Toda la oposición no pudo sumar más de 160 votos, por lo que no logró revertir el veto del Poder Ejecutivo. Con 84 votos negativos y cinco abstenciones, el oficialismo consiguió que se mantenga vigente el veto de Javier Milei en contra del irresponsable y demagogo proyecto que pretendía incrementar los recursos para las universidades, en un marco de descontrol y falta de auditorías.
El diputado oficialista José Luis Espert emitió uno de los discursos más encendidos de la jornada. El legislador advirtió que existen en las universidades públicas “estudiantes crónicos” y que, si bien la Universidad de Buenos Aires tiene un matriculado más alto que en países vecinos como Chile, su porcentual de egresados es 40 % menor.
También recordó que él es un egresado de la universidad pública, en momentos en que era una institución que daba “orgullo” y que, en la actualidad, los negociados de la política la convirtieron en “un curro”.
Además, advirtió sobre la necesidad de que el debate sobre el financiamiento de las universidades se realice, justamente, en el contexto del presupuesto nacional y no con una ley improvisada y amañada, que no tiene como finalidad mejorar la educación pública.
Los votos del oficialismo vinieron del bloque de La Libertad Avanza, de un grupo de legisladores del radicalismo y la mayoría de la bancada del PRO. El fin de semana, Mauricio Macri había emitido un comunicado en sus redes sociales en el que daba a entender que su espacio legislativo respaldaría la posición de Milei.
Por su parte, la diputada Juliana Santillán señaló que, detrás de los supuestos nobles fines que se anuncian en la discusión de esta ley, hay objetivos espurios. “Las decisiones del presidente Milei están yendo en el sentido correcto y a eso es a lo que le tienen miedo. No sean hipócritas”, advirtió.
Uno de los discursos más aplaudidos por la pequeña bancada oficialista –que tendrá la posibilidad de incrementar considerablemente el número de legisladores el año próximo– fue el del macrista Alejandro Finocchiaro. El legislador aseguró que no dejará que una “discusión de poder” lo lleve a votar en contra de un gobierno que defiende la libertad, el ordenamiento fiscal y un proyecto de prosperidad. Previo a cerrar su intervención aseguró que antes de votar junto al kirchnerismo se cortaba las manos.
Al ver que no conseguían los votos para revertir el veto del Poder Ejecutivo, muchos diputados kirchneristas se mostraron muy nerviosos. Incluso violentos. Cecilia Moreau y Leandro Santoro ofrecieron un espectáculo bochornoso, insultando luego de sus intervenciones, solamente por la frustración de un resultado adverso.
De esta manera, el oficialismo consigue otra victoria importante en una semana en la que las variables macroeconómicas comienzan a mostrar resultados. Con este capítulo cerrado, el gobierno pasa con éxito otro desafío en el marco de dos años muy complicados de debilidad parlamentaria total. El año próximo, los argentinos votarán en las elecciones de medio término y el gobierno incrementará considerablemente el número de diputados y senadores, ya que solamente pone en juego las dos primeras bancas de 2021.