aventurar en Estados Unidos. También llevaba en mente, porque es un muchacho de mucho talento futbolístico, hacerse un lugar en el futbol allá en Estados Unidos, pero lamentablemente se truncaron sus sueños”, dijo el vicepresidente del equipo, William Matías, en una entrevista.
Otros no han podido ser identificados. Ya se les realizan estudios de ADN para facilitar su reconocimiento. Hasta el momento se ha determinado que, de los 19 cadáveres, dos son femeninos y 16 masculinos, falta uno de detallar.
La ruta de la muerte
La zona donde se encontraron los vehículos quemados está catalogada como extremadamente peligrosa. Es conocida por la violencia que generan las pugnas entre grupos criminales rivales (Cartel del Noreste y Cartel del Golfo), que trafican drogas, armas y migrantes. Ambos con exceso de violencia.
Y esa es la ruta del migrante, el llamado “paso de la muerte”. Donde miles han caído, en los últimos 20 años cuando comenzó la sangrienta disputa por el control del narco en esa zona de México.
Una de las peores masacres de indocumentados ocurrió en el municipio de San Fernando, muy cerca de donde encontraron los 19 cuerpos calcinados.
Aquella vez, en 2010, fueron hallados los cuerpos de 72 migrantes asesinados en el ejido “El Huizachal”.
El crimen fue cometido por el grupo criminal de “Los Zetas” entre el 22 y 23 de enero de ese año. Las víctimas eran indocumentados de Honduras, el Salvador, Guatemala, Ecuador y Brasil. Iban en tránsito por México hacia Estados Unidos. Eran 58 hombres y 14 mujeres.
Dos lograron salvarse y narraron el horror que vivieron. Les vendaron los ojos y los mataron por la espalda porque se negaron a trabajar para el grupo criminal. La peor matanza que haya ocurrido en México contra migrantes.
Apenas el 22 de enero, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador había dicho que su gobierno velaba por los derechos de los migrantes y que ya no ocurrirían atrocidades como en los gobiernos pasados.
“Nosotros hemos procurado atender bien a los migrantes y se han respetado los derechos humanos, incluso hemos invertido para que se mantengan los refugios, los albergues. Hemos estado atendiendo a los migrantes y hemos cuidado que no sean afectados sus derechos humanos, nada que ver con lo que sucedía antes, que los secuestraban, los desaparecían, hemos estado pendientes y los hemos protegido”, dijo AMLO.
Pero volvió a ocurrir, como en el pasado.
Aún no se esclarece la matanza de San Fernando: ONU
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), manifestó su preocupación por el hallazgo de los cuerpos calcinados en Tamaulipas.
“Estos hechos recuerdan a las masacres ocurridas en San Fernando, Tamaulipas, en 2010 y Cadereyta, Nuevo León en 2012, donde familiares de las víctimas siguen en búsqueda de verdad, justicia y reparación”, dijo el representante de la oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Guillermo Fernández-Maldonado.
Agregó que la falta de alternativas para una migración segura y ordenada, orilla a los migrantes a recurrir a traficantes de personas y exponerse en rutas peligrosas.
“El Estado tiene la obligación de garantizar la plena identificación de los restos encontrados conforme a métodos científicos y llevar a cabo una restitución digna a sus familias. Esperemos que las víctimas extranjeras y sus familias reciban todo el apoyo de sus autoridades consulares”.
Al Gobierno de AMLO no le gustó la declaración del representante de la ONU. En la conferencia mañanera de este martes, la secretaria (ministra) de Gobernación, Olga Sánchez Cordero dijo que no se puede comparar lo ocurrido en 2010 en San Fernando con el asesinato e incineración de los 19 centroamericanos.
“Por ningún motivo es igual que lo que ocurrió en San Fernando. Todos los días a partir de que sucedió este evento hemos estado en el Gabinete de Seguridad viendo los avances que se tienen sobre esta situación y puedo decir, con mucha seguridad que se ha avanzado. Pero si aseguro algo: no es un San Fernando ¿Por qué? Porque estamos avanzando en la investigación de manera contundente”.
No habrá impunidad, así se comprometió la funcionaria que actualmente encabeza las conferencias matutinas, mientras que el presidente López Obrador se encuentra aislado por tener COVID-19.
Sin embargo, los hechos ahí están. El paso de los migrantes por territorio mexicano sigue expuesto a vejaciones, maltrato, secuestros, violaciones y homicidios. El crimen organizado sigue actuando de manera despiadada, frente a migrantes que solo buscan llegar a Estados Unidos.
Fuente: PanamPost