El título expresa una verdad insoslayable que ha acompañado al hombre en toda su historia muy a pesar de que se oculte, manipule o se llame de muchas maneras.
El hombre perverso ha luchado por esclavizar a sus semejantes por los beneficios que supone sin que exista una ley moral que lo detenga y así lo ha impuesto hasta nuestros días.
Luego, la historia de la esclavitud es parte fundamental de la historia de la humanidad. Que no se siga creyendo que los africanos son el arquetipo de la esclavitud, la verdad es que los asiáticos han sido más esclavizados y por más tiempo que los habitantes de otros continentes y todo gracias a los comunistas. Nunca un rey, por arbitrario e inmoral que fuese, esclavizó tanto a los pueblos como esa clase política.
En Venezuela, donde se creó el paradigma del negrito africano azotado como símbolo de esclavitud junto a los demás países de América, Simón Bolívar decretó, desde el 2 de junio de 1816, la libertad absoluta a todos los esclavos que se alistaron en las filas del Ejército Patriota y lo decretaría varias veces más a favor de todos, hasta que en el año 1854 el Presidente de la República, José Gregorio Monagas, firmó de forma definitiva la abolición de la esclavitud. Sin embargo, nunca hubo un solo día sin esclavos.
Es evidente que la esclavitud trasciende mucho más allá de usos y costumbres coloniales para alcanzar sutilezas hasta imperceptibles por los ignaros.
Por eso, aquella afirmación premonitoria, como condenatoria, que dijera El Libertador ante el Congreso de Angostura: “La esclavitud es la hija de las tinieblas; un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción… Un pueblo pervertido si alcanza su Libertad, muy pronto vuelve a perderla; porque en vano se esforzarán en mostrarle que la felicidad consiste en la práctica de la virtud”.
¡Ay Dios mío!, ¿cómo me quejo si bajo el sol no ocurre nada que no corresponda a la conciencia de cada quién, tanto en lo particular como colectivo. Sí, la conciencia colectiva permite la esclavitud de los pueblos. Es que los comunistas son delincuentes porque los dejan y los pueblos son esclavizados porque se dejan.
Una vez dije con angustia suprema: vamos a la guerra con la protección de Dios o seremos esclavizados. Hoy, todo se ha consumado, somos un pueblo esclavizado y asediado por hienas de todas partes, incluidos los ladrones que dicen desde sus foros:
“Condeno, denuncio, pido, hago un llamado etc”. “Raza de víboras, son como sepulcros blanqueados…”.
No deja de ser muy triste y doloroso aquello que llamo sutil esclavitud, como método de domesticación de animales que nos atrapa en el abismo de la ignominia desde donde solo clamamos por comida a cambio de lo que el amo disponga ¡y qué amo! Para colmo, un ser de la más baja ralea para además sufrir también el extremo de la vergüenza.
Somos el hazmerreír del mundo, realmente damos lástima, nos ven como torpes e ignaros sentados sobre un emporio de riquezas que no sabemos defender y que todos van mordiendo con alevosa grosería.
Fuente: Venezuela Red Informativa