«Estimado cliente: hemos constatado un incremento inusual de transferencias de dólares hacia tus cuentas», decía el comunicado de uno de los bancos privados más importantes del país que fue enviado la semana pasada a un número importante de clientes. Bajo el asunto «Recordatorio normativa bancaria», las personas que habían hecho un movimiento «sospechoso» para el Banco Central fueron intimadas en los últimos días, pero ahora la situación paso a mayores. Las cuentas que registran una actividad «llamativa» fueron bloqueadas. El titular ahora se tiene que hacer presente en la entidad bancaria con documentación que certifique su «inocencia».
¿La inversión de la carga de la prueba tiene que ver con grandes fortunas sospechadas de corrupción o del narcotráfico? No, para nada. Se trata de un nuevo avance para perseguir a los «coleros». Es decir, las personas que adquieran más de los 200 dólares mensuales que pone como límite el Gobierno de Alberto Fernández con fines comerciales. Un ejemplo de esto sería un argentino que le vende a otro el «servicio» de su monto personal. Si una persona tiene la suerte de contar con los recursos para comprar, por ejemplo, 300 dólares de ahorro en un mes, como el Estado le permite solamente adquirir 200, puede ir en búsqueda de alguien que no tenga la capacidad de adquirir moneda extranjera. Esta persona puede comprar a su nombre en su cuenta y venderle al cliente por un precio intermedio del tipo de cambio oficial (97 pesos) y del libre (127).
El Banco Central ya le aclaró a los bancos que tienen la obligación de realizar la tarea de investigación y de efectuar los bloqueos necesarios para cumplir la normativa vigente. Como era de esperar, no faltó mucho para que llovieran los reclamos en redes sociales. Allí cientos de personas visibilizaron sus casos con ejemplos cotidianos, lógicos y comprensibles, como la adquisición de dólares para un familiar por una cuestión concreta, la necesidad de divisas para determinados pagos, deudas o el ahorro para un viaje pospandemia.
Según datos de mayo (últimos disponibles), dos millones y medio de argentinos hicieron uso del «cupo» de los 200 dólares que permite adquirir el Gobierno mediante homebanking. Cabe destacar que las operaciones en pesos mediante ventanilla están limitadas incomprensiblemente, como si el coronavirus tuviera algo que ver con esto.
Esta iniciativa no es otra cosa más que la consecuencia de una intervención, que es el resultado de otra realizada previamente producto de los problemas de fondo del país: el déficit fiscal y la emisión monetaria para financiar al Tesoro. Hasta que la raíz del problema no se ponga sobre la mesa para discutir, lo único que queda es esperar nuevas intervenciones y más desastre económico.
Fuente: PanamPost