“Quien no se resuelve a cultivar el hábito de pensar,
se pierde el mayor placer de la vida”.
Thomas Alva Edison.
En la incesante búsqueda que el hombre siempre se ha planteado para despejar los obstáculos que le impiden ver con mayor claridad las vías para el futuro de la humanidad, está el desarrollo del conocimiento. En ese sentido Edgar Morín nos dice que “necesitamos un conocimiento cuya explicación no sea mutilación y cuya acción no sea manipulación.” En ese pensamiento se debe centrar el compromiso de los intelectuales, científicos, docentes y estadistas para enfrentar a los charlatanes, cultores del engaño y vendedores de ilusiones.
Sin duda alguna, siguiendo a Morín, buscamos un conocimiento que traduzca la complejidad de lo que se llama lo real, que respete la existencia de los seres y el misterio de las cosas, y los incorpore al principio de su propio conocimiento.
En esa línea de pensamiento, creo importante que la diáspora venezolana esté informada que recientemente, la junta directiva de VenAmérica, sociedad civil sin fines de lucro registrada en el Estado de la Florida, U.S.A, aprobó la creación de la La Escuela de Valores Democráticos y Participación Ciudadana, con el objetivo general de “diseñar y ejecutar programas de formación y capacitación dirigidos a los integrantes de las diversas diásporas presentes en el Continente Americano, en las áreas de valores democráticos, promoción y defensa de valores humanos, participación y cultura ciudadana corresponsable, cultura de paz y enfrentamiento de la violencia y, en general, todos aquellos componentes que estimulen, acompañen y viabilicen procesos de positiva integración a comunidades receptoras, sobre la base de la pluralidad, el intercambio cultural y el reconocimiento y aceptación de las diferencias y coincidencias.”
En ese incesante afán de pensar el país, en sus problemas y soluciones, Venamérica considera que la creación de dicha Escuela es un aporte futurista para la necesaria formación ciudadana, sustentada en valores democráticos, como cimiento que sostenga la estructura de un Estado que resista las tentaciones totalitarias abusivas y negadoras de las libertades del ser humano que periódicamente aparecen en nuestro Continente.
Nos negamos a seguir transitando el camino inverso al progreso, recordemos lo que Alvin y Heidi Toffler nos han señalado: “las culturas que predican las virtudes de la pobreza suelen lograr, precisamente, aquello por lo que rezan.” No puede ser más angustiante la situación que vivimos sobre todo si nos comparamos con el progreso que han logrado otros países a nivel planetario.
De allí la importancia de este paso decisivo dado por Venamérica como un soporte fundamental para los venezolanos emigrantes esparcidos por el Continente y por otras latitudes y como un aporte para el país que queremos. Debemos estar claros que si un país se las arregla para acelerar su avance económico, pero deja atrás sus instituciones básicas, su potencial de crear riqueza se verá finalmente limitado. Debemos reforzar nuestras convicciones democráticas y ansias de libertad y progreso. Apoyemos con entusiasmo esta feliz iniciativa pensada y diseñada por venezolanos que aman a su Patria y que hoy se encuentran circunstancialmente lejos de ella.
Fuente: Diario las Américas