El Grupo Internacional de Contacto para Venezuela (GIC)
Creado en 2019 fijan su objetivo en «la celebración de nuevas elecciones con todas las garantías de un proceso electoral libre y justo, supervisado por observadores internacionales independientes», y con la vocería de la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, junto con representantes de España, Portugal, Italia, Francia, Alemania, Reino Unido, Países Bajos y Suecia, señalaron que “no buscaban mediar ni organizar un diálogo en Venezuela, sino coordinar los esfuerzos internacionales que buscan una solución pacífica y democrática a la crisis a través de nuevas elecciones, de conformidad con la Constitución del país”. En febrero de 2021, aparecen ampliados con Argentina, Bolivia, Costa Rica, Ecuador, Panamá, la Unión Europea, Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Portugal, España, Suecia, Reino Unido y Uruguay, y su nueva propuesta: Retomar negociaciones políticas con prontitud y establecer urgentemente un proceso de dialogo y transición liderado por venezolanos, que lleve a una elecciones creíbles, inclusivas y transparentes.
Condiciones electorales
Hablar de elecciones en Venezuela es un verdadero dolor de cabeza, y su transitar no garantiza la voluntad de los ciudadanos, por variadas razones:
I. Los rectores del CNE no fueron elegidos conforme a los procesos constitucionales.
II. No existe un padrón electoral que refleje la verdad en la identidad de los nacionales.
III. Las normas electorales del régimen establecen circuitos electorales y desplazamiento de electores para favorecer una tendencia.
IV. La inhabilitación de políticos.
V. El secuestro de las tarjetas de los partidos políticos de oposición.
VI. Un sistema electoral automatizado viciado; vii. Maquinas capta huellas que captan las huellas que el régimen decida.
VIII. La existencia de más de 6 millones de venezolanos en el extranjero sin censar, que los inhabilita en su derecho al voto.
IX. La existencia de presos de conciencia.
X. Un proceso de elección con Nicolas Maduro en el poder de la presidencia de la Republica y el control del régimen de la Asamblea Nacional.
International Crisis Group
También aparece la International Crisis Group, organización con sede en New York, Washington, Londres y Bruselas, quienes publicitan en la web que su misión es trabajar para “prevenir guerras y diseñar políticas para construir un mundo pacífico”, relacionándose directamente con los actores del conflicto, comparten información y alientan “acciones inteligentes por la paz”. Este grupo después de señalar que Maduro barrió en las elecciones parlamentarias de diciembre 2020 y la debilidad de una oposición dividida que ha perdido la Asamblea Nacional, proponen un trabajo que resuelva quien representará a la oposición para enfrentar con el gobierno futuras negociaciones, apuntando a estos escenarios:
1. La oposición debería afirmar que respalda un acuerdo negociado y descartar el derrocamiento violento del gobierno.
2. Maduro debería liberar a los presos políticos y controlar a la policía secreta.
3. La administración entrante de EE.UU. debe “reconsiderar las sanciones que causan daños humanitarios y buscar soluciones multilaterales para la crisis”.
La confusión
Mientras, en el terruño comienza la discusión sobre lo primero y lo último que propone International Crisis Group, es decir la presentación de la oposición en las elecciones regionales, y la discusión de que USA debe suspender las sanciones, claro, el tema de si Maduro va a liberar presos y controlar la policía del régimen poco se habla. Actores de la política en la oposición están enviando mensajes claros de que participarán en las elecciones, con el argumento de que no se puede abandonar los espacios y se cuadran con el Grupo Internacional de Contacto y la International Crisis Group, sin haber entrado a negociaciones previas, o por lo menos una negociación que conozcan los ciudadanos.
Al paso, notables venezolanos Diego Arria, Enrique Aristeguieta Gramcko, María Corina Machado, Asdrúbal Aguiar, Carlos Ortega, Humberto Calderón Berti y Antonio Ledezma, envían una carta al Grupo Internacional de Contacto, recordando que “la tragedia humana y humanitaria que sufren los venezolanos es obra de un régimen represor, con denunciados vínculos en el mundo del narcotráfico, el terrorismo y de las organizaciones del crimen transnacional, lo que ha motivado las sanciones internacionales que se le han impuesto”, precisando, que el llamado a la buena fe de los actores políticos y la sociedad civil, supone confundir el comportamiento de una nación que es víctima con las acciones de quienes detentan y sostienen a la dictadura o se benefician de ella, en lo interno y en lo internacional. En esta carta histórica, de plano, se deja sentado que no es honorable sacrificar la justicia demandando a la resistencia democrática negociar con sus secuestradores para adherirse a la propuesta del régimen de realizar elecciones de gobernadores y de alcaldes, que sin duda confunde a los ciudadanos para que entren en una trampa.
Negociaciones
Si la Comunidad Internacional apalanca una negociación política para llegar a elecciones en Venezuela, deben entender, que es lo que realmente se requiere para lograr una democracia en el país, y para ello, recordamos que Nicolas Maduro es un presidente de facto que carece de legitimidad, razón por la cual, los venezolanos de bien anhelan son actuaciones para forzar la salida de Maduro del poder y permitir la llegada de un presidente elegido por la voluntad libre de los venezolanos, y unas elecciones donde se elijan los diputados de la Asamblea Nacional, ya que las elecciones de diciembre de 2020 fueron rechazadas por el concierto nacional e internacional. El ciudadano aspira a una calidad de vida, y solo se puede encontrar con una seria y firme actuación de la resistencia ciudadana junto con los actores internacionales sin desviar el centro de la lucha “La libertad de Venezuela”, ocupada por grupos terroristas, por el narcotráfico, la delincuencia organizada transnacional, y la actuación invasiva de países que interfieren en la toma de decisiones en Venezuela para continuar lucrándose de los recursos de la nación.
Condiciones mínimas
Postergar la salida de Maduro y sus cómplices, solo permite que avance la ilegalidad y la violencia en Venezuela, además que no se resuelve la emergencia humanitaria con elecciones carentes de autenticidad, y si la Comunidad Internacional considera unas elecciones, su deber es contribuir en que sean democráticas, y en este orden, nos atrevemos a sugerir condiciones mínimas:
1. La separación de Maduro y sus ministros del poder de facto.
2. Desmontar la ilegitima Asamblea Nacional del régimen.
3. La salida inmediata de los ilegítimos rectores del CNE.
4. Desmontar los ilegítimos Tribunal Supremo de Justicia, Fiscalía General, Contraloría y Defensoría.
5. La salida inmediata de todos los presos de conciencia.
Estas ideas se pueden materializar con honorables venezolanos que conformen una Junta de Transición, que permita el ingreso de la ayuda humanitaria; prepare todos los estadios públicos y procesos técnicos necesarios para unas elecciones democráticas generales presidenciales, regionales y parlamentarias, que garanticen la voluntad de los venezolanos. La democracia consiste en el gobierno de la gente.
El clamor de los ciudadanos es una #VenezuelaLibre, donde el Imperio de la ley sea una política de Estado