Probablemente sea Joaquín Villalobos, un ex–guerrillero salvadoreño, en su momento líder del Ejército Revolucionario del Pueblo y ahora una autoridad internacional en temas de seguridad y resolución de conflictos, quién más haya insistido en que el drama político, social y económico de Venezuela no tiene solución si no se toma en cuenta de manera explícita en cualquier negociación a Cuba.
En palabras de Villalobos “Las negociaciones han fracasado porque suponen que es un conflicto entre venezolanos cuando, en realidad, se trata de un país intervenido por Cuba”. Su artículo más reciente, que ha pasado relativamente desapercibido, (https://elpais.com/opinion/2020-07-23/venezuela-la-intervencion-consentida.html?event_log=oklogin&o=cerrado&prod=REGCRART) habla sobre un trabajo de investigación periodístico colectivo en forma de libro “La invasión consentida” que tiene datos e informaciones sobrecogedores sobre el grado y extensión de la invasión cubana en Venezuela. Si tiene estómago para digerir tanta indignidad, bajeza y entrega abyecta de la dirigencia del chavismo venezolano a la Cuba castrista, le recomiendo su lectura.
Pero más allá de cómo nuestro país se ha convertido en un suerte de enclave continental de la isla madre, una especie de Cubazuela, es interesante estudiar como las prácticas de tortura y eliminación de la disidencia interna de los cubanos se han extendido profundamente a su colonia en tierra firme. Un libro duro de leer pero tremendamente ilustrativo, es “Dulces Guerreros Cubanos” de Norberto Fuentes, un comunista leal a la revolución hasta que fue declarado “enemigo del Estado” y ahí empezó su calvario, que afortunadamente no terminó en el paredón de fusilamiento. La disidencia militar venezolana fue la primera en recibir los tratos de tortura, desaparición y confinamiento que ahora han comenzado a ejercerse contra factores de discordia interna en el chavismo. Copio sin modificaciones un detallado informe, que presentó Ramón Muchacho en su sitio online La Ceiba (08-24-2020), que ilustra con mucho detalle hasta que punto las prácticas contra el “chavismo crítico” guardan un distinto y claro toque cubano:
“Amigos, la semana pasada ocurrieron una serie de hechos que me llamaron la atención y me puse a revisar las ceibas de los últimos días:
El miércoles Maduro fustigó a las “voces críticas” que desde la izquierda se la pasan cuestionando y reclamando. Ese mismo día vimos a los Tupamaros llorando porque Maduro les quitó su partido. El PCV chilló porque el SEBIN se presentó en su sede de Puerto Cabello, y el PPT porque los censuraron en Globovisión.
El jueves se llevaron preso en Anzoátegui al exdiputado regional del PSUV Giovanni Urbaneja por “difamación de investidura e instituciones públicas, incluyendo al primer mandatario nacional Nicolás Maduro”. Ese mismo día el TSJ de Maduro se robó oficialmente al PPT, mientras el PCV se declaraba “totalmente en desacuerdo con las políticas de Maduro”. Y, mucho más grave, ese mismo día encontraron muerto en su apartamento en Sabana Grande a “Sancocho Power”, representante de movimientos como El Otro Beta, La Pandilla Ros y Es el Barrio, quien “murió bajo extrañas circunstancias”.
El viernes las FAES irrumpieron en la sede del medio alternativo GuacamayaTV en Cabimas y asesinaron en el sitio al “comunicador popular” Andrés Eloy Nieves Zacarías y al hijo del dueño del medio, Víctor Torres. Ese mismo día Esteban Trapiello dejó constancia en twitter de que él jamás atentaría contra su propia vida.
En la madrugada de ayer domingo autoridades municipales de Maracaibo allanaron el restaurant “Muerde la Carne” relacionado con Fidel Madroñero (PSUV, VTV), llevándose 35 personas detenidas y 15 vehículos. El restaurante había sido “intocable” hasta ahora. También ayer domingo, “cabeza de mango” (Tupamaro) denunció amenazas de muerte en su contra.
Todo lo anterior ocurre mientras Nicmer Evans (Marea Socialista) y José Pinto (Tupamaro) siguen presos, y Carlos Lanz desaparecido.
Maduro parece haber desatado su furia contra el chavismo crítico. Sólo acepta la sumisión total.
Al parecer muchos de estos personajes que ayudaron a Chávez y a Maduro a desmontar el estado de derecho y la institucionalidad democrática creyeron que lo estaban desmontando sólo para la oposición, y no para ellos también. Tarde vienen a descubrir la realidad.”
Cabría añadir a la lista de facturas internas el caso de la muerte por falta de atención médica de Nelson Martínez, y el acoso judicial contra Luis Fuenmayor, además del intento por destruir la influencia de Diosdado Cabello en la FANB durante su convalecencia del corona virus. Es irrelevante si alguna gente se alegra por estas cosas o no. En mi caso, pienso que nosotros no nos debemos dejar dominar por la venganza sino por la justicia. Pero aún en el caso de que algunos pensarán en venganza, el daño que ha hecho el chavismo a Venezuela y a su gente es de tal profundidad que no hay castigo apropiado a quienes lo han perpetrado.
A diferencia del régimen colaboracionista impuesto por los nazis en la Francia de Vichy, el régimen venezolano ha sido voluntariamente colonizado por los cubanos. Eso significa, en la práctica, que Villalobos tiene razón y que difícilmente se podrá resolver la crisis venezolana sin tener en cuenta, a través de negociaciones o en cualquier otro esquema, a los verdaderos dueños del circo. Esto también debe ser considerado para eventualmente avanzar por cualquier camino electoral, porque bajo ninguna circunstancia los cubanos van a permitir que el régimen venezolano sea desplazado del poder por elecciones si no se les garantiza su supervivencia, especialmente el suministro petrolero. Los cubanos son maestros en tener elecciones sin elegir nada, y obviamente ese mismo consejo lo transmitirán a su colonia en tierra firme.
Nada de lo escrito arriba significa que no puede haber negociación que incluya a Cuba. Simplemente que es necesario estar alerta y en cuenta de con quienes estamos lidiando. Afortunadamente, parece que el gobierno (e) de Juan Guaidó tiene claridad sobre el tema.